LUNES Ť 15 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Documentos oficiales detallan vínculos con funcionarios priístas
Ido el PRI, decae el porrismo en el IPN
Ť El refuerzo de cuerpos de seguridad, otro factor del alejamiento de pandilleros
JOSE GALAN
Con el cambio de gobierno y la falta de financiamiento de fuentes tradicionales, el porrismo en el Instituto Politécnico Nacional ha entrado en declive. Guardias en las puertas, expulsiones e investigación de presuntos alumnos y una política de austeridad, que ha permitido a la institución llegar a ahorros por 500 millones de pesos, han permitido disminuir la criminalidad en esa casa de estudios.
Sin embargo, de acuerdo con documentos de seguridad nacional obtenidos por este diario, el cambio más importante obedeció a la pérdida de poder por parte del Partido Revolucionario Institucional y, con ello, la pérdida de una de las principales fuentes de financiamiento del porrismo en el Poli. Con el relevo de Diódoro Guerra por Miguel Angel Correa Jasso "se precipita la salida de los incondicionales del primero", principalmente del área de vigilancia y de Promoción Deportiva, desde donde emanaban recursos institucionales para los grupos delictivos, añade el análisis.
Un ejemplo ocurre en el centro de Estudios Científicos y Tecnológicos número 5 Benito Juárez García, ubicado en la calle de Emilio Dondé número 1, en el centro de la ciudad, que era dirigido hasta el pasado 5 de julio por Otilio Adame Gallegos. Ahora está a cargo Jorge David Vega Becerra.
Allí actuó una importante ramificación de la Federación de Estudiantes Politécnicos (FEP) hasta el año pasado, cuando fue detenido Roberto Márquez Santamaría, alias El Buck, quien fue liberado en los primeros meses de este año y se retiró de manera definitiva del plantel. De acuerdo con fuentes de seguridad nacional, su lugar fue tomado por Raúl Pablo Moreno Carreón, alias El Chabacano, quien junto con Oswaldo Sánchez Jiménez, Antonio González López, El Perro; Ariel González, El Ariel, y Mario Hernández Castellanos, El Dunk, entraban regularmente al plantel hasta antes del relevo del director. Ahora el personal de la Policía Bancaria e Industrial que vigila las instalaciones les ha impedido el ingreso.
Levín Coppel, Schiaffino y Legorreta, entre los involucrados
De acuerdo con los documentos, hasta el año pasado las actividades porriles de la FEP estaban en auge. Sembraban el terror entre alumnos, profesores, trabajadores de apoyo a la docencia, padres de familia, comerciantes establecidos y semifijos de la periferia del plantel. Los porros recurrían a la extorsión, el asalto, la agresión, el tráfico de enervantes, el robo de vehículos y autopartes, y armaban riñas colectivas, particularmente durante los partidos de futbol americano, incluyendo detonación de artefactos explosivos de fabricación casera conocidos como petardos.
"Para ello contaban con la impunidad que les conferían las autoridades priístas del gobierno de la ciudad de México, así como el financiamiento que desde las oficinas del PRI se les otorgaba vía el Frente Juvenil Revolucionario o dependencias del gobierno federal como el Instituto Nacional de la Juventud", explica el documento.
Y añade: "ya que se cerraron las fuentes de financiamiento del FJR del PRI, a través del ex diputado local Oscar Levín Coppel y el ex secretario de la comisión especial de Asuntos de la Juventud en la 57 Legislatura Enrique Padilla Sánchez, además de Jorge Schiaffino, ex secretario de organización del PRI-DF, así como fuentes alternas de financiamiento por parte de Roberto Cortez Quiroz, director de la Auténtica Porra Oficial del IPN, y Mario Humberto Cruz Martínez, jefe de la división de Servicios Jurídicos, Seguridad y Vigilancia del propio instituto", la situación tiende a volver a la tranquilidad. Entre las fuentes de financiamiento, el reporte ubica también a Jorge Legorreta, ex delegado en la Cuauhtémoc en el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles.
Sin embargo, el informe de seguridad nacional sostiene que además de las actividades financieras externas hubo falta de acciones concretas por parte de las autoridades administrativas de los planteles afectados por el porrismo para erradicarlos, ante el temor de ser agredidos en sus personas o sus bienes si se negaban a brindarles espacios para sus actividades, computadoras, papelería para propaganda, o incluso el apoyo en servicios escolares, como espacios extraordinarios en la matrícula escolar para los rechazados, segundas rondas de exámenes a título de suficiencia y tráfico de calificaciones y certificados de terminación de estudios.
Pero con la llegada del nuevo director, sostiene el reporte, se aplicaron medidas de seguridad: cada uno de los tres accesos al plantel está custodiado por cinco efectivos de la Policía Bancaria e Industrial, quienes exigen la presentación de credenciales a los estudiantes, identificación de cada trabajador y profesor, así como a los visitantes, que ahora deben dejar su identificación para ingresar a las instalaciones.
Además se incrementó sustancialmente la plantilla de prefectos, quienes tienen escritorios en cada uno de los tres cubos de escaleras, y en cada uno de los tres pisos, en los tres edificios que conforman la escuela, quienes de inmediato dan la alerta al detectar personas extrañas.
Entre alumnos, maestros, trabajadores de apoyo a la docencia, alumnos, padres de familia, comerciantes y vecinos del plantel existe "la firme convicción" de que desde el relevo del director las actividades escolares han mejorado sustancialmente. Incluso, el reporte indica testimonios de que los ilícitos en torno a la escuela han disminuido sensiblemente por la constante vigilancia policiaca del gobierno capitalino.
Hasta ahora ya no hay movilizaciones de porros a favor de rechazados, en demanda de la ampliación de la matrícula o de un periodo extraordinario de exámenes a título de suficiencia. Sin financiamiento o apoyos institucionales, el porrismo mantiene un bajo perfil, y la escuela está tranquila, aseguran en el IPN.