VIERNES Ť 12 Ť OCTUBRE Ť 2001
Investigación criminal para resolver los contagios de ántrax
Las circunstancias de la aparición de la bacteria de ántrax en Florida, donde ya mató a un hombre y contagió a dos de sus compañeros de trabajo, "no son naturales", dijo ayer el fiscal general estadunidense, John Ashcroft, al confirmar que la investigación fue oficialmente declarada criminal, tras el anuncio anoche de una tercera persona contaminada.
En un programa de televisión, Ashcroft dijo que todavía no se ha podido confirmar la fuente de las bacterias de ántrax halladas en las oficinas de American Media Inc, editora de publicaciones sensacionalistas.
"Estamos considerando esto como un asunto criminal", señaló. Cuando se le preguntó si éste podría ser el primer ataque biológico tras los atentados, dijo que no podría confirmarlo, pero destacó que la presencia de ántrax "resultaría muy rara en ese escenario (redacción de un periódico) de manera natural".
Agregó que "es muy difícil pensar que incluso una presencia orgánica, que ocurre normalmente en la naturaleza, provoque una concentración capaz de afectar o sentar las bases para el contagio de tres personas en un edificio específico".
En un esfuerzo por disipar los temores de una posible diseminación, Ashcroft comentó que autoridades medicas le habían dicho que se necesitan entre 5 mil y 10 mil esporas de la bacteria para que la gente se enferme.
Las farmacias de Boca Ratón han reportado una gran demanda de ciprofloxina, un antibiótico que cura el ántrax, y "algunos locales agotaron sus reservas". Sin embargo, los médicos advierten que si ese fármaco se usa de manera inadecuada, el microrganismo desarrollará resistencia.
El fiscal general no pudo confirmar si la cepa descubierta en Boca Ratón (Florida), provenía de un laboratorio de Iowa, como lo había dado a entender un investigador la víspera.
Mientras los temores sobre el ántrax se extienden por Estados Unidos, Europa no está preparada para detectar la amenaza de armas biológicas, según médicos británicos. El profesor Julius Weinberg, de la Universidad de Londres, junto con ocho de sus colegas, recomienda intercambios rápidos de información entre autoridades nacionales, y luego pasar de la información a la acción.
Al ejemplificar los peligros existentes, dijo que si un grupo terrorista "contamina un producto alimentario ampliamente vendido con gérmenes ordinarios como salmonelas o algo parecido, el suceso no será evidente de forma inmediata". REUTERS Y AFP