MARTES Ť 13 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

LA VICTORIA DE LAZARO Cárdenas Batel es, al mismo tiempo, el banderazo de arranque de una carrera, complicada y riesgosa, por el control de lo que hasta ahora ha sido el Partido de la Revolución Democrática.

ASI LO HABIAN CONVENIDO las principales corrientes (o tribus, como suele llamárseles para dar idea de las formas de convivencia y competencia que les caracterizan) a instancias de Cuauhtémoc Cárdenas, para evitar con esa tregua que las rivalidades internas afectaran la campaña michoacana.

SALVADO, PUES, EL EPISODIO electoral estatal, ha llegado el tiempo de la batalla nacional. Dos son cuando menos los candidatos a relevar a Amalia García: Rosario Robles, a quien fortalece en lo personal el triunfo de Michoacán -del que fue constructora esencial-, y quien tiene el apoyo pleno del padre del futuro gobernador, y Raymundo Cárdenas, el senador zacatecano que tempranamente ha expresado su pretensión abierta de ser el próximo presidente nacional del PRD, presuntamente a nombre de un amasijo de intereses en el que confluirían Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Monreal, la propia Amalia García y Jesús Ortega, quien al mismo tiempo estaría atento a la posibilidad de ser un tercer candidato a la sucesión.

LA CONTIENDA LARGAMENTE POSPUESTA no tiene, sin embargo, como objetivo principal, el mero relevo de la silla de mando de la estructura del PRD. Será, en realidad, la confrontación final de dos posiciones que parecieran ya no tener espacio para la convivencia interna: la que encabezan la familia Cárdenas -Cuauhtémoc y Lázaro- y Rosario Robles, caracterizada por el ánimo de confrontación directa con el foxismo, y la moderada, o colaboracionista, que -tal como lo hace actualmente el jefe del Gobierno capitalino- prefiere evitar los tambores de guerra.

LOS RESULTADOS ELECTORALES DE este domingo arrojan otro saldo interesante: a pesar del pasmo en que vive desde el 2 de julio de 2000, el PRI sigue ganando batallas electorales, tal cual se ha visto en Tlaxcala, Sinaloa y Puebla, donde el partido tricolor conservó y recuperó suficientes plazas legislativas y municipales como para considerarse la fuerza política genéricamente triunfadora de la jornada (tomando en cuenta el número total de votos emitidos), aunque la victoria cardenista de Michoacán le haya dado al PRD el trofeo de mayor calidad y trascendencia.

EN CAMBIO, EL PARTIDO Acción Nacional va a la baja, en especial en entidades en las que tuvo una fuerte presencia, como las gobernadas por Juan Sigfrido Millán y Melquiades Morales, y donde era de suponerse que la tradición antipriísta habría de ser fortalecida por la novedad y la presunta popularidad de un gobierno federal teóricamente emparentado con el PAN.

DE TLAXCALA POCO HAY queé decir. El gobernador, Alfonso Sánchez Anaya, llegó al cargo gracias a esas mezcolanzas de oportunidad que el PRD suele hacer para "ganar" elecciones a cuenta de priístas que usan las siglas del sol azteca para vengar maltratos en su fuente original. Sánchez Anaya ha gobernado lo suficientemente mal como para que sus paisanos se lo cobren en las urnas.

LOS RESULTADOS ELECTORALES DE las cuatro entidades mencionadas habrán de dar paso a preocupaciones de otra índole. Cancelados los viajes internacionales que había programado para el resto del mes (entre otras cosas porque sus asesores no encontraron jamás en el diccionario el país Arguentina, en el que nació José Luis Borgues), el Presidente de la República tratará de evitar el síndrome de atención dispersa y concentrarse en el caso de la reforma fiscal šSuerte!

MUCHA ATENCION TAMBIEN DEBERA poner el jefe del Estado mexicano al terrible mensaje enviado desde Mazatlán al Poder Judicial Federal. En aquel puerto sinaloense fueron asesinados dos magistrados, Benito Andrade Ibarra y Jesús Ayala Montenegro, y la esposa de uno de ellos. El primero era magistrado del tribunal unitario del duodécimo distrito y el segundo era presidente del segundo tribunal colegiado. Una primera versión hablaba de que ellos habrían tenido relación con expedientes de solicitud de amparo de los hermanos Arellano Félix. No sólo queda abierta con estos asesinatos la línea de sospecha que haría pensar en venganzas por peticiones no concedidas a los jefes mafiosos. También está y estará presente la advertencia a los juzgadores de la fragilidad en la que están colocados en estos momentos difíciles en que se les pretende convertir en ejecutores de ajustes con el pasado. Ya ha muerto una defensora de los derechos humanos. Ahora toca el turno a dos miembros del poder civil que estaría encaminado a juzgar los abusos de otro poder infinitamente mayor.

RIESGOS DE MUERTE TAMBIEN corren otros civiles depositarios de la investidura del poder público. El gobernador de Querétaro, Ignacio Loyola, por ejemplo, ha estado en ellos, aunque no por motivos oficiales, sino en el ejercicio dominical de su afición por las motocicletas. Rodando por las carreteras con amigos, contratistas, guardaespaldas y funcionarios, tuvo la desgracia de ser embestido por un vehículo, pero la fortuna de que sus lesiones fueron menores. Dos de sus compañeros, en cambio, murieron. Tal vez debería cambiar de vehículo, como su compañero de partido, el panista que se deleita con los recursos públicos en el estado de Morelos, Sergio Estrada Cajigal, quien prefiere divertirse a bordo del llamado Helicóptero del Amor o de autos de carreras.

OTRO ASUNTO VEHICULAR IMPORTANTE es el del retorno de los paisanos que vendrán a pasar navidades con sus familias. La caída ayer de un avión que iba de Nueva York a Santo Domingo hizo renacer el miedo ante nuevos atentados terroristas. México, que ahora trata de ser un personaje de primera línea del escenario mundial, y que se afana en aparecer como aliado incondicional de Estados Unidos, aportará próximamente una cuota importante de la masa viajera que por aire o por tierra estará en riesgo.

TAMPOCO LOS MARES PARECEN ser seguros. Al menos un vicealmirante está en peligro, Wilfrido Robledo, aunque él, como en las películas estadunidenses más tradicionales, sonríe ante el acoso -en este caso, judicial, por presuntos trafiques para comprar helicópteros y otros bienes a precios inflados- y dice: "por supuesto que soy inocente".

Y YA CON ESTA se despide, por hoy, esta columna itinerante, pues desea estar a tiempo en San Lázaro, haciendo guardia para ver a qué horas llega "El mensajero" de la Presidencia de la República para entregar el paquete (sin ántrax añadido por cortesía de Coparmex) económico para el siguiente año...

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