MARTES Ť 6 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

REPORTAJE

Celebraciones por los 350 años de su natalicio

De Sor Juana no todo se sabe; experto anuncia novedades

Augusto Vallejo de Villa -quien asegura ser el descubridor de la verdadera identidad del padre de la jerónima y de que el origen familiar de ésta era canario-genovés- reitera que tantas lagunas e imprecisiones en la vida de la Décima Musa se deben a que es un personaje abordado más por literatos que por historiadores, además de que la mayoría se ha tomado a pie juntillas la biografía de Calleja en lugar de preocuparse por sustentar la información en algún corpus documental. ''Muchos de los trabajos referentes a ella son interpretaciones", considera.

ANGEL VARGAS

Sor Juana Inés de la Cruz sigue siendo polémica, aunque pareciera que todo se sabe de ella. Nada menos, en las celebraciones por el 350 aniversario de su natalicio -que comienzan esta semana y se extenderán durante todo el mes en diferentes puntos del país- saldrán a relucir datos que pondrán en entredicho algunos aspectos de su vida y obra. Desde la fecha de su nacimiento y la legitimidad de algunas de sus creaciones, por ejemplo, hasta que haya sido sometida a un proceso arzobispal y despojada inmisericordemente de su biblioteca.

También se demostrará, según el historiador Augusto Vallejo de Villa, que Sor Juana era criolla en segunda generación por las líneas paterna y materna; que su apellido era Azuaje y no Asbaje; que los restos hallados en el ex Convento de San Jerónimo no son los de ella y que la hacienda de Nepantla, lugar donde nació y vivió su infancia, estaba ubicada en un lugar diferente al que se cree.

Cambio de fecha, error deliberado

Apenas el pasado agosto, con motivo del hallazgo de una loa que se afirma es el primer poema de la Décima Musa y cuya primicia se hizo pública en estas páginas (La Jornada, 5/08/01), el también abogado e integrante del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México aseguró poseer documentación que cambiaría incluso la biografía y el concepto que se tienen acerca de ese personaje.

''He trabajado el corpus documental de la poeta desde hace seis años y he reunido entre 70 y 80 documentos claves que abrirán otro punto de vista histórico sobre ella", sostuvo en aquella ocasión.

''Este acervo reescribirá su historia, porque la que hemos conocido es la de un personaje sumamente desvirtuado. Esto es una vergüenza. En el país no sabemos tratar a nuestros personajes, como sí lo saben hacer en otros."

Vallejo de Villa ofrece en entrevista un adelanto de sus hallazgos en diversos archivos tanto civiles como eclesiásticos y cuyos detalles abordará y documentará en las intervenciones que tendrá en los diferentes actos que el Claustro de Sor Juana, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Fondo de Cultura Económica y la Universidad Nacional Autónoma de México han organizado en torno de la mencionada efemérides sorjuaniana.

Aclara, como primer punto, que el año de nacimiento de la monja jerónima fue 1648 y no 1651, como hasta ahora se ha sostenido. Ese es un dato que, dice, ha pasado inadvertido no obstante que salió a luz desde 1952, cuando Guillermo Ramírez España publicó en la revista Abside que en 1949 había descubierto el acta de bautizo de aquélla en la parroquia de San Vicente Ferrer de Chimalhuacán, estado de México, y que a la letra dice: ''En dos de diciembre de (1)648 baptisé a Inés hija de la iglesia, fueron sus padrinos Mig(u)el Ramírez y Beatriz Ramírez. Fray Pedro de Monasterio (firmó)".

Entrecruce de hechos históricos

Vallejo de Villa acepta que en un primer momento tuvo reservas sobre esa información, pero éstas se desvanecieron luego de encontrar algunos documentos y hacer el entrecruce de hechos históricos.

Entre el material que halló, está un acta de boda donde una hermana de Sor Juana, menor a ella, Josefa María, afirma tener 44 años en 1693, y con ello pudo constatar que ésta había nacido en 1649, por lo cual la fecha de nacimiento de la jerónima no pudo ser posterior. Otra prueba que ofrece es la mencionada loa, pues, según consignó el primer biógrafo de la poeta, el jesuita Diego Calleja, la escribió cuando tenía ocho años, y si se considera que la primera representación de esa obra está registrada con fecha del 31 de mayo de 1657, en Amecameca, no hubiera contado con tal edad si hubiera nacido en 1651.

Para Vallejo de Villa -quien aventura que la autora de Respuesta a Sor Filotea de la Cruz vino al mundo un 12 de mayo y no un 12 de noviembre, apoyado en uno de los versos de los ovillejos que dice ''Veinte años de cumplir en mayo acaba./ Juana Inés de la Cruz la retrataba" y en que ese día se festeja a la entonces beata y ahora santa Juana Infanta de Portugal-, el cambio de la fecha de nacimien-

sorjuanato de la religiosa fue un error deliberado que el padre Calleja cometió en su biografía:

''Modificó el año de nacimiento porque quería pintarla como una santa. Si mencionaba el año de 1651, no podía entonces decir que Sor Juana comenzó a profesar su vocación desde edad muy temprana. Señaló que ingresó como novicia en 1688, a la edad de 17 años en lugar de los 20 que en realidad tenía."

Quizá el punto más polémico que el investigador pondrá a discusión en los próximos días es su cuestionamiento a la autenticidad de la Autodefensa espiritual

de Sor Juana, también conocida como Carta de Monterrey, que dio a conocer el padre Aureliano Tapia Méndez y que ha sido tomada por varios intelectuales para escribir alguna obra o ensayo, entre ellos Octavio Paz y Antonio Alatorre.

''Definitivamente es apócrifa; no fue escrita por ella. ƑPor qué? Hay varios datos falsos e inexactitudes históricas, además de un tono insolente en ciertos momentos de la escritura, algo nada común en Sor Juana. Quien la escribió, sin embargo, conocía casi perfectamente a la monja y a su obra", subraya.

El especialista sostiene que la dote de la poeta para ingresar a los servicios religiosos fue pagada por uno de sus primos políticos, Juan Caballero, y no por su padrino el capitán Pedro Velázquez de la Cadena, como se consigna en aquella carta.

Tal información la sustenta en un documento fechado el 18 de febrero de 1668 en el que Caballero se compromete a pagar la dote un año después, acto que efectivamente realizaría pero a través del bachiller Juan de Lombaida, capellán de Santa Teresa.

Aclara que el dinero no fue proporcionado por ese familiar realmente, sino por el virrey don Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera, como lo asentó el propio Caballero años más tarde en otro documento.

''Velázquez de la Cadena -asevera- no intervino para nada, entonces, en el pago de la dote, como se dice en la autodefensa. Quien hizo ese documento se basó en un soneto que Sor Juana dedicó al capitán, su padrino."

Terreno fértil para los mitos

Vallejo de Villa -quien asegura ser el descubridor de la verdadera identidad del padre de la jerónima y de que el origen familiar de ésta era canario-genovés- reitera que tantas lagunas e imprecisiones en la vida de la Décima Musa se deben a que es un personaje abordado más por literatos que por historiadores, además de que la mayoría se ha tomado a pie juntillas la biografía de Calleja en lugar de preocuparse por sustentar la información en algún corpus documental y el entrecruce de información histórica. ''Muchos de los trabajos referentes a ella son interpretaciones", considera.

Esto ha sido terreno fértil para la aparición de varios mitos, subraya, como el de que la monja fue sometida a un proceso por el arzobispo Aguiar y Ceijas en el que se le condenó a entregar todos sus libros:

''Fue la propia Sor Juana, de motu proprio, quien entregó su biblioteca a Lombaida -quien como vemos fue un personaje trascendental en su vida y hasta la fecha no ha sido estudiado- para que la vendiera."

Como argumento, muestra la fotocopia de un manuscrito de aquella época en el que Lombaida refiere que él se hizo cargo de vender parte de los libros que integraban la biblioteca de la poeta aun después que ésta murió".

Esclarece que la confusión sobre este supuesto proceso tuvo su origen en algunos registros descubiertos en un archivo de Indias en Sevilla.

Augusto Vallejo de Villa asegura contar con elementos irrefutables para garantizar que los restos de Juana Inés Ramírez de Azuaje no son los que se encontraron en el ex convento de San Jerónimo, hoy Universidad del Claustro de Sor Juana, porque fue exhumada en dos ocasiones, y que la hacienda de Nepantla se ubicaba en lo que ahora es el municipio de Ozumba, estado de México, y no donde se cree.

También, afirma el parentesco de Sor Juana con el primer poeta nacido en la Nueva España, Carlos Sámano Quiñones, y con Alonso Ramírez de Vargas, ''uno de los grandes poetas que tenemos del siglo XVII y contemporáneo de ella".

El historiador enfatiza que es imperativo hacer de Sor Juana un personaje no sólo conocido entre las elites y comenta que a raíz de la noticia del descubrimiento de la primera obra de la poeta, Loa al Santísimo Sacramento -cuyos pormenores fueron publicados en la edición de octubre de la revista Letras Libres-, el productor televisivo Ernesto Alonso se acercó a él para solicitar información con el fin de considerar la posible realización de una telenovela.