LUNES Ť 8 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť "Puede tener momentos terribles, pero al mismo tiempo es conmovedora"
El espinazo del diablo, desarrollada en la Guerra Civil española, habla de la solidaridad: Del Toro
JORGE CABALLERO
El director mexicano Guillermo del Toro (La invención de Cronos, Mimic) estuvo el pasado fin de semana en el Distrito Federal para promocionar su más reciente filme, El espinazo del diablo. En rueda de prensa comentó: "Esperé 16 años para realizarla. Puede tener momentos terribles y tétricos, habla de la solidaridad humana por medio de los niños, es conmovedora y tierna al mismo tiempo".
El espinazo del diablo, que ha resultado un éxito de taquilla en España, donde se rodó, cuenta la historia del infante Carlos, que es depositado en un alejado orfanato por su tutor, quien lucha en la Guerra Civil de España; ahí vive diversas experiencias, como establecer comunicación con un fantasma.
Del Toro apuntó: "Es la primera vez que me siento totalmente cómodo al estar filmando. La cinta se desarrolla durante la Guerra Civil española; intenté realizarla dentro de la Revolución Mexicana, pero ésta es muy compleja; sentí temor de que la guerra estuviera sobre la historia y no como trasfondo, pues es una historia humana".
Del Toro también informó que su debilidad por las historias de fantasmas se debe a que "he vivido muy de cerca casi todos los momentos, incluido el del fantasma que se escucha en la cinta, refleja todos los miedos que tuve en la infancia. Lo más satisfactorio de El espinazo del diablo es que fue mejor ahora que cuando comencé a escribirla y quería forzarla para que fuera un relato rulfiano dentro de la Revolución Mexicana".
Lo que causa un terror indescriptible es una bomba en el patio del orfanto, respecto de lo cual el director menciona: "La idea de un tótem tan grande como una bomba y la guerra; es algo que no se podría haber dado en México. El guión es mejor en la Guerra Civil, el marco es más claro, es intramuros, en ese orfanato y sucede también en la familia. La trama se desarrolla en un lugar lejos, pero que sabes que no lo está tanto y lo tienes en el mismo patio del orfanato".
Del Toro agregó: "Tomar la guerra como marco es de principio un horror, pero no está ahí su mayor peso, ya que la idea era que conforme pasa la trama provocara menos miedo y mayor ternura; le fui quitando el horror al fantasma cada vez que aparecía, con la idea de que éste fuera visto al final como un personaje más; por eso la película tiene una resolución netamente humana: quitarle capas, para que todo fuera más lastimero al final".
Del Toro afirmó que el largometraje tiene mucho de autobiográfico, y que se identifica con el niño Búho, "que no habla, pero ve mucho"; también el adolescente Jacinto contiene un poco de su personalidad: "Ese personaje es como todos somos: cuando algo nos lastima quisiéramos borrarlo y quemarlo para ya no recordarlo. El problema con él es que no tiene freno, aunque dentro de su maldad tiene un lado humano. A todos mis personajes los entiendo".
El rodaje de Blade 2
El realizador mexicano acaba de terminar locaciones en la ciudad de Praga, del rodaje Blade 2, mencionó que al buscar apoyo en instituciones nacionales le espetaron: "Tienes una carrera internacional y no requieres de más apoyo".
Desea trabajar en México después de acabar con la segunda parte del humano/vampiro Blade en los proyectos Plata y Montecristo.
Del Toro mencionó: "Me gustaría que fuera por México, pero le veo una imposibilidad. En España hay una cultura fílmica que favorece como creador principal al director, pero no creo que la Academia española postule a un director mexicano. Es la primera vez que hay una coproducción México-España y es el director mexicano el que va a filmar a Europa; normalmente es al contrario".
El espinazo del diablo está protagonizada por Marisa Paredes, Eduardo Noriega, Federico Luppi, Fernando Tielve e Iñigo Garcés; llegará a 250 pantallas mexicanas el 19 de octubre, distribuida por 20th Century Fox.