Ť Causarán muertes aún después de la guerra: experto
Bombas de fragmentación, riesgo latente para civiles afganos
Ť Cerca de 10% de los artefactos lanzados quedarán en tierra y estallarán al mínimo contacto, advierte Peter Le Sueur
AFP
Islamabad, 20 de octubre. Al igual que las minas antipersonales, las bombas de fragmentación lanzadas por Estados Unidos contra Afganistán seguirán matando a civiles una vez que termine la actual campaña militar, declaró un especialista en el desactivado de municiones en el país.
Peter Le Sueur, asesor del Mine Action Program Afghanistan, precisó que hasta 10 por ciento de las bombas, que por su forma y tamaño recuerdan a las botellas de Coca-Cola, no estallarán como estaba previsto, sino que quedarán en la superficie, o justo bajo tierra, dispuestas a estallar al mínimo contacto.
"Desgraciadamente matarán (a civiles)", señaló el experto durante una entrevista en Islamabad.
"Su sistema de detonación es tan sensible que, si no estallan al tocar el suelo, cualquier movimiento puede desencadenar una detonación", explicó.
"Pueden quedar así durante 50 años, antes de que un niño o un campesino las manipule, y entonces corren el riesgo de estallar".
Estados Unidos ya fue criticado por haber matado por error a civiles en sus bombardeos a Afganistán, que entran este domingo en su tercera semana.
Por una ironía de la historia, una de las equivocaciones reconocidas por Washington es el bombardeo de un centro de desminado en Kabul, que mató a cuatro civiles.
La guerra en Kosovo en 1999 ya había confirmado que el arsenal estadunidense no era infalible.
Según Le Sueur, Estados Unidos y sus aliados arrojaron 220 mil bombas de fragmentación, entre ellas 15 mil defectuosas, que permanecieron en tierra sin estallar. Más de 150 civiles murieron por esos artefactos en la provincia yugoslava durante los dos últimos años pese a un importante esfuerzo de desminado, agregó el especialista.
Asimismo, estima que las fuerzas estadunidenses lanzan probablemente en Afganistán miles de bombas de fragmentación y que los errores serán inevitables incluso una vez que haya concluido la campaña antiterrorista.
Las bombas de fragmentación son arrojadas por grupos de 250 a la vez desde un contenedor que se abre en pleno vuelo dispersando los artefactos sobre una superficie de 350 metros por 150.
La más conocida de esas municiones es la Bomb Live Unit 97, con triple efecto: destruir vehículos blindados, matar a personas e incendiar objetivos como almacenes de municiones y carburante, agregó Le Sueur.
Según el experto, una de las características más peligrosas de esos artefactos es su forma romboidal, con un envoltorio de acero de seis milímetros de espesor.
"Durante la explosión, el acero estalla produciendo cientos de fragmentos que se esparcen a la velocidad de una bala de fusil", dijo Le Sueur.
"Pueden matar o herir a personas a más de cien metros de su lugar de detonación", agregó.
Aunque los bombardeos no parecen tan intensos como en Kosovo, el especialista lanzó una advertencia sobre el riesgo que correrán los afganos cuando regresen a sus casas o a sus campos bombardeados.
"Ellas (las bombas) son de un amarillo brillante y parecen inofensivas. Atraen en particular a los niños. Pero son tan sensibles que pueden estallar con tan sólo recogerlas", indicó