LUNES Ť 22 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Testimonio de la luz, mesa redonda inscrita en la exposición del jalisciense

Las fotos de Rulfo, apuntes de su literatura

ARTURO JIMENEZ

Falta mucho más análisis sobre la obra fotográfica de Juan Rulfo, consideró José Antonio Rodríguez, para quien debería de haber menos escritores hablando sobre las fotos del autor de Pedro Páramo y más historiadores y críticos de arte realizando investigaciones sobre esta vertiente rulfiana "aún no comprendida en su verdadera dimensión".

El crítico de arte participó con los fotógrafos Pablo Ortiz Monasterio y Paulina Lavista en la mesa redonda Testimonios de la luz, parte de las diversas actividades alrededor de la exposición Juan Rulfo: voces y silencios. Presentados por Mercedes Iturbe, la mesa se desarrolló ayer en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Lavista, quien desde niña mantuvo una relación cercana con la figura y la persona de Rulfo, dijo: "Como fotógrafa, veo en sus fotos una especie de apuntes para su literatura. Salvador (Elizondo, su esposo y escritor) muchas veces no toma notas sino que hace dibujos antes de escribir".

Para Lavista, como para Ortiz Monasterio, la literatura de Rulfo, como su fotografía, "siempre va llendo". El segundo proyectó varias diapositivas de las imágenes rulfianas y destacó en esas fotos el tema del tiempo.

El fotógrafo Rulfo tenía un ojo preciso y culto, agregó Ortiz Monasterio, y caracterizó su obra por la sutileza, un "casi minimalismo" y la grandeza en el paisaje. Es un autor, dijo, "muy consecuente" en toda su obra, del cual "hay mucho por descubrir".

Mirar el otro México

Rodríguez, por su parte, planteó: "Rulfo pertenece a una generación humanista que no vio hacia donde estaban viendo los demás: el México del alemanismo, moderno y urbano".

El crítico hizo un repaso del trabajo fotográfico rulfiano y destacó que el conocimiento público del "Rulfo fotógrafo" ante el "Rulfo escritor" fue posterior y se dio de manera paulatina.

Calificó la primera exposición de sus fotos, en 1980, como una muestra "solitaria". Pero fue en los años noventa, agregó, cuando realmente comenzó un "acercamiento analítico" a su obra fotográfica.

En esa década también se consolidó la ubicación de Rulfo como fotógrafo en el ámbito internacional, dijo, luego de diversas exposiciones en Europa. Y afirmó: "Los noventa es la década del Rulfo fotógrafo".

Consideró que a la tradicional ubicación de la "fotografía rulfiana" sólo como una vertiente o reflejo de la "literatura rulfiana" --centrada en asuntos del campo--, deben agregarse otras percepciones, como sus visiones sobre la ciudad de México o la arquitectura. Son caminos aún no explorados de modo suficiente por el análisis, comentó.