Espejo en Estados Unidos México, D.F. lunes 22 de octubre de 2001
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Cólera y dolor por el homicidio de Ochoa

Señora directora: Asombro, cólera y dolor me produjo la noticia de que Digna Ochoa fue ejecutada por lo más despreciable que existe en nuestro mundo: el poder egoísta que, para satisfacer su ambición desmedida, atropella los derechos de las personas más vulnerables.

En realidad sus asesinos no fueron los pistoleros que le dispararon para acabar con su vida. Ahora les tocó a ellos jalar el gatillo, pero bien pudieron ser otros. Sus verdaderos asesinos son quienes ordenaron y pagaron para eliminar a esa mujer que denunciaba tanto la injusticia producida por el sistema económico que han impuesto, como la violencia que utilizan para mantenerse en el poder y la impunidad con la que se cobijan.

Los primeros son, a final de cuentas, piezas sustituibles. Pudieron ser ellos u otros. Los imprescindibles dueños del terror son los segundos. Esos no pueden ser sustituidos.

A los medios de comunicación y a las organizaciones sociales les toca luchar hasta el final para que se haga justicia plena y no a medias. Por la presión que ejerzan, puede ser que se consigne a los autores materiales. Algunos tratarán de evitar que se llegue hasta donde se debe: el conocimiento pleno de la verdad y el castigo de los autores intelectuales.

La última vez que conversé con Digna fue en octubre de 2000, en el local de CEJIL en Washington. Creo que hablamos de su posible regreso a México y de las condiciones en que lo haría. Ahora me queda ese recuerdo. Pero además me queda el ejemplo de lo que a ella le sobró porque lo tuvo hasta en el nombre: dignidad. Dignidad para no ser cómplice ?aunque sea por omisión? de cualquier atropello contra las personas más débiles, dignidad para abrazar la causa más linda, como lo es la defensa de los derechos humanos; dignidad para seguir adelante pese a las dificultades, las amenazas y hasta los errores propios; dignidad para morir con dignidad, creyendo en la gente y en su dignidad.

Con todo lo que quiero y agradezco al movimiento por los derechos humanos en México, que acompañé entre 1984 y 1992, estoy con ustedes ahora y siempre.

Benjamín Cuéllar, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (IDHUCA), San Salvador


Expresan solidaridad con centros de derechos humanos y su labor

Señora directora: El trabajo de Digna Ochoa y Plácido fue en favor del pueblo de México, así como los esfuerzos que realizan hombres y mujeres que luchan para que los derechos humanos se respeten y se ejerza una verdadera democracia basada en justicia y en el respeto de todos los seres humanos, esto, sin duda, es uno de los mejores valores que tenemos y que engrandece a nuestro país.

La forma tan vil y planificada de la muerte de la abogada sólo la podemos entender al ver que su compromiso era real pues en todo momento lo expresó en los hechos. Ahora valoramos aún más el trabajo de las personas que, como Digna, se mantienen fieles a sus convicciones.

Por ello queremos expresar nuestra profunda solidaridad a los centros de derechos humanos de nuestro pueblo y de manera especial al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez. Los animamos a seguir adelante. La muerte de Digna no será inútil, ni logrará el efecto de intimidarnos, sino que fortalece la razón de ser de nuestros propios trabajos, en busca de justicia para todos los mexicanos.

Hacemos responsables a las instancias de impartición de justicia que tienen la misión de brindarnos seguridad y que no dieron seguimiento a las denuncias que en reiteradas ocasiones se presentaron por el sistemático hostigamiento al que se enfrentó valientemente Digna Ochoa.

Invitamos a todas las organizaciones, instancias civiles y religiosas a manifestar su repudio a este crimen que nos denigra como seres humanos, a exigir categóricamente se esclarezca y a hacer responsables a las autoridades federales de la protección e integridad física y piscológica del CDH Miguel Agustín Pro. El 22 de octubre, todos a Gobernación a las 16 horas.

Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Angeles Enríquez, José Luis Castro, Carmen Montes y más firmas


El Estado represor no ha quedado atrás, dicen

Señora directora: Con indignación y coraje, hemos recibido la noticia del asesinato de nuestra compañera Digna Ochoa, luchadora social y defensora a ultranza de los derechos humanos. Lo primero que la noticia nos hizo recordar fue el secuestro e intento de asesinato que Digna sufrió en 1999 y las amenazas de muerte que ella y nuestros compañeros del CDH Miguel Agustín Pro Juárez reiteradamente han recibido. Recordamos también que con motivo de esos y otros hechos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA dirigió en el año 2000 una recomendación al Estado mexicano para que se otorgaran medidas de protección para Digna, para el Pro y para los defensores de los derechos humanos en general. 

Hoy sabemos que la recomendación no se cumplió y, en cambio, las amenazas de muerte sí.

Conclusión irrebatible: en México, el tan anunciado cambio ha representado la existencia de un Estado y un gobierno cómplices de estos asesinatos. Una complicidad que nos regresa a los tiempos de los asesinatos impunes de luchadores sociales, a los tiempos de la guerra sucia y sus ajusticiamientos a mansalva. Una complicidad, sobre todo, que busca que oídos y ojos como los de Digna no denuncien sus crímenes, para continuar en ese retroceso hacia el Estado represor que pensábamos habíamos dejado atrás.

El FZLN exige al gobierno foxista abandonar esa complicidad y entregar a la justicia a los asesinos de Digna. Que no les quepa duda a los poderosos y a sus bandas criminales que los ojos y oídos de Digna ya se han multiplicado y no descansarán hasta ver castigado el asesinato de nuestra compañera y salvadas las garantías para el trabajo que cotidianamente desarrollan nuestros compañeros del Pro Juárez y todos los observadores y defensores de los derechos humanos.

Por la Comisión de Coordinación Interna del FZLN, Enrique Avila


Aclaración a nota sobre funerales de Ochoa

Señora directora: En relación con lo que se afirma en el último párrafo de la nota de la página 16 de La Jornada del 21 de octubre, en el sentido de que ningún representante de la CNDH asistió a los funerales de la licenciada Digna Ochoa y Plácido, envío a usted los siguientes comentarios, a fin de que los lectores cuenten con información adicional.

El viernes 19 por la noche, el presidente de la CNDH, José Luis Soberanes Fernández ?quien ese día había salido a Tlaxcala? ordenó que un visitador adjunto acudiera al lugar de los hechos, entrara en contacto con las autoridades investigadoras y con compañeros de la abogada fallecida, así como que ofreciera a la familia la asistencia y el apoyo que requirieran para participar en las diligencias de ley encaminadas al conocimiento de lo ocurrido y a la aprehensión de los responsables.

Desde la 1 am del día 20, José Juan Alonso Ramírez, visitador adjunto del Programa de Agravio a Periodistas y Defensores Civiles de Derechos Humanos de la CNDH, estuvo personalmente con autoridades de la Tercera Agencia Investigadora del Ministerio Público. Posteriormente, se entrevistó con familiares de Digna Ochoa y con algunos integrantes del CDH Miguel Agustín Pro Juárez, entre ellos con la coordinadora jurídica del mismo, licenciada Carmen Herrera García, quien informó que el segundo visitador de la CDHDF se encontraba conociendo del caso.

El visitador de la CNDH, con pleno respeto a las actuaciones del personal de la CDHDF, asistió a las instalaciones del Servicio Médico Forense, donde ofreció el apoyo del organismo nacional a dos de los familiares de la abogada Ochoa -Juan Carlos Cruz Plácido y Amelia Cruz Plácido- y estuvo presente hasta la entrega del cuerpo tras terminarse la necropsia, alrededor de las 4 am, de lo cual informó a esa hora el titular de la CNDH. (En dicha diligencia de ley estuvieron peritos médicos de la CDHDF.)

El licenciado Francisco Olguín Uribe y la doctora Susana Thalia Pedroza de la Llave -secretario ejecutivo y secretaria técnica de la CNDH, respectivamente? asistieron el sábado al velatorio de la licenciada Ochoa. ¿Cómo evitar que sólo se haga pública la presencia de quienes únicamente son vistos por las cámaras o anotan sus nombres en los libros de condolencias o aparecen en las libretas de los reporteros?

El licenciado Alonso ha estado en contacto permanente con el presidente de la CNDH quien, a su regreso de la Universidad de Tlaxcala donde imparte cátedra una vez por semana, los sábados, desde hace 12 años, permanece pendiente del curso de la investigación.

Miguel Angel Paredes Ramos, director de Información, Coordinación de Comunicación y Proyectos


Repudian asesinato de la luchadora social

Señora directora: En su trabajo y en su nombre Digna Ochoa representa a todos los que piensan que en México y el mundo puede haber justicia.

Convocamos a la ciudadanía, a los científicos y artistas y la comunidad académica a sumarnos a la convocatoria para repudiar el crimen y exigir su aclaración frente a la secretaría de Gobernación (Bucareli) hoy a las 16 horas.

Instituto Cultural Autónomo Rubén Jaramillo, Causa Ciudadana; Creadores, Académicos e Intelectuales; Félix Serdán, Guillermo Briseño y otras firmas


Precisa número de indígenas desplazados 

Señora directora: Erróneamente, en la nota que se publicó en la página 19 de La Jornada de este viernes 19, escribí que 905 indígenas desplazados de Chenalhó retornarán el lunes a sus comunidades. Quiero aclarar que son más de 500 las personas que regresarán y no más de 900. Desconozco la cifra exacta porque según el listado dado a conocer estaz noche por la Secretaría de Pueblos Indios son 539 y de acuerdo con el de la organización Las Abejas son 503.

Elio Henríquez, corresponsal
 
 

 

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