Lunes en la Ciencia, 8 de octubre del 2001
TESTIMONIO MA. VICTORIA LLAMAS
En 1959 tuve la fortuna de ser en el Distrito Federal una de las participantes en los ensayos clínicos que se hicieron antes de lanzar al mercado la píldora anticonceptiva. La clínica Prosalud Maternal, dirigida por la doctora estadunidense Edris Rice-Wray, estaba en la calle de San Luis Potosí, en la colonia Roma. šImagínate, era una clínica clandestina porque, en esa época, usar anticonceptivos era contra la ley y contra la religión! Entré a la clínica como voluntaria, porque al estar estudiando economía y tener conocimientos de estadística podía llevar el registro de los efectos secundarios en las mujeres mexicanas que eran sometidas, como conejillos de indias, a estos experimentos con la pastilla anovulatoria, que tenía dosis mayores a las que ahora tiene cualquier pastilla anticonceptiva. Y a pesar de que era algo clandestino y censurado, las mujeres acudían voluntariamente en tropel a la clínica Prosalud Maternal, porque muchas eran casadas, con un buen matrimonio, simplemente ya no podían seguir teniendo 12, 14 y hasta 10 y seis hijos, como se usaba en esos tiempos. Después me convertí en trabajadora a sueldo en esa clínica y llevaba un registro estadístico cuidadoso. A las mujeres se les daba un par de frasquitos, uno tenía una X y otro tenía una O y se les decía cuáles pastillas tomar durante qué días del ciclo y en qué forma tomarlas. Por supuesto que deben de haber sido dosis gigantescas de anovulatorios. Ahí trabajé por lo menos un año. Me parecía un trabajo importantísimo aunque algunos sectores de la izquierda mexicana consideraban que todo lo que tiene que ver con regulación de la fertilidad es una "estrategia malvada del imperialismo yankee" para hacer que los países en desarrollo tengan menos habitantes, y así poder acabar con ellos... francamente mí no entender esa lógica... Pero volviendo al tema: cada mes había que dar las dosis de pastillas y hacerles preguntas a las mujeres sobre si habían tenido sangrado a la mitad del mes, sobre si habían notado cambios en la calidad o en el volumen de sus pechos, sobre si habían notado cambios en la estabilidad emocional o el insomnio, es decir, registrar todos los efectos secundarios que pudiesen presentarse. Cuarenta y tantos años después, la Píldora no sólo se ha perfeccionado en su dósis, sino que es muchísimo más barata; ahora te la pueden dar en cualquier centro de salud o vas a la farmacia y ya no te apenas pedirla, porque ya no te consideran pecadora irredenta, lo cual es verdaderamente un avance maravilloso. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado, por ejemplo si fumas o si eres hipertensa, esto te puede crear problemas, la píldora anticonceptiva no puede ser usada cien por ciento por todas las mujeres. Pero šqué maravilla que tantas mujeres, en tantos países, puedan decidir cuántos hijos y cuándo los quieren y pueden tener! La píldora anticonceptiva puede significar un cambio impresionante en la historia del género humano. Aunque 40 años son todavía muy pocos para medir el impacto, pero estoy segura de que el futuro de la humanidad será otro cuando solamente pudiesen nacer aquéllos cuyo nacimiento fue esperado con amor, con ilusión, con madurez y con esperanza de futuro. Por supuesto que no estamos en contra de la natalidad, pero sí a favor de su control. ƑTe imaginas cómo sería el mundo si sólo existieran seres humanos cuyos padres y abuelos hayan sido deseados al igual que ellos? |