SABADO Ť 13 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Blair actúa más como embajador de Bush que como premier: Financial Times

En esta guerra, ninguno de los países involucrados habla de dinero hasta ahora

Ť De 71 mil mdd que costó la del Golfo, 53 mil mdd fueron pagados por los aliados de EU

DPA

Londres, 12 de octubre. La llamada guerra contra el terrorismo que Estados Unidos y Gran Bretaña llevan a cabo actualmente en Afganistán se proclama como diferente a todas las anteriores, pero hay un aspecto no mencionado que también la hace especial: nadie habla de dinero.

A una semana del comienzo de los bombardeos, ni Washington ni Londres han dado a conocer cifras acerca de los costos de la operación castrense. Y en la mayor parte de las capitales europeas se habla a menudo de solidaridad en la lucha contra el terrorismo y muy poco de hacerse cargo de su peso financiero.

A diferencia de lo que pasó en la Guerra del Golfo en 1990-1991, cuando Estados Unidos consiguió que sus aliados cargaran con gran parte de los gastos, ahora no ha presentado ninguna solicitud al respecto. En los 90, del total de gastos de entre 61 mil y 71 mil millones de dólares, 53 mil millones fueron pagados por otros países.

La mayor parte del dinero provino de Arabia Saudita, mientras que 16 mil millones de dólares salieron de las arcas de Alemania y Japón.

El Departamento de Estado estadunidense dice ahora que esta vez fueron ellos mismos los atacados, y por tanto les corresponde costear la operación. Otros países pueden participar si quieren, pero Washington no lo solicitará.

"La decisión británica de comprometerse militarmente es soberana de Gran Bretaña", afirmó un portavoz de Downing Street 10, sede del gobierno de Tony Blair.

Con base en la "relación especial" que une históricamente a ambos países, la participación de soldados británicos le dio a Blair una relevancia internacional que éste disfruta como "autonombrado embajador del gobierno Bush", según comentaba con cierta ironía el Financial Times.

Blair se ha convertido en aquel que puede dar a conocer supuestas "pruebas" contra Osama Bin Laden, mientras que el secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, se ve incapacitado para hacerlo.

Y es Blair quien habla en un discurso acerca de un nuevo orden mundial, en unas palabras que en realidad debían haber sido emitidas en Washington.

Problemas financieros británicos

Sorprende muchísimo que los colaboradores del primer ministro en Downing Street ni siquiera se atrevan a especular ("no soy adivino", respondió uno) acerca de si se pedirá en el futuro ayuda financiera a los aliados europeos, en vista de la crisis en que se encuentra Gran Bretaña.

Aunque Blair aseguró que "las finanzas estatales están en un estado estupendo", si se analiza el presupuesto de defensa de este año, de 23 mil millones de libras (unos 33 mil 300 millones de dólares), se ve que es casi 4 por ciento menor que el de 1999.

El año pasado de hecho el Ministerio de Defensa se vio obligado a desmentir que la flota y los aviones británicos estén casi inutilizados debido a la escasez de combustible y mantenimiento.

"Esta es una guerra muy distinta", argumenta David Mulholland, experto económico de la revista especializada en cuestiones militares Jane's, para justificar la actitud estadunidense y británica de no hablar de dinero.

A diferencia de la Guerra del Golfo (todavía) no hay intervención de tropas de tierra. Y al contrario de Irak, una país "relativamente industrializado", la utilización de bombas, misiles y cohetes será limitada. "Simplemente no hay tantos objetivos en Afganistán", dijo, por lo cual los costos son difíciles de establecer.

Para los británicos se dio la buena casualidad de que unos 23 mil hombres se encontraban en Omán para participar en la maniobra Sai Sareea. El ejército cuesta 93 millones de libras, pero ya estaba previsto en los presupuestos de los últimos cuatro años.

Y con los caros misiles de tecnología GPS (cada uno de 600 mil dólares), los británicos son ahorrativos, tras haber usado muchos en Kosovo: en la primera noche sólo atacaron uno de los 31 objetivos.

En los países europeos no se toca para nada el tema de la financiación. Y si se hace, no es para ayudar a Washington, sino en beneficio propio.

Turquía por ejemplo, que se ve como una víctima económica de las sanciones contra Irak, le pidió por primera vez al gobierno de Estados Unidos, tras ofrecer su ayuda en la lucha contra el terrorismo internacional, que le dé facilidades para pagar 6 mil 500 millones de dólares en deudas por la compra de armas.