MIERCOLES Ť 31 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Prevén reducir gasto en divisas, cancelar inversiones y eliminar subsidios

Inminente, nuevo plan de austeridad en Cuba

Ť Técnicos se preparan para detectar y corregir dispendios en el uso de electricidad

La Habana, 30 de octubre. Los primeros trazos de un nuevo e inminente plan de austeridad en Cuba empezaron a dibujarse con anuncios escuetos, pero contundentes, ante un panorama económico ensombrecido por la recesión mundial y el impacto de los atentados del mes pasado en Estados Unidos.

Esta semana empezó con el aviso de que a finales de noviembre arrancará una ofensiva gubernamental para reducir el gasto de electricidad de los dos mil mayores consumidores, entre empresas estatales y oficinas públicas. Víctor Puente, director comercial de la Unión Eléctrica, y Raúl Alfonso, jefe del Programa de Ahorro de Electricidad, anunciaron que un batallón de técnicos del sector se prepara para localizar dispendios en el uso del fluido y aplicar correcciones.

Las luces rojas se encendieron cuando el gobierno cubano detectó que en los ocho primeros meses del año el consumo eléctrico había crecido 3.7 por ciento, respecto al mismo periodo del año anterior. El dato es grave para la isla, porque el flanco más débil de su economía es la falta de liquidez y de crédito, y en la importación de crudo para las termoeléctricas gasta más de un millón de dólares diarios.

El domingo, el vicepresidente, Carlos Lage, ajustó a la baja el pronóstico de crecimiento de la economía para este año, al ubicarlo en 4 por ciento, contra la anterior previsión de 5 por ciento, lejos del 5.6 alcanzado en 2000 y por debajo del notable promedio de 4.7 por ciento de los últimos cinco años. Los anuncios siguieron a un llamado que hizo la semana pasada el presidente Fidel Castro para que los cubanos se preparen para enfrentar más "sacrificios" materiales, como resultado de la situación internacional. El mandatario anticipó que su gobierno daría una larga explicación del panorama económico. Diplomáticos y empresarios extranjeros radicados en La Habana conjeturan que una respuesta oficial a la situación puede incluir, por lo menos, una reducción del gasto en divisas, la cancelación de nuevas inversiones de largo plazo, la eliminación de subsidios y ahorros decisivos en energéticos. Algunos creen, además, que el plan cubano no tendría que ser necesariamente un listado de puntos específicos, anunciados en paquete, sino que bien pueden ser medidas sucesivas que se ajusten a la coyuntura.

El país pagará unafactura propia

A estas alturas ya no hay duda de que el país tendrá que pagar una factura propia por el entorno mundial. Las interrogantes son sobre el total de la cuenta y el impacto que tendrá en el ciudadano común. Sin que Cuba haya salido del "periodo especial", como se llama oficialmente a la crisis surgida en los años 90, los nuevos datos de la economía parecen vaticinar un "segundo periodo especial".

La maquinaria económica del país, que empezaba a acelerar lentamente después del "hoyo negro" en el que cayó tras la extinción de la Unión Soviética, en 1991, empieza a frenar. Los cubanos, que iniciaron un mejoramiento en su nivel de vida, tendrán que volver a los apremios.

La serie de malos vaticinios se había iniciado una semana antes, cuando el ministro de Turismo, Ibrahim Ferradaz, anunció que no se cumplirá la meta prevista de recibir más de 2 millones de turistas en 2001. Ahora están cerrados 20 de los 225 hoteles de gran categoría en la isla y decenas de choferes de los sitios de taxis estatales han sido suspendidos en sus labores. Por si algo faltara, Rusia contribuyó a las cifras rojas de los cubanos, al decidir abruptamente el desmantelamiento de su base de escucha radioeléctrica, por la cual la isla recibía 200 millones de dólares anuales.

El frente más vulnerable de la economía cubana es su déficit en la balanza de pagos, con exportaciones en torno a los mil 700 millones de dólares (turismo, remesas familiares, azúcar, tabaco, níquel, cítricos y pesca, principalmente), e importaciones de casi 5 mil millones de dólares, entre ellas energéticos y alimentos.