MARTES Ť 2 Ť OCTUBRE Ť 2001

REPORTAJE

Laura González Matute escribió un libro acerca del tema

El Orozco escenógrafo, faceta poco explorada del artista

El muralista jalisciense diseñó la escenografía y el vestuario para cinco coreografías que interpretó el Ballet de la Ciudad de México: Umbral y Obertura republicana en 1943; Presencia y Pausa en 1945 y su última colaboración, ocurrida en 1947, fue para la obra Ballerina.

MERRY MAC MASTERS

Los sucesos en torno del caso Nellie Campobello (1900-1986) no sólo condujeron al hallazgo, en 1998, de los restos de la coreógrafa y escritora duranguense. También evidenciaron su amistad con varios connotados pintores que colaboraron con el Ballet de la Ciudad de México, compañía fundada en 1943 por las hermanas Nellie y Gloria Campobello, al diseñar escenografías y vestuarios. Esto quedó demostrado al encontrar en la casa de Nellie, de la colonia Tabacalera, una serie de cartones doblados que, al desplegarlos, en el reverso llevaban inscripciones como Obertura republicana, Las sílfides, Alameda 1900 y Feria, nombres de algunas de las obras escenificadas. Entre estos artistas plásticos estaba José Clemente Orozco.

Muralista, pintor de caballete, caricaturista, grabador, Orozco no era conocido como escenógrafo. Sin embargo, para la historiadora del arte Laura González Matute había una serie de hechos que pedían ser investigados. En 1992, cuando ya estaba en marcha la búsqueda de la desaparecida Nellie, por una situación coyuntural González Matute decidió ''prender el foco para ver qué pasa". Su investigación desembocó en el libro J.C. Orozco, escenógrafo (Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco e Instituto Cultural Cabañas, 2000).

Subdirectora de investigación del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes, González Matute expresa que hace una década, cuando estaba comisionada en el Museo de Arte Carrillo Gil, a la entonces directora del recinto Sylvia Pandolfi le llegó el libro Gloria Campobello, la primera ballerina de México (INBA, 1991), escrito por Felipe Segura. ''Al leerlo, Sylvia me dijo: 'Laura, aquí hay algo que menciona Felipe sobre Orozco de que estuvo metido en cuestiones de escenografía para el Ballet de la Ciudad de México. ƑPor qué no lo investigas?"

Así fue como González Matute empezó a indagar hasta qué grado participó Orozco con esa compañía dancística. El muralista jalisciense -quien había conocido a Nellie y Gloria (y de esta última se enamoró) en casa de la periodista estadunidense Alma Reed- diseñó la escenografía y el vestuario para el ballet Umbral montado en la primera temporada del agrupamiento. También en 1943 realizó los diseños para Obertura republicana y en 1945 trabajó en los ballets Presencia y Pausa. Su última colaboración ocurrió en 1947, para Ballerina. Es decir, participó en cinco puestas en escena.

La investigación de González Matute reveló que la mayoría de la obra escenográfica de Orozco está desaparecida. Tal situación, por demás compleja, la llevó a adentrarse en la problemática de la desaparición de la autora del libro Cartucho, al mismo tiempo que rastreaba a Orozco en su labor de escenógrafo.

ƑPor qué era poco conocida esta veta del artista jalisciense? González Matute lo atribuye a que, por ejemplo, en el Carrillo Gil, con un acervo de 164 obras de Orozco, uno de los títulos decía ''cuatro niñas", pero ''no te remitía a que eran bailarinas". Luego está el personaje de Don Juan, que sale fuera de la temática de Orozco, pero en el momento que uno lee el argumento de Pausa, se advierte que ''ese es el tema". Por otro lado, había tres dibujos titulados Boceto para un ballet I, II y III (todos de 1943). Allí, ''con un poquito de idea dices por qué se trata de escenografías para ballet. Debe haber colaborado con alguna compañía. Pero, incluso, al leer el libro de Alvar Carrillo Gil, donde hace una descripción breve de las obras de su colección, casi no alude al ballet ni a la labor de Orozco como escenógrafo".

Laura González Matute anota que Raquel Tibol es quien va más a fondo con su texto José Clemente Orozco. una vida para el arte. Breve historia documental (Cultura-SEP, 1984).

En 1942 el muralista estuvo cerca del pintor Marc Chagall, cuando éste vino a México, con motivo del montaje de la obra Aleko a cargo del Ballet Theatre. Para la entrevistada, Orozco aceptó el reto de las Campobello porque representaba la posibilidad de participar de nuevo en el renacimiento del arte mexicano, ahora trasladado al terreno de la danza. Orozco, incluso, llegó a decirle a Fernando Gamboa, según un artículo en la revista Tiempo, ''considero que la escenografía es muy parecida a la pintura mural en concepto, proporciones y técnica". De allí que trasladó en papel kraft personajes y elementos ''muy orozquianos", como la figura fantasmagórica del Dolor (este telón sigue perdido), en Umbral, o el fuego que envuelve la gran bandera roja y fusiles de la Revolución, de Obertura republicana.

Respecto de su paleta, González Matute la describe como ''muy moderna, festiva, llena de colorido y con una forma perfectamente identificable con el abstraccionismo lírico. Es nada más el brochazo, la pincelada, el drip and splash, un poco de Pollack. Ya no aparece esa línea tan quebrada, tan hiriente, tan cortante, tan expresionista".

De acuerdo con la investigado-

TELONES-3ra, diez años antes de la muerte de Orozco en 1949, ''ya se le nota la intención por cambiar y experimentar". Agrega que todavía hay que estudiar más al Orozco de la última década de su vida.

La estudiosa calcula que para cada una de las cinco puestas en escena, Orozco debió haber realizado cerca de 40 bocetos, entre los de escenografía y los de diseño de vestuario, además de los bocetos de telones. Esto equivale a 150 guoaches de 40 por 50 centímetros cada uno y todo de alguna manera está perdido. La entrevistada recuerda que en los primeros años de su investigación hubo dos subastas en las cuales venían consignadas obras de Orozco, una de ellas era el personaje del Egoísmo, de Umbral.

González Matute, quien dice tener ubicadas cerca de 50 obras, recuerda que hace uno o dos años fue localizado un coleccionista que había comprado 25 bocetos de Orozco, el cual fue llamado a declarar a la Procuraduría General de la República. Incluso, llevó el contrato de compraventa en el que Claudio Niño Sifuentes -secuestrador confeso de Nellie- aparece como vendedor. Por los títulos, las técnicas y las dimensiones, la investigadora de inmediato las relacionó con el ballet Presencia cuyo tema es la Anunciación.

En la casa de Nellie Campobello lo único de Orozco que se encontró fueron dos fragmentos de Obertura republicana, en muy mal estado al igual que el resto de la obra. Actualmente, todo se resguarda en el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del INBA.

Al respecto, Laura González Matute sugiere seleccionar ''por lo menos dos o tres obras", ya sean de Orozco, de Julio Castellanos, de Roberto Montenegro o de Antonio Ruiz El Corsito, con el propósito de restaurarlas y poder exhibirlas. Porque, a final de cuentas, se trata de ''nuestro patrimonio. Y éste no se puede perder ni dejar allí nada más".