SABADO Ť 13 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Siete de cada 10 mexicanos en esa circunstancia viven en las las ciudades
Se eleva el número de pobres extremos en los centros urbanos, advierten analistas
Ť Carece el gobierno de visión estratégica para elaborar programas sociales, afirman
HUMBERTO ORTIZ MORENO
La pobreza extrema y la indigencia registran un crecimiento "brutal" en los centros urbanos del país, superando ya a las comunidades rurales, y actualmente siete de cada 10 pobres viven en las ciudades.
Frente a esta problemática, el gobierno carece de visión estratégica para rediseñar los programas sociales e identificar los núcleos de población donde el fenómeno amenaza con estallar en los próximos años, advirtieron los investigadores Julio Boltvinik, Rodolfo de la Torre y Susan Parker, quienes han evaluado para diferentes organismos nacionales e internacionales los planes gubernamentales en la materia.
"Las grandes ciudades son hoy más sensibles a los cambios económicos" y concentran ahora a "una pobreza olvidada", argumentaron.
En este sentido, consideraron que las reformas económicas y la apertura solamente han servido para incrementar la concentración del ingreso y las oportunidades de educación para el 10 por ciento de la población más adinerada del país, mientras los segmentos más pobres están prácticamente estancados desde hace ocho años.
Señalaron que el gobierno de Vicente Fox "se agarró" de los índices de evolución de la pobreza manejados por la administración de Ernesto Zedillo hasta después de 1996, cuyos resultados manifiestan que aparentemente el modelo económico "iba bien" y no había que moverle nada.
Sin embargo, a su juicio ya demostraron que sólo han servido para propiciar sesgos burocráticos que benefician finalmente a sectores más privilegiados, y revelan que la pobreza se estancó, porque los núcleos marginados fueron abandonados.
Los tres expertos que participaron en la mesa redonda Pobreza, dentro de la vigesimoséptima Jornada de Economía de la Universidad Iberoamericana, presentaron sendas estadísticas para ilustrar ese grave problema en México.
"El modelo de desarrollo ha propiciado un empobrecimiento brutal de la población", remarcó Julio Boltvinik, investigador de El Colegio de México, si bien en el sexenio zedillista, acotó, "no parecieron tan mal las cosas."
En realidad, aseveró, es que en el periodo 1994-2000 el esfuerzo gubernamental para redirigir los recursos del gasto social se centró en el medio rural, olvidándose por completo de las zonas urbanas.
Así, los niveles de población empobrecida se mantuvieron prácticamente estancados, pues Zedillo empezó en 1994 con 76 por ciento de los mexicanos en esa situación y terminó en 2000 con 76.95 por ciento, según los cálculos de Boltvinik.
Y ahora, con "la mala noticia de que el crecimiento económico se detuvo", el especialista advirtió que si México no logra aprovechar mejor la década histórica de crecimiento de las exportaciones para bajar la pobreza, "no la resolveremos nunca".
Citó que, por ejemplo, la indigencia en las urbes pasó de 21.5 a 33.6 por ciento en el periodo 94-2000, en un "salto brutal de la pobreza más aguda". En el mismo lapso, el número de pobres pasó de 68.5 a 70.73 por ciento de la población en ciudades.
Es decir, más de 50 por ciento de la población pobre está en los centros urbanos y 15 por ciento en comunidades rurales. La explicación es que los primeros experimentan ahora mayor sensibilidad a los movimientos de la economía.
Es decir, que conforme a los ciclos económicos de crisis actual, la incidencia e intensidad de la pobreza tienden a empeorar. Basta señalar que más de la mitad de los indigentes del país vive en las urbes.
Boltvinik expuso que dos terceras partes del total de pobres viven en ciudades como producto del sexenio zedillista, o sea 65.9 por ciento contra 34.1 del medio rural. O mejor dicho, siete de cada 10.
A su vez, Rodolfo de la Torre, investigador de la Universidad Iberoamericana y ex asesor del Banco Mundial, la Cepal y de organismos gubernamentales mexicanos, discrepó de Boltvinik en cuanto a la intensidad de la pobreza entre zonas urbanas y rurales, pero coincidió en que la tendencia apunta a que el fenómeno crezca en las ciudades.
"Las autoridades deben tener mucho cuidado con los programas dirigidos a atender el problema", subrayó.
También compartió la idea de que de 1994 a la fecha la pobreza ha permanecido inalterada y alertó que "seis años sin logros es preocupante". Desde su punto de vista, el fenómeno se debe al magro crecimiento económico y a la apertura ded los mercados, pues los trabajos mejores remunerados han sido los más beneficiados y se privilegia a los niveles educativos más altos.