VIERNES Ť 19 Ť OCTUBRE Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

AYER LLEGO A SU fin el máximo enigma de la gira de la frivolidad duradera: Su Santidad concedió -a pesar de todo- una brevísima audiencia privada a la esposa del Presidente de México. La nación entera podrá ya descansar de tantos sobresaltos y prepararse para otro acontecimiento memorable, como será el lanzamiento -este fin de semana, en la feria leonesa del calzado- de las botas vaqueras de charol que, como una oferta, como una novedá, está ofreciendo la casa de Botas Fox -con tan buenos resultados inmediatos que ya algunas bandas musicales, y otras estrellas de la farándula, han hecho los primeros pedidos de la elegancia pedestre de moda.

LA PRIMERA INCOGNITA DE interés nacional, la del encuentro de Juan Pablo y Martha María, fue resuelta de una manera poco elegante, dejando en el respetable público la sensación de premura y maltrato. La diplomacia vaticana hizo sufrir a quien, bajo la óptica de sus leyes, sigue siendo esposa religiosa del veterinario Manuel Bribiesca. A última hora concedió la Santa Sede unos pocos minutos para que la señora Sahagún de Bribiesca saludara -casi de paso- al jefe máximo del rito cuyas reglas no respetó la citada dama, al convertirse en esposa del presidente Fox sin esperar la formal disolución del sacramento que en la Basílica de San Pedro consideran tan vigente que impusieron al citado mandatario -quien cumplía una también brevísima visita de Estado, no un viaje particular o turístico? la agraviante condición de que asistiera solo, sin hacerse acompañar por la mujer que es su cónyuge según las leyes nacionales que juró respetar y hacer respetar.

TAN ENDEBLE FUE EL episodio de consecución de la ansiadísima audiencia particular compensatoria, que la señora Sahagún fue interrogada con notable suspicacia por los reporteros que cubren los incidentes de la gira. Esta milagrosa columna ofrece a su feligresía una selección de las preguntas y las respuestas ofrecidas por la peregrina de Celaya, más una que otra apostilla -no astilla- de las que el tecleador no puede prescindir aunque lo bañen en agua bendita.

-¿COMO SIGUIO DE SALUD? -preguntaron los periodistas que la víspera habían sabido de los malestares de Martha María, que le habían llevado a cancelar una comida con su homóloga italiana.

-Perfectamente bien -dijo la dama de la inmaculada recuperación.

Pregunta inaudible.

-Bueno, yo acabo de ver al Papa. Fue una reunión privada.

-¿Cómo estuvo el encuentro?

-Bueno, como es el Papa, muy amoroso, muy cordial, dándome la bendición como un padre que es. (...) Recordó con mucho cariño aquella su primera visita a México en el año de 79, y yo le hablé un poquito sobre la preocupación que él mismo tiene de los pobres, de los pobres de nuestro país. Le pedí la bendición, que le mandara la bendición a los niños de México, a las niñas, a las mujeres de México, que no les olvidara nunca tampoco en sus oraciones. Eso fue prácticamente lo que hablamos.

-¿Cuánto tiempo estuvo con el Papa? -indagó algún reportero perspicaz, que supuso que más estaría tardándose él en hacer cuentas que Martha María en saludar al cansado pontífice, pedirle la bendición, hacerle algún comentario sobre México, recibir la contestación obligada y despedirse.

-Bueno, tiempo no lo tomé con reloj en mano. Unos minutitos, unos minutitos- respondió la papalmente señora de Bribiesca y civilmente de Fox, quien hizo mucho bien en no acudir a la audiencia con un crucifijo en una mano y un cronómetro deportivo en la otra.

Otra pregunta inaudible.

-Bueno, el Papa estuvo muy cordial, el Papa obviamente asintió en mandarles esta bendición, no porque yo solamente se lo haya pedido, sino porque el padre, Su Santidad permanentemente reza por toda la humanidad -precisó, antes de que la patria mexicana entera supusiera que la bendición de Juan Pablo Segundo se habría debido a una especie de tráfico de influencias de la primera dama.

Y, ENTONCES, EN UN brevísimo espacio que podría no haber tenido gran significado en otra parte, pero sí en el suelo donde se le había obligado a no asistir en compañía de su marido a una visita de un Estado presuntamente soberano, Martha María dijo:

-Permítanme, que me habla el Presidente -es decir, no su esposo, no el cónyuge, según las leyes mexicanas, sino "el Presidente", según las vaticanas, presunto desliz que este refunfuñón cronista de sociales estaría igualmente criticando si, en sentido contrario, hubiera dicho, "me habla mi maridito"...

-¿El Papa mandó algún mensaje especial a los mexicanos? -preguntaron mañosamente los citados periodistas, sabedores de que ni un llamado conyugal haría a Martha María dejar de lado las palabras papales.

-Bueno, porque él siempre está orando por los mexicanos, una especial bendición para los niños y las mujeres de México -respondió, sin especificar si esos niños y mujeres deberían estar afiliados a alguna fundación de fundaciones.

-¿Fue antes de que entrara el Presidente? -insistió otro reportero suspicaz.

-Obviamente que sí -puntualizó, convencida tal vez de que las mujeres obviamente deben entrar a las audiencias papales antes que su esposo.

-¿Hablaron acerca del matrimonio? -osó preguntar un osado oso informativo.

Y Martha María respondió, según la versión oficial en la que por desgracia los estenógrafos de la Presidencia sólo atinaron a poner un juego de signos de admiración y no varios, como en los cómics más alivianados: "¡Eso es estrictamente personal!"

-¿Usted gestionó el encuentro para poder ver al Papa?

-Bueno, le debo decir que el padre Marcial Maciel me ayudó a gestionarlo-dijo ufana la presidenta (de Vamos México), para dejar claro testimonio de la influencia que los Legionarios de Cristo tienen en asuntos públicos que no tienen nada de "personales".

-¿Entró usted sola?

-Entré yo sola.

-¿Quién escogió el lugar, quién lo escogió? -fue la última pregunta que se hizo, ya sin respuesta, pues el C. Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos habría de dar en seguida la versión oficial de su propia audiencia (unos 27 minutos, pues para estos efectos sí hubo cronómetro).

ESO SI, AL FINAL, como en los cuentos de hadas, Martha María y Vicente sellaron con un beso -con la cúpula de la Basílica de San Pedro al fondo- su amor mal entendido y mal tratado por las leyes que no son de la Tierra. La fotografía, desde luego, fue oportunamente difundida por la agencia informativa gubernamental, Notimex.

ASTILLAS: ANOCHE, EL SANTO SANTIA-

go trabajaba a toda velocidad para que se cumpla el vaticinio trasatlántico encharolado de que hoy se sabrá que Texcoco es el sitio elegido para el nuevo aeropuerto... Cuauhtémoc le dice a Amalia, y ésta le contesta a Cuauhtémoc, y los perredistas están listos para decirse unos a otros cuantas cosas sea necesario... Que invita el PRD a boicotear el té canasta musical del domingo, metiéndose desde mediodía al Castillo de Chapultepec, para estar presentes a la hora en que Elton John comience la campaña de recolección de fondos del Partido Vamos México... Y ahora sí, nos volveremos a encontrar aquí el próximo lunes, con las Chivas todavía invictas...

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