VIERNES Ť 12 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Es "necesaria", dicen

Obispos de EU apoyan la guerra

Ciudad del Vaticano, 11 de octubre. Los obispos es-tadunidenses apoyan la acción militar lanzada por el gobierno de su país contra Afganistán en respuesta a los atentados del 11 de septiembre en Washington y Nueva York, pero exhortan a que "sea guiada por los límites tradicionales sobre el uso de la fuerza", informó aquí la agencia Zenit, especializada en asuntos religiosos.

En una declaración distribuida por los prelados estadunidenses que participan en el Sínodo Mundial de Obispos, que se desarrolla este mes en Roma, se subraya que la acción militar siempre es lamentable, "pero puede ser necesaria para proteger al inocente o para defender el bien común".

Firmada por el obispo de Galveston, Jo-seph A. Fiorenza, presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos Católicos, quien representa en el sínodo a la Iglesia en Estados Unidos, junto con Wilton Daniel Gregory, obispo de Belleville y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, la de-claración expresa su apoyo a los esfuerzos para dejar claro que esta respuesta militar va dirigida contra los que usan el terror y contra quienes les apoyan, no contra el pueblo afgano o el Islam.

"En el momento en que nuestra nación emprende una acción militar, nuestra Conferencia Episcopal pide oración continua, determinación y moderación en la respuesta a los ataques terroristas. Pedimos oraciones por nuestro presidente y los líderes na-cionales, por nuestros hombres y mujeres en servicio militar y por todos los afectados por los ataques terroristas", dice la declaración, de escasos ocho párrafos.

Asimismo, señala que las medidas para garantizar la seguridad de los civiles inocentes son tan necesarias como importantes y "apoyamos vigorosamente las iniciativas humanitarias en respuesta a la situación tan dura del pueblo afgano, especialmente de los refugiados y civiles desplazados".

Dice que "nos sentimos alentados por los esfuerzos que se están realizando para instituir una coalición global para buscar la justicia y una respuesta global utilizando medidas diplomáticas, económicas y humanitarias, así como medios militares legítimos".

Afirma que más allá de la crisis del mo-mento, "continuamos urgiendo a la reanudación de medidas diplomáticas y de otro tipo para asegurar una paz justa para palestinos e israelíes, y un mundo que sea más justo y pacífico para todos los que sufren la pérdida de sus derechos dados por Dios".

La declaración la firman también tres cardenales, entre ellos Edward Michael Egan, de Nueva York; William Henry Keeler, de Baltimore, y Francis Eugene George, de Chicago.