SABADO Ť 27 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Clausurará hoy el papa Juan Pablo II el sínodo, tras un mes de reuniones

Condenan obispos católicos el terrorismo

Ť Advierten de otros "males endémicos" que podrían causar desesperación entre los pueblos

REUTERS

Ciudad del Vaticano, 26 de octubre. Obispos católicos de todo el mundo terminaron la reunión del sínodo este viernes con una condena al terrorismo, pero reconocieron que existen "males endémicos" que pueden producir desesperación en poblaciones enteras si son ignorados por demasiado tiempo.

El sínodo, que el papa Juan Pablo II clausurará formalmente este sábado, introdujo el tema del terrorismo y los derechos humanos en su mensaje final, después de un mes de reuniones.

"Nuestra asamblea, junto con el Papa, ha expresado su más profunda compasión por las víctimas de los ultrajes del 11 de septiembre y por sus familiares", plantea el mensaje de los 300 obispos participantes.

"Estamos orando por ellos y por todas las otras víctimas del terrorismo en el mundo. Condenamos absolutamente el terrorismo, al que nada puede justificar", agrega.

Sin embargo, el mensaje expresa que la Iglesia está consciente de que el mundo está lleno de "otras tragedias colectivas" que no pueden ser ignoradas u opacadas por los ataques contra Estados Unidos.

"Algunos males endémicos, cuando son ignorados por demasiado tiempo, pueden producir desesperación en poblaciones enteras", señala.

"ƑCómo podemos guardar silencio cuando somos confrontados por el perdurable drama del hambre y la pobreza extrema en una era en la que la humanidad, más que nunca, tiene la capacidad de una justa distribución de las riquezas?", dice el mensaje.

"Debemos también expresar nuestra solidaridad con la inundación de refugiados e inmigrantes, que debido a la guerra, la opresión política o la discriminación económica se ven forzados a huir de su patria en búsqueda de empleo o con la esperanza de encontrar la paz", agrega.

Según fuentes del Vaticano, uno de los temas que emergieron en el sínodo, que en su mayor parte se llevó a cabo a puerta cerrada con el Papa, fue el de los profundos problemas sociales que en algunos casos podrían fomentar el terrorismo.

El arzobispo Francesco Ruppi, de la ciudad de Lecce, sur de Italia, dijo al sínodo que los atentados del 11 de septiembre en Washington y Nueva York tienen raíces profundas y que los ataques mismos son de largo alcance.

"El verdadero ataque no fue contra Estados Unidos, una gran nación trabajadora, sino contra el poder económico mundial, contra las grandes potencias que estrangulan a poblaciones enteras, haciéndoles morir de hambre, a veces abiertamente pero más frecuentemente de manera engañosa", dijo Ruppi en el sínodo.