SABADO Ť 13 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Entregas aéreas, un fracaso; en peligro 7.5 millones, al acercarse el invierno, advierten

Bombardeos y cierre de fronteras exacerbarán la crisis alimentaria en Afganistán: ONG

Ť Aseguran que la campaña militar estadunidense provocará más y no menos muertes

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Nueva York, 12 de octubre. El presidente George W. Bush reiteró esta semana que Estados Unidos no está atacando al pueblo de Afganistán y que su gobierno entregaría asistencia alimentaria a ese país, pero varias agencias de asistencia internacional sostienen que la campaña de bombardeos combinada con la clausura de las fronteras de la nación asiática podrían hacer escalar de forma alarmante la crisis humanitaria que enfrenta ahora esa región.

La muy publicitada campaña de entrega de asistencia alimentaria podría exacerbar, de hecho, los problemas en Afganistán y provocar una mayor tasa de muertes. "Los suministros (hechos llegar) por aire ofrecen una gran imagen en televisión, pero frecuentemente representan un fracaso al responder a una crisis alimentaria", explicó Will Day, ejecutivo en jefe de la organización humanitaria Care International.

Los expertos en desalojo de minas terrestres también advierten que los hambrientos que buscan el alimento arrojado por aviones sobre Afganistán, donde existen unos 10 millones de minas no estalladas y otros pertrechos, casi seguramente acabarán como víctimas de explosiones.

"Todavía se registran entre 10 y 15 incidentes de minas por día. En su mayoría, los paquetes de alimento fueron arrojados sobre los altos del centro y por la zona fronteriza con Pakistán, donde se sospecha la presencia de minas", comentó un vocero del grupo humanitario Omar, que trabaja en Afganistán. En entrevista con el diario británico The Independent, el vocero agregó que "tenemos que preguntarnos si los estadunidenses están conscientes de la situación en el terreno".

Arrojados, 145 mil paquetes

attack_afghanistan_vi12aaEstados Unidos ha arrojado, hasta el jueves, 145 mil paquetes de asistencia alimentaria desde el aire, según Andrew Natsios, administrador de la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos. Pero Care, Oxfam International y otras organizaciones, destacaron que esas entregas aéreas de alimento tienen un impacto mínimo en un país donde, aun antes de los ataques estadunidenses, cuatro millones de personas habían abandonado sus hogares en busca de alimento, y ahora se calcula que 7.5 millones están en peligro de pasar hambruna al aproximarse el invierno. Recientes informes de la Organización de Naciones Unidas sugieren que sólo en las últimas dos semanas, un millón de afganos han abandonado sus hogares.

 Estados Unidos ha sido el principal suministrador de asistencia de alimentos para Afganistán durante varios años, y Natsios comentó esta semana que además de las entregas aéreas, Washington arrendó cuatro mil burros para transportar alimento a regiones remotas y está trabajando con agencias humanitarias para transportar más alimento al país.

Pero en el contexto de una guerra que Bush ha dicho podría durar mucho tiempo, las agencias de asistencia y grupos de derechos humanos advierten que el resultado de la campaña estadunidense en Afganistán será de más y no menos muertes. "La combinación de ataques aéreos y fronteras cerradas ha dejado a millones de civiles afganos sin acceso a reservas de asistencia vitales", advirtió Julian Filochowski, director de la oficina británica de la agencia de asistencia católica Caritas. Pakistán, Irán, China y las ex repúblicas soviéticas de Tadjikistán y Uzbekistán han cerrado sus fronteras con Afganistán.

El problema, explicó Mary Wareham, directora de investigaciones de la Campaña Internacional por la Prohibición de Minas Terrestres, es que la gente será expulsada de sus hogares por la campaña de bombardeo estadunidense para huir hacia las fronteras, donde se congregaran en grupos enormes. "Si las fronteras están cerradas, podrían dejar los caminos e intentar cruzar por zonas en donde las minas no han sido removidas. Nadie sabe lo que ocurrirá", advirtió Wareham a La Jornada.

Millones dependen de la ONU

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha suspendido sus envíos a Afganistán desde el lunes pasado, pero el jueves anunció que intentaría enviar un convoy a Kabul para entregar alimentos. "No tenemos opciones. Millones de personas en Afganistán dependen de nosotros", dijo Francesco Luna, vocero de esa agencia.

Pero particularmente desde que un misil estadunidense mató a cuatro trabajadores afganos de una agencia afiliada a la ONU, la organización mundial ha expresado una creciente alarma sobre los peligros de brindar asistencia. "Las entregas aéreas de alimento no son suficientes, y no necesariamente alcanzarán a aquellos más necesitados. También nos tenemos que preparar para que empeore una ya de por sí crítica situación al acercarse un invierno notoriamente duro en Afganistán", advirtió el senador estadunidense Paul Wellstone, en una declaración difundida esta semana y publicada por el Boston Globe.

"Si una catástrofe humanitaria es atribuida a nuestras operaciones militares, podría deshacer nuestra coalición internacional de lucha contra el terrorismo, podría radicalizar a más gente con simpatías a las perspectivas de los terroristas y, al final, podría hasta hacer más vulnerable al pueblo estadunidense".