SABADO * 6 * OCTUBRE * 2001

Centroamérica, el espectro del hambre

La región, en emergencia alimentaria por asistencia tardía y el envío de ayuda a los desplazados en Afganistán

BLANCHE PETRICH enviada

hambre_nicaragua_05Managua. Antes del 11 de septiembre la respuesta de los países ricos al llamado urgente del Programa Mundial de Alimentos cubría menos de una tercera parte de las reservas de granos que se habían considerado como el "mínimo indispensable" para hacer frente a la emergencia alimentaria de Centroamérica. Las bodegas con los últimos granos quedaron vacías desde los últimos días de agosto.

En su alerta especial del 12 de agosto, el PMA pedía de manera urgente un stock de 16 mil 500 toneladas métricas de granos y aceite para atender apenas a 360 mil personas, del millón y medio que ya entonces se cuantificaba como damnificados de la sequía. Para los primeros días de septiembre se recibieron 4 mil 800 toneladas métricas, un tercio del mínimo requerido; una donación del programa de alimentos de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) por poco más de 2 millones de dólares.

Los 340 mil centroamericanos restantes en emergencia alimentaria podrían ser atendidos, fuera del marco del PMA, por instituciones internacionales como Cruz Roja, Care o bien por organizaciones no gubernamentales.

En acuerdo con ONG y los gobiernos de los cuatro países más afectados, para ayudar a 700 mil personas a sobrevivir al menos hasta noviembre, cuando pudieran recogerse las cosechas de invierno, se necesitaba un mínimo de 350 mil toneladas. El PMA pedía solamente 165 mil.

Para los primeros días de septiembre se recibieron 4 mil 800 toneladas métricas, 29 por ciento del mínimo requerido. Pero para el día 25, ante la avalancha de desplazados en Afganistán, la agencia decidió reanudar su programa multimillonario para hacer llegar alimentos a un millón 600 mil afganos. El tablero de las prioridades se movió abruptamente.

¿Y después del 11 de septiembre?: "No puedo ser iluso. No puedo dejar de pensar que la emergencia mundial en Afganistán y el clima posterior a los atentados de Nueva York no va a tener un impacto negativo en el flujo de ayuda para Centroamérica", admite el especialista Roque Castro. Pero agrega con diplomacia: "Tengo confianza en que en la medida en que establezcamos ante la opinión pública las evidencias de esta crisis, la emergencia que se vive aquí volverá al foco de la atención internacional". Por lo pronto, el PMA se ve obligado a "focalizar aún más nuestros objetivos", admite Roque Castro. O como dicen en su tierra, Perú: "Robar a un santo para vestir a otro".
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Este cruel ejercicio ya se había hecho antes. La FAO y el PMA habían alertado en agosto que millón y medio de campesinos de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala perderían sus cosechas este año debido a los años consecutivos de huracanes y sequías, agravadas éstas por el actual periodo de estiaje, en el que el istmo centroamericano experimentó una reducción de 60 por ciento de las precipitaciones pluviales que se suelen recibir en el invierno.

De ese millón y medio de personas fueron identificadas 700 mil como sujetas a una "emergencia alimentaria", es decir, gente que no podría sobrevivir sin ayuda urgente del exterior. El mayor número se encuentra en Honduras: 316 mil personas con requerimientos de 135 mil toneladas métricas de grano en ayuda. Le siguen El Salvador, con 200 mil y un requerimiento de 113 mil toneladas adicionales; Nicaragua, 108 mil y 45 mil toneladas (el resto podrían ser suministradas con reservas nacionales) y Guatemala, con 63 mil personas en emergencia y necesidades adicionales por 57 mil toneladas métricas.'

La cifra de 16 mil 500 toneladas, que fueron pedidas al mundo, se calculó "focalizando" al extremo y previendo que en los cuatro países los campesinos podrían levantar sus cosechas de invierno. El 22 de agosto se recibió una tercera parte, 4 mil 800 toneladas; ese fue el último envío. El 7 de septiembre, después de una alerta de la FAO, el PMA reiteró su pedido. Después se vino encima el millón de nuevos refugiados de Afganistán.

Ante esto, señala el director regional, el PMA se ve ante un reto doble: "Ser más activo en atraer la atención internacional y ser mucho más estricto en la selección de objetivos de ayuda".

Esta es la descripción, país por país, de las necesidades y la ayuda disponible.

Honduras

El gobierno de Tegucigalpa declaró estado de emergencia alimentaria en el sur, centro y occidente del país.

De los 317 mil campesinos reconocidos como sujetos de ayuda de emergencia, el PMA "focalizó" sus programas para sólo 80 mil. Se reconoce que programas diversos de otras agencias donantes y ONG no se darán abasto para atender a los 237 mil restantes.

El PMA comenzó el 23 de junio la distribución de ayuda de poco más de dos mil toneladas métricas de alimentos, que es lo único hallado en la reserva. Se calculaba que sólo alcanzaría para cubrir un mínimo de requerimientos hasta fines de agosto. Desde principios de septiembre las bodegas están vacías.

Una evaluación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y las autoridades agropecuarias nacionales determinaron que en la región sur (Choluteca, Valle, Morazán y el sur de El Paraíso) la sequía ocasionó la perdida de ciento por ciento de las cosechas. En otras regiones los daños fueron de 50 por ciento.
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Nicaragua

El gobierno de Arnoldo Alemán no sólo se abstuvo de decretar emergencia alimentaria, sino que considera las denuncias sobre el hambre en las zonas rurales "propaganda sandinista".

El país enfrenta tres situaciones adversas. La sequía dañó entre 50 y ciento por ciento de las cosechas de maíz, aunque el frijol, productivo con lluvias tardías, podrá ser cosechado en diciembre. Tormentas en la región atlántica desbordaron el río Prinzapolka e inundaron cultivos, dejando sin casa ni alimento a mil 500 familias. La virtual quiebra de la mayoría de las fincas cafetaleras dejó sin sustento ni casa a más de 40 mil personas.

Fueron identificadas 107 mil personas en emergencia alimentaria, de las cuales el PMA se propuso atender a 45 mil. Otras 85 mil son atendidas por diversas instancias.

Hacia mediados de septiembre empezaron a escasear las reservas de granos.

El Salvador

La Asamblea Nacional decretó "emergencia alimentaria nacional". El gobierno federal declaró "alerta amarilla".

Los departamentos afectados por los sismos de principios de año son los mismos siniestrados por la sequía: Usulután, San Miguel, Morazán, La Unión... Las pérdidas de maíz ascienden a 90 por ciento de las siembras. En oriente se ubican 318 mil damnificados; en occidente, 94 mil. Se considera que la mitad del campesinado damnificado tuvo reservas para sobrevivir septiembre, pero el resto dependió totalmente de la asistencia del PMA, la Cruz Roja y la Iglesia luterana, entre otras instancias. De la ayuda internacional, hubo un stock para cubrir las necesidades hasta mediados de septiembre. Después de esa fecha no se ha dado a conocer ningún otro programa de contingencia.

Guatemala

El 3 de septiembre el gabinete social declaró "calamidad pública" a causa de la sequía, una fase previa a la declaración de emergencia. Con ello se trata de evitar que las empresas agroexportadoras se declaren en quiebra y cierren definitivamente.

El sur y el occidente, considerados tradicionalmente graneros del país, asiento de las principales plantaciones, sufrieron pérdidas calculadas en 14 millones de dólares.

Los departamenos en mayor crisis, pero no los únicos, son El Progreso, Zacapa, Jalapa, Jutiapa, Santa Tosa, Retalhuleu, Suchitepéquez y Baja Verapaz. En un diagnóstico conjunto, el PMA y el gobierno determinaron que son 63 mil 500 las personas en emergencia alimentaria.