MIERCOLES Ť 31 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Ex alcalde de Morelia y dos veces diputado federal

Chavo López, el empresario político que busca prender en Michoacán

Ť Tuvo que acudir al CEN blanquiazul para pedir más apoyo y recursos

Ť Expone que uno de sus inspiradores es el finado Manuel J. Clouthier

ROSA E. VARGAS Y MIREYA CUELLAR ENVIADAS

Morelia, Mich., 30 de octubre. Típico ejemplo del panista que desde la actividad empresarial reniega de la política pero no la deja ni piensa hacerlo, Salvador Chavo López Orduña se mueve por Michoacán en busca del voto ciudadano con más estoicismo que posibilidades, con más enjundia que estructura electoral.

El moreliano de 48 años, figura delgada, mirada vivaz, es un buen hombre. Nadie lo acusa de pillerías o trucos, pero tampoco le conceden mayores prendas personales o intelectuales. Por lo menos en público no ofrece un discurso articulado ni fluido.

Según su biografía oficial, participa en política porque está convencido "de la necesidad de contribuir de alguna manera a la transformación del México actual, en el país que todos queremos".

De su experiencia como alcalde de la capital michoacana y dos veces diputado federal, López Orduña extrae datos, ideas, anécdotas y conocimiento de situaciones. Algunos proyectos productivos rondan por su cabeza, lo mismo que iniciativas en materia social o para la administración pública.

Pero no prende. Las encuestas lo ubican en tercer lugar de las preferencias electorales y a sus mítines acude poca gente. El no se arredra. Va a todas y se expone a desdenes o a portazos en la nariz, como cuando quiso en agosto iniciar su campaña en Santa Fe de la Laguna y simplemente le dijeron que no.

Más tarde, a principios de octubre, consiguió ser recibido en ese lugar, pero los purépechas de la ribera del lago de Pátzcuaro le impusieron el formato del mitin, de acuerdo con el cual el candidato panista hablaría al principio y los líderes locales cerraron el acto con un mensaje en el que además de exigencias y arrogancias, de plano acusaron a los panistas Felipe Calderón y Diego Fernández de genocidas de indígenas.

La estrategia panista en esta campaña se parece un poco a la que aplica el PRI.

Esto es, en vista del poco carisma y habilidad oratoria de sus candidatos, prefieren enfatizar otras cosas.

Y el PAN, por ejemplo, lo hace con propaganda que ataca a los abanderados del PRI y del PRD en lo que se refiere al origen de su fortuna, sus nexos familiares como vía expedita de ascenso político o los patrocinios para la obtención de cargos, etcétera.

De este modo, los espacios blanquiazules en la televisión contienen anuncios "seriados" en los que, por ejemplo, se acusa que Alfredo Anaya Gudiño, candidato del PRI, le "debe" a Cuauhtémoc Cárdenas haber sido alcalde de Sahuayo y a Carlos Salinas su postulación para una curul federal, y hay la pregunta de cómo pudo alguien como él reunir los 500 millones de dólares que costó la fábrica de fertilizantes que le compró al gobierno.

Los mismos genios de la mercadotecnia al servicio de Chavo López diseñaron además unas postales pretendidamente originales y persuasivas del voto, pero con tan poco tino que resulta, a cualquiera que las ve, misóginas y agresivas. "Pégale a tu novia", se lee en una de ellas, aunque en letras pequeñas se dice que en realidad hay que pegarle al abstencionismo. Pero en la fotografía un tipo golpea a una mujer.

Por confesión propia, Chavo inició la búsqueda de la postulación blanquiazul desde octubre de 2000. Sin embargo, sus posibilidades reales de ser postulado se dieron sólo cuando otro michoacano ilustre y al que más se pedía entrar en la contienda, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, declinó la invitación de sus paisanos.

Y es que tener frente a sí al coordinador de la bancada panista en la cámara baja no es poca cosa cuando de política se habla en Michoacán. Los Calderón son un apellido poderoso en el PAN estatal. Luisa María, hermana de Luis Felipe, es senadora y ya fue diputada federal, y otro de sus hermanos, Juan Luis, es candidato a la alcaldía de Morelia por esas siglas y fue ya legislador en el Congreso local y director del organismo operador del agua potable en la administración de Chavo.

Finalmente, cuando en junio los delegados del PAN tuvieron que tomar la decisión, Chavo contendió contra Federico Ruiz López, ex alcalde de Uruapan y ex diputado federal, y contra Sergio Magaña Martínez, a la sazón recién incorporado al panismo luego que emigró de su partido de toda la vida, el PRI, donde también buscó la postulación para el mismo cargo. Hoy, Magaña está afiliado al PRD.

Desde un principio López Orduña la tuvo difícil, pero paradójicamente no a nivel local, sino con la propia dirigenciachavo1 nacional de su partido. Imbuida como estaba en las elecciones de otras entidades donde tenía más posibilidades de triunfo, como Yucatán y Jalisco, la estructura se desentendió de tal modo de Chavo, que éste tuvo que acudir a las oficinas del CEN para reclamar más dinero y recursos materiales para su campaña.

Con un estilo en que su franqueza es lo más alejado de la malicia política que estas reporteras hayan visto, el panista confesó con absoluta naturalidad que la camioneta en la que viaja -una suburban- le fue donada para su campaña por la "poderosa familia michoacana Ramírez. "A los tres nos dieron igual", comenta en alusión a sus oponentes. Los diputados federales de su partido lo apoyarán con unos tres millones de pesos.

Al principio de este proceso, los contrincantes de Chavo quisieron denostarlo en su actividad industrial por haber quebrado sus empresas. Eso le dolió y ahí sí no tuvo tropiezos verbales para responder que en efecto, el hundimiento de sus negocios se debió a los "errores de diciembre" y a otras políticas económicas fallidas de los gobiernos del PRI. Fin del debate.

En una amplia entrevista que le concedió el 12 de agosto al corresponsal de La Jornada, Ernesto Martínez Elorriaga, Chavo cuenta cómo por puro roce accidental y fortuito ha llegado a hacerse de certezas y posiciones políticas. Por ejemplo, cuando habla de su infancia y adolescencia, comenta que jugaba futbol y basquetbol en las canchas del Colegio Salesiano.

"Tuve muchos amigos, incluso era tal el ánimo que sábados y domingos me la pasaba allí. También estudiaban hijos de obreros; desde entonces me identifiqué con aquellos que habían nacido en condiciones desfavorables."

Otro momento central para sus hallazgos está en el siguiente relato: "En una ocasión fui a supervisar un aljibe que estaban pintando y cuando salí estaba plagado de hormigas y con un efecto medio extraño por el olor a tíner, que ahora me permite comprender lo mal que sienten los jóvenes que se drogan con inhalantes".

La vida empresarial de Chavo López ha estado muy ligada a la de Nicandro Ortiz, poderosísimo empresario estatal (ex propietario del equipo de futbol Morelia) que no le escatima respaldo en su campaña por la gubernatura. De hecho, la hermosa y céntrica construcción antigua en plena avenida Madero -la principal de la ciudad- que opera como cuartel del equipo del panista, pertenece al industrial del plástico.

En la misma entrevista, López Orduña aporta datos sobre esa cercanía: "Cuando decidí casarme hablé con mi papá para que me ayudara a poner un negocio. Mi padre dijo que no tenía dinero suficiente. Nicandro habló con él y le dijo que se asociaba conmigo y si en un año no resultaba, él regresaba lo aportado por mi padre. Eso no sucedió porque la empresa creció con bastante éxito. Llegamos a tener una capacidad de 500 toneladas de cable".

Así, Nicandro Ortiz en la audacia empresarial y Manuel J. Clouthier en la inspiración política representan los grandes símbolos y referentes del panista que quiere gobernar Michoacán.