LUNES Ť 15 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť En la aldea de Kadam, que no pasaba de 400 habitantes, se habla de 230 muertos

La prensa extranjera constata por primera vez los daños a civiles afganos por bombardeos

Ť Pobladores se mostraron indignados al principio; ¡vienen a matarnos!, gritaron Ť El régimen islámico autorizó el acceso para que el mundo sepa "las mentiras" de EU, aseguró un funcionario

AFP, DPA, REUTERS Y AP

Kadam, Afganistan, 14 de octubre. Un grupo de periodistas extranjeros y equipos de televisión pudieron este domingo constatar aquí, por primera vez, los daños a civiles causados por los bombardeos estadunidenses, que prácticamente arrasaron con la aldea de Kadam, dejando saldo de unos 230 muertos y decenas de heridos.

Los daños fueron de tal magnitud que no sólo quedaron reducidas a escombros decenas de viviendas, en su mayoría chozas de barro, sino que además familias enteras resultaron muertas, así como varias decenas de animales entre cabras, ovejas y asnos, que formaban parte del sustento de sus habitantes.

Aunque la visita de los periodistas estuvo guiada por responsables de la milicia gobernante del talibán para mostrar al mundo los daños de los bombardeos, en un principio la gente se mostró indignada, gritando "¡vienen a matarnos, a buscar información para decirles a los aviones dónde tienen que bombardear!"

Dónde está Bin Laden, preguntaban sobrevivientes

afghanistan_attacks_vil_du8Los sobrevivientes señalaban que en la aldea sólo viven personas inocentes y que no hay ninguna base militar. "¿Qué buscan en Afganistán? ¿Dónde está Osama Bin Laden? Muéstrenmelo. Aquí no está. ¿Por qué nos bombardean?", preguntó Gul Mohammad Ahmed a la comitiva de prensa.

El viceministro de Información, Abdelbaqi Haqqani, declaró que la autorización por primera vez del régimen islámico para que equipos extranjeros de prensa entraran a territorio afgano era para "denunciar las mentiras" estadunidenses, pues "nuestro objetivo es explicar la verdad al mundo entero".

 Señaló que "los estadunidenses y sus aliados aseguran atacar los centros de los talibán y de Bin Laden. De hecho han atacado las zonas residenciales". Por eso invitaron a los medios de comunicación extranjeros para denunciar los hechos y que "el mundo entero observe ejemplos vivos de las mentiras estadunidenses".

Hasta el momento sólo la televisión árabe Al Jazeera tenía acceso a lo que estaba sucediendo dentro de Afganistán, pues antes del inicio de los bombardeos del 7 de octubre los talibán habían expulsado a todos los periodistas extranjeros. Incluso, varios enviados de prensa fueron arrestados por las autoridades ante su afán de ingresar clandestinamente para narrar los sucesos.

Entre la prensa extranjera que ahora tuvo acceso figuraban Al Jazeera y la BBC de Londres, que comprobaron que casi todas las casas de la localidad resultaron destruidas, algunas por completo, mientras otras se veían sin techo o destartaladas, en medio del hedor de carne en descomposición.

Según los habitantes, se han contabilizado hasta el momento 230 muertos y decenas de heridos, de un poblado que no pasaba de 400 personas. El pueblo es-tá a unos 40 kilómetros de Jalalabad, una de las ciudades importantes del este del país.

"¿Por qué los han matado?"

Abdul Rasool, de 40 años, dijo ha- ber perdido su casa y a toda su familia, pues murieron su esposa y sus tres hijos. Sólo se salvó él porque al caer las bombas, en la madrugada del pasado miércoles, se encontraba en una mezquita realizando su oración matutina, como acostumbra.

"He perdido a todos mis seres más cercanos y más queridos. ¿Por qué los han matado? ¿Cuál es nuestro crimen?", preguntó Haji Naziz.

Un periodista de la BBC dijo creer que quizá la ofensiva iba dirigida a una ex base mujaidín en las cercanas colinas de Tor Ghar, y que en cambio las bombas se desviaron al pueblo.

Entre tanto, en Londres, la periodista británica Yvonne Ridley ?liberada el lunes tras haber permanecido 10 días detenida en Afganistán por haber entrado ilegalmente al país? dijo que pudo darse cuenta de que los talibán "son gente muy respetable", mantuvieron su palabra y "no fueron hostiles".