MIERCOLES Ť 17 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Necesaria, una nueva relación entre poder y ciudadanos
La cohesión social en México apunta hacia su inviabilidad, estiman expertos
De continuar las tendencias actuales en política, economía, educación, procesos electorales, racismo, narcotráfico y salud, entre otras, la cohesión social apunta hacia su inviabilidad en el mediano y largo plazo, consideraron Mauricio de María y Campos y Georgina Sánchez, quienes adelantaron a los medios los contenidos del libro ƑEstamos Unidos Mexicanos? Los límites de la cohesión social en México.
En conferencia de prensa, los autores comentaron que una de las conclusiones de la obra, que será presentada el miércoles 24 de este mes --en Casa Lamm, por José Agustín Ortíz Pinchetti, Rolando Cordera, Mauricio de María y Campos y Georgina Sánchez-- es que "México requiere la creación de un nuevo pacto social que, más que la refundación de las instituciones, consista en nuevas formas de articulación entre la identidad y la conciencia; en suma, en una nueva relación entre el poder y los ciudadanos. Ninguna política tiene razón de ser, si en última instancia no tiene por fundamento la sustentabilidad social, una política de Estado".
Subrayaron que los efectos de la política económica y del modelo de desarrollo seguido hasta ahora han contribuido a exacerbar polarizaciones internas e interregionales, pero también entre mercado interno y externo, desarrollo nacional y globalización.
Incluso, anotaron, una de las mayores presiones hacia la ruptura de la cohesión social ha sido generada por la fe exagerada en los mercados y en la globalización.
De María y Campos manifestó que durante los últimos 10 años la respuesta mexicana frente a la globalización fue la apertura de sus fronteras al comercio y a las inversiones extranjeras, y la integración con Estados Unidos y Canadá a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Este proceso, abundó el analista, ha ocurrido entre países con niveles de desarrollo muy dispares; se ha limitado a los bienes, a los capitales y a los servicios, excluyendo el libre flujo de trabajadores mexicanos, y no ha involucrado políticas ni recursos compensatorios para superar las disparidades interregionales y las dotaciones de infraestructura física e institucional.
Las diversas rupturas de la cohesión social se expresan en la heterogeneidad del ingreso familiar, la dispersión poblacional, las brechas generacionales, la discriminación familiar, de género, étnica, económica, cultural y sicológica.
En las conclusiones del libro se resalta que "la corrupción en México es un asunto social, político y económico, pero tambien cultural. La importancia de ésta en la cohesión social se fincó en que se convirtió en un mecanismo central de mediación funcional ante la ilegitimidad de los mecanismos de mediación política, el déficit de representación, la falta de credibilidad en las instituciones y la inequidad en la distribución de la riqueza".