MIERCOLES Ť 3 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Advierte el régimen afgano su rechazo a cualquier gobierno "impuesto" desde afuera
Condenamos el terrorismo, pero necesitamos pruebas contra Bin Laden, reitera el talibán
Ť Afganistán necesita ayuda en alimentos, reconstrucción y seguridad, dice diplomático
REUTERS, AFP, DPA Y AP
Quetta, 2 de octubre. El régimen afgano talibán afirmó hoy que también condena "el terrorismo", pero reiteró su postura de que necesita "pruebas" de quienes reclaman la extradición de Osama Bin Laden, por lo que instó a negociar para evitar la guerra, ya que "preferimos las negociaciones y la paz".
La milicia talibán expresó al mismo tiempo su rechazo al acuerdo de Roma de la oposición en sus planes de establecer un nuevo gobierno afgano, y advirtió que desatará una guerra contra cualquier régimen que sea impuesto desde el exterior. Calificó como "receta" de Estados Unidos querer de regreso al ex rey Zahir Shah, a quien la etnia pashtú tachó de "rey fantoche de los estadunidenses".
El embajador talibán en Pakistán, Abdul Salam Zaeef, tras reconocer que Afganistán necesita ayuda en alimentos, protección y reconstrucción, añadió que "estamos dispuestos a negociar con cualquier país; formamos parte de este mundo y estaríamos felices de contribuir a cualquier acción que vaya en el sentido de la paz".
Asentó que "condenamos el terrorismo", pero "necesitamos pruebas". Sin éstas, sostuvo, su gobierno "no está en la medida" de entregar a Bin Laden, a quien Estados Unidos reclama al señalarlo como responsable de los atentados terroristas del 11 de septiembre contra blancos en Nueva York y Washington.
No habrá entrega sin evidencia
En rueda de prensa en esta ciudad paquistaní de Quetta, provincia de Baluchistán, el diplomático subrayó que "no nos comprometemos en una guerra", sino más bien "en negociaciones". Indicó que ellos no querían complicar los problemas del pueblo o de la región, pero "la entrega no es la forma, necesitamos pruebas. Queremos justicia. No queremos entregar a nadie sin evidencia."
Zaeef, quien insistió en que siempre están en disposición de negociaciones pacíficas, dijo creer que el disidente saudiárabe aún se encuentra en Afganistán, aunque sin saber en qué sitio. Añadió que comenzar una guerra es fácil, pero sus resultados son "malos".
En cuanto al acuerdo en Roma de la oposición armada Alianza del Norte con el ex rey Zahir Shah, depuesto en 1973 y desde entonces exiliado en Italia, descartó que el ex soberano de 86 años pueda tener algún papel hoy en día en Afganistán.
"No puede volver a tener un rol por segunda vez en Afganistán", dijo tras considerarlo como uno de los responsables de la destrucción del país asiático, en alusión a su fracaso en detener la creciente influencia de la antigua Unión Soviética a principios de los años 70.
El gobierno talibán aseveró por conducto de su vicecanciller Abdul Rehman Zahid, que el intento opositor de formar un nuevo gobierno se está llevando a cabo "a petición de Estados Unidos". Pero esos "esfuerzos no apuntan a poner fin a la guerra, sino a prolongar los combates. Un gobierno impuesto desde fuera no sería aceptable para el pueblo afgano y vamos a luchar contra esa gente".
Zahid, quien desmintió versiones de prensa de que una delegación talibán viajaría este martes a Irán y elogió su decisión de no cooperar con Washington, señaló que "los que se reunieron en Roma están buscando dinero sucio, tal como lo hicieron cuando la nación afgana estaba librando una jihad" (guerra santa) contra la ocupación soviética.
Uno de los líderes de la etnia pashtú, mayoritariamente talibán, Gulbuddin Hekmatyar, al rechazar un régimen impuesto del exterior asentó que Zahir Shah sería en Afganistán "un rey fantoche de los estadunidenses", sería "el Babrak Karmal estadunidense", en referencia al dirigente afgano comunista instalado en el poder en Kabul el 27 de diciembre de 1979.
Este pashtún, considerado islamista radical y que en el pasado fue protegido por los servicios de inteligencia estadunidenses y paquistaníes, consideró que señalar a Bin Laden como responsable de los atentados es un pretexto de Estados Unidos para invadir su país.
Este día unos 10 mil de manifestantes afganos salieron a las calles en Kandhar, bastión de los talibán, en respaldo del régimen islámico al grito de "muerte a Estados Unidos" y "Estamos listos para la jihad". Incluso sacaron una "resolución" en la que prometen no entregar a Bin Laden y oponerse a cualquier gobierno promovido desde el exterior.
Mientras los manifestantes quemaban muñecos del ex rey afgano y de George W. Bush, líderes tribales de las provincias afganas de Paktia, Paktika y Khost, dieron al liderazgo talibán una lista de 6 mil voluntarios para combatir contra Estados Unidos.
Reportes de prensa afirmaban que el talibán reforzando su defensa en Kabul, y que el ministro de Defensa, Obaidullah Akhund, se hallaba en el este movilizando a las fuerzas del talibán y hablando con los habitantes para tranquilizarlos. Otros ministros viajaban a Kandhar para entrevistarse con el máximo líder, mullah Mohammad Omar.
Algunos afganos que lograron huir a Pakistán afirmaban que los talibán estaban haciendo reclutamientos obligatorios, y que usaban la crisis para resolver viejas rencillas tribales. Algunos de esos refugiados favorecían la intervención estadunidense.
Trascendidos indicaban que líderes tribales en la frontera afgano-paquistaní se oponían a que el ex rey Zahir Shah se haya aliado a la Alianza del Norte, cuyo grupo agradeció los apoyos extranjeros pero se quejó de que la ayuda militar no llega. A su vez el hijo del ex rey, Mirwais Zahir, abogó por que se ataque "quirúrquicamente" los campos de entrenamiento "terroristas".
Y mientras otros allegados al ex rey señalaban su oposición a ataques estadunidenses indiscriminados contra inocentes, se comentaba que el papel de Zahir Shah aún no se definía y que, en todo caso, se buscaría una especie de consenso al estilo camboyano como el papel desempeñado por el príncipe Norodom Sihanuk desde su exilio en China en 1989, y que más tarde permitió su regreso "triunfal" a Pnom Penh.