MIERCOLES Ť 3 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Más de 50 mil personas se manifiestan en Quetta a favor del multimillonario saudiárabe
Ni una prueba convincente contra Al Qaeda por parte de Washington, advierte el gobierno de Islamabad
AP, DPA, AFP Y REUTERS
Quetta, 2 de octubre. El gobierno de Pakistán afirmó este martes que aún no ha recibido "pruebas convincentes" por parte de Estados Unidos sobre la implicación de Osama Bin Laden en los atentados del 11 de septiembre, mientras más de 50 mil personas marcharon por las calles de la ciudad paquistaní de Quetta para expresar su apoyo al régimen afgano del talibán.
El vocero de la cancillería, Mohamad Khan, señaló que la embajadora de Estados Unidos en Islamabad, Wendy Chamberlain, se reunió con el presidente Pervez Musharraf para informarle de los avances en las investigaciones de los atentados en Washington y Nueva York.
No obstante, aseguró que la embajadora no aportó ninguna prueba a las autoridades paquistaníes en relación con los ataques en Estados Unidos y sus vínculos con la organización de Osama Bin Laden, Al Qaeda. "No mostró algo concluyente que vincule a Osama Bin Laden con los ataques", sostuvo.
Pese a todo, Khan reiteró los llamados de Pakistán al movimiento talibán para que entregue rápidamente a Bin Laden.
Asimismo, dijo que Islamabad también espera ver cualquier plan de operación estadunidense en Afganistán para el que prometió intercambiar informes de inteligencia, permitir el uso de su espacio aéreo y dar apoyo logístico.
En Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, cerca de la frontera con Afganistán, los manifestantes, algunos armados con palos y sables, corearon lemas favorables al talibán y a Bin Laden, el hombre más buscado del mundo, radicado en territorio afgano desde hace cinco años; los manifestantes gritaron además consignas contra Estados Unidos y el presidente de Pakistán.
"Muerte a Musharraf", y "Afganistán será la tumba de las tropas estadunidenses", gritaban los paquistaníes.
La manifestación, que había sido prohibida por las autoridades, fue convocada por el Jamiat-Ulema-Islam lidereado por el maulana Fazal Ur Rahman, un movimiento radical islamita paquistaní.
El líder islamita encabezó la marcha, presentada por su movimiento como una advertencia a Estados Unidos para que no ataque a los talibán, al tiempo que reiteró las amenazas de una guerra civil en Pakistán si Islamabad colabora con los estadunidenses contra el régimen afgano.
"Si las fuerzas armadas no logran proteger el honor y la dignidad de Pakistán, entonces el pueblo se levantará para defender la independencia y la soberanía del país", vaticinó.
Fazlar Rahman también criticó las declaraciones del ministro de Finanzas, Shaukat Aziz, quien se alegró de que el apoyo de su país a Estados Unidos va a generar beneficios económicos a Pakistán. "El dinero no lo es todo. Las prostitutas reciben dinero pero no suscitan ningún respeto", dijo.