DOMINGO Ť 7 Ť OCTUBRE Ť 2001

Una invitación inesperada

"šY qué! ƑNo van?", preguntó desde la ventanilla de su camioneta el presidente Vicente Fox a la señora Araceli Rosal Hernández que, acompañada de su pequeño hijo Armando, de 5 años, atendía su puesto de periódicos ubicado en avenida Hangares, muy cerca del aeropuerto de la ciudad de México... Y decididos se fueron con él en el avión TP-01 hasta Monterrey, donde el mandatario asistiría a la clausura de la reunión anual de industriales de la Concamin.

Así llegó Fox a la terminal regiomontana. Caminando de la mano con el pequeño Armando y la señora Rosal, sorprendida pero "muy contenta y agradecida" por el gesto presidencial. Más por su hijo, que por primera vez se subiría a un avión... "šY qué avión!".

Acompañantes de Fox fueron sólo el jefe del Estado Mayor Presidencial, general Armando Tamayo, y el vocero Juan Ignacio Zavala. Los inesperados invitados ocuparon asientos al lado del Presidente, que disfrutó de las ocurrencias de Armando.

Iba feliz. Y así llegó a Monterrey, de la mano del Ejecutivo, que se apresuró a presentarlo a sus anfitriones: "es mi amigo Armando... tiene cinco años, ayuda a su mamá a vender periódicos y por la tarde va a la escuela... šes un ejemplo para los chiquillos de México!"

El gobernador Fernando Canales Clariond y su esposa Angela, con un beso de por medio, atendieron amistosamente a Armando y a su mamá, quienes ya no se separaron del Presidente sino hasta el regreso a su realidad, el puesto de periódicos en avenida Hangares, desde donde seguirán saludando a Fox cada vez que aborde su avión... JUAN MANUEL VENEGAS