MARTES Ť 6 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

El fracaso para dividir al talibán, anticipo de una larga guerra

El plan era el siguiente: enviar a dos respetados monarquistas en una misión secreta en Afganistán para fomentar una rebelión tribal, dividir a los talibanes y dejar sin protección a Osama Bin Laden, principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre.

En este proceso tenía que salir un fuerte grupo postalibán de la mayoría étnica de los pashtún, encabezado por el ex rey Zaher Sha, depuesto en 1973, para de esta manera abrir paso a la instalación de un amplio gobierno representativo de todas las etnias y facciones afganas.

Esta solución tenía sobre todo la ventaja para Estados Unidos de necesitar una limitada campaña aérea de unas semanas y evitar que la guerra se prolongara durante meses.

Los dos hombres elegidos para llevar a cabo dicha misión tenían el perfil ideal: eran afganos respetados, con buenas relaciones y dispuestos a correr el riesgo de negociar en territorio talibán.

Abdul Haq logró el estatuto de héroe durante la lucha contra la ocupación soviética (1979-1989) y era respetado por no haber estado involucrado en la guerra civil de los años 90.

El segundo personaje elegido, Hamid Karzai, también presentaba la ventaja de haber luchado en la jihad contra los soviéticos, de ser monarquista y pashtún, argumentos potenciales para seducir a los afganos excluidos por el régimen radical de los talibanes. Pero el proyecto fracasó.

Hamid Karzai logró salvarse, pero Abdul Haq fue ejecutado por los talibanes. Según analistas, con ellos se esfumaron las esperanzas de que la milicia islamista se desplomara de otro modo que con intensos bombardeos.

"Es un desastre total. La peor noticia de toda la guerra", declaró un diplomático occidental al comentar el fracaso de la operación, que estaba financiada y coorganizada por la Agencia Central de Inteligencia estadunidense (CIA).

Además, este fracaso reveló que cuando se trata de inteligencia los talibanes pueden resistir.

El proyecto "fue revelado porque demasiada gente estaba implicada", dijo una fuente de inteligencia.

El viaje de Abdul Haq a la provincia de Logar (este), donde habitan numerosos moderados apartados de los más altos niveles de los talibanes y potencialmente dispuestos a rebelarse, era apenas un secreto.

Antes de entrar en Afganistán, Abdul Haq se entrevistó con la prensa, llamando la atención sobre su presencia en Pakistán, cerca de la frontera y alertando a los talibanes.

En Pakistán también se difundió la noticia de la misión de Hamid Karzai arruinando así la misión secreta, según fuentes afganas.

La mayor preocupación tras el fracaso de esa misión, es que fuentes de la inteligencia y diplomáticas describieron el plan como el apogeo de una operación más amplia para identificar a los denominados "talibanes moderados" y ganar su confianza.

Hasta ahora, fracasaron todos los intentos de provocar la renuncia de altos responsables de la milicia islamista, mediante complejas negociaciones o con dinero.

El éxito de esta operación también hubiese tranquilizado a Pakistán, que apoyó durante años a los talibanes y que ahora se muestra preocupado por la eventual pérdida de poder de la potente etnia pashtún en Kabul.

Según un diplomático europeo, se trataba de "dividir a los talibanes mientras estaban sometido a la presión militar".

"Ahora sólo queda una opción: la solución armada", explicó.

Según analistas, estos fracasos forzaron a Estados Unidos a optar por la Alianza del Norte, la oposición armada que agrupa etnias minoritarias, enemigas de Pakistán.

Pero la Alianza del Norte, que ocupa apenas 10 por ciento del territorio afgano, todavía no está lista para derrocar a los talibanes en unas semanas.

AFP