MIERCOLES Ť 3 Ť OCTUBRE Ť 2001 Ť
PAGINA 9
Lourdes Galaz
Asunto de diputados, revisar gastos de publicidad
De 80%, subejercicio de recursos en difusión
Manejo discrecional del gasto en medios impresos
Con cargo a su bolsillo
Desde los tiempos del priísmo, año tras año la Cámara de Diputados establece disposiciones de racionalidad, austeridad y disciplina presupuestaria a las que habrán de sujetarse los tres poderes de la Unión. Y es que los legisladores se obligan a cuidar los dineros públicos, los que pagamos los contribuyentes al fisco, asalariados, burócratas, profesionistas que trabajan por su cuenta, empresas y hasta cierto tipo de inversionistas. Se pretende que todas las dependencias y entidades (llámese Lotería Nacional, Comisión Nacional del Agua, Pemex o Secretaría de Educación) programen y racionalicen el gasto corriente y las inversiones de capital que les aprueba el Congreso. También que la secretarías de Hacienda y Contraloría vigilen que todo mundo cumpla con las disposiciones de austeridad y disciplina que aprueba el Congreso.
Si así lo establece el decreto de Presupuesto de Egresos que aprobó el Congreso y que por primera vez este año firmó y ordenó publicar el presidente Fox, no es explicable que -como ocurrió en el pasado priísta- en estos tiempos de cambio, de recesión económica y de austeridad, ante una guerra mundial en puerta, no haya un control eficaz sobre los gastos con fines de promoción de la imagen institucional del gobierno y de algunos funcionarios con aspiraciones a futuro, cuando se trata de dinero del pueblo. Más aún, no es explicable que mientras se hacen recortes al presupuesto federal, por ejemplo en programas agropecuarios o de infraestructura que alcanzarían varios miles de millones de pesos, la Secretaría de Hacienda autorice reducir tan sólo 100 millones de pesos los gastos de comunicación de todo el sector público. Y mucho menos se explica por qué la secretarías de Hacienda y de Gobernación, responsables del ejercicio presupuestal en publicidad, promoción e información, no entreguen al Congreso un informe por separado de los gastos de comunicación a que se refiere al artículo 35 del decreto de Presupuesto de Egresos de 2001. Parece que a nadie importa que son recursos que aportan los contribuyentes.
Los gastos en publicidad, promoción e información del gobierno siguen siendo, como en el priísmo, "secreto de Estado" para la mayoría de funcionarios y por ignorancia para muchos diputados, cuando todos sabemos que se trata de dinero que proviene de los bolsillos de todos los que pagan impuestos. Este año las cámaras aprobaron un presupuesto de 3 mil 780 millones de pesos, que sumados a los más de 12 mil millones de pesos que alcanzarían los llamados "tiempos fiscales" (12.5 por ciento de los tiempos de transmisión de las empresas de radio y televisión), que ni la SHCP ni la Cámara de Diputados contabilizan como "recursos fiscales" en el presupuesto federal. Informa Gobernación que en los primeros nueve meses del foxismo se han usado casi al ciento por ciento esos "recursos fiscales". No así, se acepta, los presupuestos de las secretarías de Estado y entidades paraestatales. Hasta el 31 de agosto, el subejercicio alcanzó 80 por ciento del gasto para comunicación social. Por ejemplo, en medios impresos de todo el país se habrían contratado espacios hasta por 120 millones de pesos en conjunto, cuando lo presupuestado es de alrededor de 600 millones.
Por supuesto hay justificaciones de peso para no ejercer el gasto. Comentan los encargados de comunicación social y algunos de sus jefes que no quieren correr los riesgos ni pasar los malos momentos que tuvieron la ex jefa de Gobierno Rosario Robles y su director de comunicación social, Agustín Granados, por los gastos de una campaña publicitaria. Se esfuerzan en seguir las normas para el ejercicio del presupuesto de comunicación que publicó Gobernación el 23 de enero de 2001. Dichas normas no son otra cosa que la actualización de las reglas del juego para la relación económica del gobierno con los medios que estableció Carlos Salinas de Gortari en su tiempo (1992). Ciertamente, ni en el salinato ni después se cumplieron las reglas. En este gobierno las normas sirven para amedrentar a los encargados de las áreas de comunicación social y retrasar el ejercicio del gasto. Aunque, efectivamente, ello no ocurre cuando se trata de campañas en radio y televisión, con máxima prioridad en las pautas publicitarias oficiales, pero sí se hace evidente en la contratación de medios impresos (más críticos con el foxismo) que se ven "castigados" con el manejo discrecional del presupuesto.
Interesa este asunto porque la aplicación a pie juntillas de las normas de Gobernación podría llevar a la desaparición de cientos de periódicos y revistas, y a privilegiar a ciertos medios, sean diarios o emisoras de radio y televisión. Además porque los lineamientos concentran en la Subsecretaría de Comunicación de Gobernación -que opera en común con la coordinación de comunicación social de la Presidencia- las decisiones sobre qué, cómo y cuándo se emiten mensajes o campañas de difusión en todas las dependencias oficiales y paraestatales. Además autoriza las pautas de publicación o difusión en medios electrónicos. Siendo así podría explicarse y hasta justificarse que algunos diarios con un reducido tiraje y escasa circulación reciben órdenes de inserción de planas y más planas de publicidad de algunas secretarías de Estado. Y es que, como en el pasado, el foxismo privilegia o desestima algunos medios "por conveniencia política" o, como se argumenta, para "cumplir con prácticas democráticas". Obviamente los resultados de estas prácticas no se reflejan en los informes que la SHCP presenta trimestralmente al Congreso ni en la Cuenta Pública de la administración federal que año tras año conoce la Cámara de Diputados, cuando se trata de presupuestos que funcionarios llegan a manejar de acuerdo a su estado de ánimo o intereses políticos personales, haciendo de lado que se trata de dineros públicos.
Lo que ocurre a nivel federal es más evidente a nivel local. Los gobernadores manejan con gran holgura y, en ocasiones a su conveniencia, los presupuestos de comunicación. De otra manera no serían explicables los increíbles gastos en publicidad que desde hace seis meses realizan los gobiernos de Hidalgo y estado de México para promover los distintos proyectos de construcción del nuevo aeropuerto de la capital mexicana. Por supuesto que Manuel Angel Núñez y Arturo Montiel aseguran que la inversión publicitaria la cubren mayoritariamente los grupos empresariales y los inversionistas, tan interesados en ser favorecidos con el magno proyecto. Y como en esta semana tampoco habrá humo blanco en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, cuando es sabido que el gobierno de Fox ya tiene todos los elementos técnicos, científicos y financieros para decidir la sede del nuevo aeropuerto, es previsible que los grupos en puja por el multimillonario contrato seguirán invirtiendo en desacreditar los estudios y conclusiones de ese grupo tan calificado que reunió el Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA).
EN 3 TIEMPOS
Siempre sí irá Fox a ver a su amigo Bush
Encadenados, 4 despedidos de la CFE
Sin límites, la muestra de Emilio Payán
YA NI HARA falta que Sojo, Derbez y Gil Díaz trabajen horas extra intentando armar un plan económico de contingencia. George Bush aceptó ayer que hay recesión en Estados Unidos y anunció que promoverá ante los líderes de su Congreso un paquete de estímulos económicos suficientemente grande para reactivar a la primera economía del mundo. Congresistas estiman que la inyección monetaria para estimular la demanda de los estadunidenses sería de unos cien mil millones de dólares. Así las cosas, bien por Vicente Fox, que ya prepara otra visita a la Casa Blanca. El Senado le dio permiso al Presidente para viajar a Washington entre el 2 y el 7 de octubre. Quiere saludar a su amigo Bush y reiterarle el apoyo de México tras los ataques del 11 de septiembre. Por cierto, desde el viernes pasado, el senador Diego Fernández de Cevallos comenzó a cabildear el aval del Congreso al tercer viaje del Presidente a Washington.
LOS AFANES DEL talibán por librarse de la "Justicia Infinita" acaparan la atención de los compas de los medios y nadie hace caso de las angustias existenciales de miles de desempleados que a diario denuncian y viven en permanente protesta. Por el sur del DF, afuera de las oficinas de la Secretaría de la Contraloría, se encadenaron cuatro agremiados del SUTERM. Los electricistas fueron despedidos por protestar contra el autoritarismo de la dirigencia sindical que comanda Rodríguez Alcaine. Antes, Armando Manríquez, Susano Rivera, Virginia Carrillo y Guillermina Zagaceta, sin empleo luego de casi 20 años de trabajar para la CFE, también se encadenaron frente a las oficinas de la empresa exigiendo su reinstalación. Y aunque usted no lo crea, Rodríguez Alcaine pregona que este año no habrá más despidos... menos el del susodicho.
GRACIAS A LA vida porque los hijos de los amigos nos sorprenden, emocionan, gustan... Vale por Emilio Payán, quien decidió hacer del arte una profesión de tiempo completo y hoy expone su obra Sin límites. Describe Arturo Rodríguez Doring la ruta existencial del artista: "... el edificio como morada, el camino como la vida misma, la pintura como un viaje por el tiempo hacia el futuro incierto". Y escribe en la presentación de la obra: "La vasta experiencia visual y la falta de un entrenamiento formal hacen de la pintura de Emilio Payán un tema del cual bien vale dedicar más que estas líneas, especialmente en estos tiempos en los que se habla poco de pintura". La cita es esta tarde a las 19:30 horas en la Galería Alfredo Ramos de la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, allá por Coyoacán
Ilustración: Luis Fernando / Serie: Hacia la transición
Ť Fax: 5262 4332 Ť [email protected]