JUEVES Ť 18 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Temor a volar y crisis financiera reducirán su aporte al producto mundial: IATA
Sumarán 200 mil los despidos en aerolíneas
Ť La ayuda de EU a sus empresas les ha permitido competir con tarifas a mitad de precio
El futuro de las aerolíneas en el mundo es desolador. La crisis que enfrentan, agudizada por los atentados del 11 de septiembre contra Estados Unidos, amenaza con reducir al mínimo la generación de 1.3 billones de dólares del producto bruto mundial que tuvo el sector en años anteriores, según datos de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
El temor a volar se impone ahora como el principal enemigo de las aerolíneas, que se suma a sus problemas financieros, los procesos de fusiones y alianzas, la aparición de líneas aéreas de bajo costo, las concesiones privadas de las terminales, las discusiones sobre costos y urgentes planes de mejora en la infraestructura, así como a una débil economía mundial.
Ante la drástica caída de la demanda de vuelos y el incremento de los costos en seguridad que implicarían una pérdida de 12 mil millones de dólares, según las estimaciones de la IATA, la aerolíneas han optado por reducir su planta laboral. Desde los atentados del 11 de setiembre a la fecha los despidos en estas empresas suman 140 mil a nivel mundial, pero según las previsiones de la IATA, que aglutina a 275 líneas, el recorte de plazas podría sumar hasta 200 mil.
Una de las principales medidas que adoptó el gobierno estadunidense cuando sus aerolíneas se vieron paralizadas fue otorgar un paquete de emergencia por 18 mil millones de dólares. Entre las beneficiadas se encuentran American Airlines, United Airlines, Continental Airlines y US Airways.
La ayuda estadunidense ha sido imitada recientemente por la Comisión Europea, que adoptó una serie de medidas en apoyo de las castigadas Air France, British Airways, Lufthansa, Iberia y Alitalia. Entre las medidas adoptadas destacan cubrir el costo del incremento de los seguros hasta fin de año, pago de medidas extraordinarias de seguridad y compensación de las pérdidas ocasionadas por el cierre de cuatro días del espacio aéreo estadunidense.
Pero no todas las aerolíneas han corrido con las misma suerte. Si la crisis del sector ha sido severa para las naciones más industrializadas, para los países emergentes ha resultado más aguda y hay quienes piensan que de no hacerle frente con la fuerza necesaria podría conducir a la desaparición de la industria a nivel nacional.
Las líneas aéreas latinoamericanas, por ejemplo, no sólo han tenido que enfrentar los nuevos costos de seguridad, la caída de la demanda y los problemas financieros internos, sino también una competencia desigual ante la reducción de tarifas por parte de las aerolíneas estadunidenses.
A diferencia de los subsidios que el gobierno de Estados Unidos otorgó al sector aeronáutico y que le permitió enfrentar la crisis con un programa de reducción de tarifas de hasta 50 por ciento, los gobiernos latinoamericanos han otorgado apoyos mínimos.
El panorama en México
En el caso de México el paquete de estímulo al sector ha consistido en reducir el costo de combustible, abaratar en 10 por ciento el cobro por servicios de navegación en el espacio aéreo y mantener estables las tarifas de servicios aeroportuarios.
No obstante, la competencia es bastante desigual: viajar de México a Madrid por la nacional Aeroméxico cuesta 14 mil 635 pesos; por la línea española Iberia el costo es similar, pero hacerlo a través de la estadunidense American Airlines implica una tarifa de 13 mil 500 pesos.
La competencia desigual ha ocasionado que se llegue a plantear la posibilidad de un acuerdo de ''cielos abiertos'', lo que permitiría operar en igualdad de condiciones.
Según un artículo de la revista Expansión, las firmas nacionales han decidido aplazar procesos operativos importantes como la expansión de su flota, a la espera de un dueño privado que realice las inversiones.
En el ámbito laboral, las aerolíneas deberán enfrentar una unión de trabajadores bastante fortalecida que recientemente hizo un paro de dos días, del cual salió victoriosa.