El aura de un trinitario
V.S. Naipaul
Mis antepasados empezaron a irse de la India a Trinidad hace como unos cien años. Yo nací en 1932, en un pueblecito llamado Chaguanas, a unos dos o tres kilómetros, tierra adentro, del golfo de Patria, en la casa que había construido mi abuelo en 1920. Esa casa, con su terraza y su barandilla y sus esculturas hindúes, no hubiera sido nada raro en una ciudad de la India. Hoy en día, y en Trinidad, es una rareza arquitectónica, pero en aquella época, pegaba. Chaguanas era sobre todo un asentamiento de indios. Había fiestas hindúes y musulmanas. El hindi (o la variante bojpuri) fue la primera lengua que oí.
Parecía algo tan asentado, tan completo, que costaba trabajo pensar que Chaguanas hubiera sido distinta. Costaba trabajo sorprenderse ante el hecho de que, más de 400 años después de Colón, hubiera indios en una parte del mundo que él había llamado las Indias, y que a quienes él llamaba indios hubieran desaparecido. No habían dejado monumentos; nadie los echaba en falta. Chaguanas no era sino un topónimo; muchos indios lo transformaron en ''Chauhaan", un nombre de casta hindú.
La sorpresa llegó más tarde, con la sensación de estar aislado del pasado, y fue en aumento durante la escritura de este libro. Un día me enteré en el Museo Británico del nombre del lugar en el que había nacido. El correo imperial español iba lento; una carta de Trinidad podía tardar dos años hasta que se leyera en Madrid. En 1625, ocho años después de la tentativa de Ralegh con las ''minas de oro" de la Guayana, los españoles seguían intercambiando cartas sobre las consecuencias. ''Os pedí que me dierais información sobre cierta nación de indios llamados chaguanes, que según decís son más de un millar, y de tan mala disposición que fueron ellos quienes encabezaron a los ingleses cuando éstos capturaron la ciudad", escribía el rey de España al gobernador de Trinidad el 12 de octubre de 1625. ''Su delito no ha sido castigado porque no había tropas disponibles para tal propósito y porque los indios no reconocen otro amo que su propia voluntad. Habéis decidido infligirles un castigo. Cumplid las órdenes que os he dado, y hacedme saber cómo va funcionando".
No se sabe qué ocurrió; pero al poco tiempo, en ese lugar llamado Chaguanas, nadie sabía que antaño hubiera vivido el pueblo de los chaguanes. Que yo sepa, sólo ha quedado constancia de su existencia en este documento, documento que no fue desenterrado de los archivos españoles hasta 1897.
Quienes escriben sobre Ralegh normalmente tienen que entrar con él en la Torre de Londres; prestan tan poca atención como el propio Ralegh a lo que quedó atrás. La historia roza momentáneamente una parte oscura del Nuevo Mundo; vuelven a hacerse las tinieblas; los chaguanes desaparecen en silencio. La desaparición carece de importancia; no forma parte del relato de nadie, pero así fue como se creó una colonia en el Nuevo Mundo. Hubo dos momentos en los que la ''historia" rozó a Trinidad. Este libro trata de recoger esos dos momentos. El relato acaba en 1813. Los indios de la India empezaron a llegar en 1845, pero la colonia había sido creada mucho antes.
En esta edición se han incorporado diversos cambios que realicé para la edición estadunidense. También he revisado los dos últimos capítulos.
Reproducimos para los lectores de La Jornada la introducción de La pérdida de El Dorado, libro publicado en febrero de este año por Editorial Debate. Leemos lo siguiente en la contraportada: ''Quinientos años de sangre, dolor y soledad. V.S. Naipaul, 'el otro gran escritor del Caribe', complementa la prodigiosa fábula de Gabriel García Márquez al contarnos de modo magistral los encantos de una novela histórica de su isla natal: Trinidad, que desde los primeros tiempos de la Conquista fue punto de partida para las alocadas y sangrientas expediciones españolas en busca de la mítica Ciudad de Oro y territorio de combate para las ambiciones coloniales de Inglaterra, que no se detendrá hasta hacerse con el poder en la zona aprovechando los transtornos que darán lugar a principios del siglo XIX a las guerras de Independencia de las Colonias españolas de América''.