DOMINGO Ť 30 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť La política federal, insuficiente para resolver problemas, diagnostican diputados
Por fallas en sistemas hidráulico y de medición el gobierno deja de percibir $12.5 mil millones
Ť A esas pérdidas se suman los altos costos de la electricidad para el suministro de agua
ROBERTO GARDUÑO
La mitad de la producción nacional de agua se pierde por fugas en la red de distribución, en tomas clandestinas, errores en la macro y micro medición, por reparaciones en los sistemas de entubamiento y por no presentarse las lecturas en las tomas de los edificios de gobierno. Todo ello implica que cada año no ingresen a la hacienda pública 12 mil 500 millones de pesos.
Un estudio presentado en la Cámara de Diputados sostiene que es "urgente modificar la política federal del agua, porque la que se encuentra vigente no ha sido capaz de resolver la problemática ni estimular la autosuficiencia".
El documento técnico propone cambiar el modelo anterior de subsidios por el de planeación estratégica con incrementos reales en la eficiencia, estableciendo compromisos formales de mejora entre los tres niveles de gobierno.
Y es que la crisis del agua en el país obedece a que no se contabiliza 50 por ciento del líquido, porque en las redes de distribución se pierde 40 por ciento del total. Además los acuíferos son sobreexplotados y contaminados, sin contar que los niveles de endeudamiento son muy altos y la prestación del servicio es discontinua o tandeada.
La problemática no queda ahí. A ella se suman los altos costos de energía eléctrica; no existen programas de mantenimiento y conservación; el tratamiento de aguas residuales sólo llega a 21 por ciento de lo que se debería hacer; se politiza la distribución y, en la mayoría de los casos, las entidades encargadas de distribuir recursos no los asignan éstos de acuerdo con las normas y políticas previamente establecidas.
El problema de fondo, refiere el análisis, es que el modelo adoptado por las autoridades federales y estatales es el del subsidio, que aplicado por medio de diversos programas como los del Ramo 33 y Peso por peso ha demostrado ser ineficientes. "De continuar con esta política, a futuro no alcanzarán los recursos que el país puede destinar para agua potable en virtud de que este modelo fomenta la ineficiencia y el derroche."
La producción de agua a nivel nacional alcanza un nivel de 9 mil 300 millones de metros cúbicos, de los cuales no se contabilizan 4 mil 650 millones y sólo se factura el resto, que equivale a la mitad de total.
Se calcula que el volumen de agua realmente cobrado en el país es de 2 mil 790 millones de metros cúbicos, que multiplicados por 4.48 pesos (por metro cúbico) arrojan un beneficio económico para las autoridades de 12 mil 500 millones de pesos. Este monto equivale a 30 por ciento de la eficiencia global.
El trabajo técnico sostiene que si se recupera 10 por ciento del agua no contabilizada el ingreso adicional, en términos de líquido, sería de 3 mil 348 millones de metros cúbicos, que con un costo de 4.48 pesos generaría para el gobierno una entrada por 14 mil 999 millones de pesos.
En el estudio se advierte que si se incrementara 5 por ciento la tarifa de agua potable por año los ingresos subirían en 624 millones de pesos anualmente, y si se ahorrara la energía eléctrica resolviendo los problemas electromecánicos en las plantas productoras y por adecuación de tarifas el sector eléctrico dejaría de perder mil 400 millones de pesos.
La intención del estudio que se hizo llegar a distintos diputados federales es aumentar la eficiencia comercial -que actualmente es de 60 por ciento- a 90. La operación implicaría facturar 5 mil 580 millones de metros cúbicos, cuyo costo total implicaría una suma de 23 mil 623 millones de pesos.
Para obtener esos nuevos ingresos los gobiernos federal, estatales y municipales tendrán que invertir cada año durante una década mil 800 millones de pesos en producción de agua potable; mil 200 millones en alcantarillado, 2 mil 500 millones en saneamiento, 2 mil millones para incrementar la eficiencia y 500 millones para estudios y proyectos.
Las estrategias requerirán la restructuración de organismos de agua potable y saneamiento, diseñar la política institucional que garantice el cumplimiento de las metas y contratar personal que se requiera para apoyar la nueva política del sector.
Para ello, refiere el estudio, no se requiere de grandes inversiones, y en la medida en que se vayan obteniendo incrementos de eficiencia irán disminuyendo los requerimientos de gasto federal y se garantizará la ausencia de protagonismo político.