MIERCOLES Ť 17 Ť OCTUBRE Ť 2001
Javier Aranda Luna
Los 30 años de Plural
Hace 30 años, el 15 de octubre de 1971, nació una de las publicaciones hispanoamericanas más importantes del siglo XX. Su propósito era convertirse en un lugar de encuentro entre la imaginación creadora y el pensamiento crítico. Su nombre: Plural. Su director: Octavio Paz.
Con esa revista Paz continuaba una tradición familiar y una pasión de toda su vida. Recordemos que su abuelo, Ireneo Paz, fue un constante y combativo editor: el editor nada menos que del Plan de Ayala y de los periódicos El padre Cobos y La patria. Tampoco olvidemos que el propio Octavio Paz publicó sus primeros ensayos críticos el día en que inició su trabajo como editor. La revista Barandal que publicara en 1931, siendo aún adolescente es, quizá, uno de los mejores retratos de la vida del poeta: allí se encuentran su apuesta crítica y, también, su amor por la poesía y su entusiasta labor de divulgación.
La idea de hacer una revista de ese tipo la concibió Octavio Paz a finales de los años sesenta. En esos años, según Paz, ''sabíamos más bien lo que no queríamos" de una publicación: ''el lenguaje estereotipado, las fórmulas que ocultan los hechos o los sustituyen por los lugares comunes de la ideología".
Tiempo después, cuando regresó a México luego de su renuncia a la embajada en la India, Julio Scherer, entonces director de Excélsior, le ofreció dirigir un semanario. Paz rechazó la oferta. Le propuso, en cambio, hacer una revista mensual. Así nació Plural en un medio en el que no faltaban interesantes propuestas editoriales: Carlos Montemayor dirigía la Revista de la Universidad, Ramón Xirau Diálogos y Fernando Benítez La cultura en México.
Sin presentación alguna, sin más declaración de principios que un puñado de textos, Plural encontró su lugar entre las publicaciones hispanoamericanas desde su primera entrega. Claude Lévi-Strauss, Henri Michaux, Elena Poniatowska, Ramón Xirau, Gastón García Cantú, Kazuya Sakai, Carlos Fuentes, Juan García Ponce, Gustavo Sainz. Marco Antonio Montes de Oca, Roberto Juarroz, Harold Rosenberg y Luis Cardoza y Aragón fueron los colaboradores del número uno de la publicación. El costo: cinco pesos. Las ilustraciones corrieron a cargo de José Luis Cuevas.
Si uno hojea Plural llaman la atención, por principio, dos cosas: la calidad de los textos y la diversidad de las opiniones. Prueba que la pluralidad no está peleada con la calidad y que la diversidad de pensamiento es la mejor garantía de la crítica. El inventario de sus colaboradores en sus cinco años de existencia abrumaría. Sólo menciono, entre los muchos, unos cuantos: Chomsky, John Cage, Ibargüengoitia, Jakobson, Sucre, Elizondo, Galbraith, Womack, Zaid, Klosowski, Milosz, Del Paso, Gimferrer, Cortázar, Monterroso, Mutis, Sarduy, Kolakowski, Papaioannou, Calvino, Cosío Villegas, Bianco, Cioran, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Pacheco, Monsiváis, Sabines. Nombres que hoy nos parecen comunes pero que entonces no lo eran.
Plural quiso ser y fue sitio de convergencia y de divergencia. Plaza pública para discutir de cara a la gente prácticamente todo: las entretelas del presidencialismo mexicano, el totalitarismo ruso, los errores de la izquierda, los embates censores de la derecha, los crímenes de Franco y los de Pinochet. Pero la información crítica no se limitó a la esfera de lo político. Alcanzó también a la actividad literaria, filosófica, artística, científica e intelectual de todo el mundo. Así Plural fue, a un tiempo, ''vehículo de la literatura, el pensamiento y el arte y examen de la realidad contemporánea". Fue fiel a esas líneas que aparecieron en alguno de sus primeros números y que daban cuenta de los propósitos de la publicación: ''...ser centro de convergencia de los escritores independientes de México". Convergencia que no significaba unanimidad ni coincidencia ''salvo la común adhesión a la autonomía del pensamiento y la afición a la literatura no como prédica sino como búsqueda y exploración, ya sea del lenguaje o del hombre, de la sociedad o del individuo".
Plural fue prohibida en España, Chile, Cuba, Uruguay, Argentina. Terminó con ella el golpe al periódico Excélsior del 8 de julio de 1976. El equipo de la revista no perdió su independencia, pero perdió su publicación. Nació Vuelta más tarde. Quizá convendría en su 30 aniversario pensar en hacer una edición facsimilar de esa revista que tendió puentes que aún dan solidez a nuestra cultura, que abrió ventanas a otras tradiciones, que nos enseñó que el sano ejercicio de la crítica es el sostén de toda sociedad democrática.