VIERNES Ť 12 Ť OCTUBRE Ť 2001

Otro desliz de Berlusconi

El jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, cuyas "metidas de pata" convierten sus viajes internacionales en un calvario, volvió a causar problemas diplomáticos al intentar hablar de la ley de finanzas italiana en Bruselas, en una cita dedicada a los problemas de Europa y el Oriente Medio.

El ex magnate de las comunicaciones y ahora primer ministro, quien viajó el miércoles a Bélgica para presentar un balance de sus primeros cien días de gobierno, vivió ayer un verdadero "calvario", como tituló el diario La Repubblica, tras ser desmentido por sus interlocutores y asediado con preguntas inoportunas por los periodistas.

El viaje, organizado para sanar las heridas causadas tras haber declarado en Alemania la superioridad de la cultura occidental e ilustrar su "plan Marshall" para Palestina, resultó en cambio una dura prueba para "el caballero", como suele ser llamado por amigos y enemigos.

Primero, tuvo que escuchar las quejas del vicepresidente de la Comisión Europea, quien le hizo un examen sobre el Islam y lo interrogó sobre el conflicto de interés que suscita el hecho de ser uno de los mayores empresarios de Italia y detentar el poder político.

Luego, perdió la paciencia durante la conferencia de prensa, en la que lo sometieron a una ráfaga de preguntas sobre el Islam y Occidente, sobre la ausencia de radares en los aeropuertos, a propósito de la tragedia en Milán; sobre la posibilidad de que construyan un monumento dedicado al ex dictador Benito Mussolini y sobre la nueva ley aprobada por el Parlamento que lo salva personalmente de las investigaciones judiciales hechas en el exterior.

El presidente de la Comisión Europea, el italiano Romano Prodi, viejo enemigo político de Berlusconi, no sólo no tuvo gestos para defenderlo, sino que se vio obligado a desmentirlo, tras una nueva "salida" de Berlusconi sobre la buena acogida a escala europea de la ley de presupuestos para el año 2002.

"No hablamos de ello" dijo Prodi. "No me he expresado sobre ese argumento, que será examinado en otra sede", dijo el comisario europeo para los asuntos económicos y monetarios, Pedro Sobles, quien también asistió a la reunión.

"Se limitaron a escucharme en silencio", rectificó posteriormente Berlusconi, quien había adelantado a los periodistas italianos que su proyecto financiero había sido bien recibido, tema que con anticipación le habían advertido que no se abordaría.

La ley financiera de por sí parece suscitar desconfianza, ya que para cumplir las promesas de su programa de gobierno Berlusconi deberá incrementar el déficit público, quebrando así los parámetros establecidos por consenso para todos los países que pertenecen a la Unión Europea.

Berlusconi, que al parecer quiso imponer el tema para obtener la aprobación anticipada, como escribe hoy un diario, probablemente termine por transformar sus virtudes de audaz empresario en "metidas de pata" como político.

AFP