Ť El académico español critica el cambio que impulsa el gobierno de José María Aznar
Una reforma universitaria debe surgir del seno de sus integrantes, no de políticos: Mariano Peset
Ť Pendiente, modificar la forma de enseñar, porque "nuestro método es muy decimonónico"
KARINA AVILES
Una reforma universitaria más que ser impulsada por burócratas o políticos debe ser un proceso que surja, se discuta y negocie entre los propios miembros de la universidad, expone el académico español Mariano Peset, quien recién obtuvo el grado de doctor honoris causa de la UNAM. Al mismo tiempo, destaca que una institución de enseñanza no es una empresa porque si fuera así, al día siguiente "habría que hacer la suspensión de pagos y quitarla".
Mariano Peset nació en Valencia hace 67 años. Por él se otorgó autonomía al estudio de la universidad hispana. Como pionero en el análisis sociológico histórico de la población universitaria en América, comparte con la Universidad de Oxford la primicia en dichas investigaciones, indica una de sus semblanzas.
En entrevista con La Jornada, durante su estancia en este país para recibir el máximo reconocimiento al mérito universitario otorgado por la UNAM, Peset analiza el proceso de reforma de la universidad impulsado por el gobierno español y ofrece algunos elementos que, de acuerdo con sus consideraciones, deben tomarse en cuenta para llevar a cabo un cambio de dicha naturaleza.
El contenido de la reforma universitaria española tiene entre sus ejes pasar de una elección indirecta del rector a una directa. Ese nuevo método, señala Peset, "puede producir que los grupos políticos puedan tener más fuerza, por ejemplo, los socialistas, los del Partido Popular, porque quizá tienen más medios para realizar una campaña". Mientras que con el sistema indirecto, el claustro, que es el órgano que actualmente elige al rector, tiene mayor influencia. "Entonces, yo creo que no se cuestiona la democracia, sino quién va a tener mayor fuerza en estas elecciones."
Otro punto que se modificaría es la forma de selección del profesorado a través de un sistema denominado "habilitación". Esto es, hacer un examen para entrar a la categoría de profesor. Lo anterior, explica, en razón de que se acusa a las universidades de padecer "endogamia".
Las humanidades pierden terreno
Otra de las pretensiones es que entren las universidades privadas al Consejo de Universidades. En España, afirma Peset, las instituciones con ese carácter, salvo algunas excepciones, "son escuelas donde ni se va a investigar ni se va a pagar mínimamente al profesorado ni nada. Se va a aguantar al niño rico".
El doctor en Derecho y licenciado en Ciencias Económicas, en Historia y en Derecho abre un paréntesis para hablar de las modificaciones que están sufriendo los conocimientos en los que "es evidente que las humanidades han ido perdiendo cada vez mayor terreno". Hoy, señala, el mercado tiene una fuerza muy grande sobre la formación.
"Continuamente escuchamos: 'vamos a hacer la universidad como una empresa', cosa que no tiene sentido. Si una universidad fuera una empresa lo que habría que hacer al día siguiente es la suspensión de pagos y quitarla, porque no va a producir como tal", señala contundente.
Para Peset, el hecho de que las humanidades vayan perdiendo fuerza conduce a otro tipo de alumnos y de personas que "no es mejor ni peor". Considera que dichas áreas del conocimiento sirven "en general para criticar. Pero, en el fondo, tampoco creo que modifiquen mucho el movimiento de la realidad, de las cuestiones económicas, políticas. Es decir, no creo que desde las humanidades se pueda mejorar la realidad. Esa es mi opinión, quizá porque soy viejo".
Es mejor discutir e investigar
El académico de la Universidad de Valencia retoma su análisis de la reforma universitaria en España. En principio, apunta, los rectores "están un tanto en contra". En algún momento se dijo que los iban a destituir a todos para empezar con la nueva forma de selección, cuando la anterior es legítima.
"De todas maneras, en (la reforma) no habrán de crear más plazas, no hablan de más medios, no hablan de lo que sería más importante: la investigación y la docencia. Se trata de una reforma que no pretende gastar dinero. Sin embargo, para que la situación cambie se requiere de mayor profesorado. También se necesitan grupos de 20, porque mientras sigan 150 en un salón no pueden variar las formas. Pese a ello, el Estado no está dispuesto a invertir más."
La gran asignatura pendiente, indica, es modificar la forma de enseñar, porque "nuestro método es muy decimonónico". Existe una tendencia a trasmitir en lugar de criticar, discutir e investigar conocimientos.
Por ello, considera que lo fundamental de una reforma es impulsar la investigación y mejorar la docencia. Más que empezarla los "burócratas o los políticos" debe surgir del seno de la universidad.
En el caso de España, la reforma no salió de la universidad sino al revés, del gobierno. Sin embargo, una reforma es un proceso que empieza, se discute y se negocia entre los integrantes de la propia comunidad, insiste.