MARTES Ť 13 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť La obra de Sanchis Sinisterra se estrenará el jueves
El lector por horas propone reconocer la existencia del otro
CARLOS PAUL
Fragmentos clásicos literarios y la recreación de la realidad para hacer más soportable la existencia se conjugan en El lector por horas, obra en la que una mujer ciega provoca, insulta, seduce, pone trampas, se desespera por saber quién es ese desconocido que está frente a ella cada día y cuyo único refugio y arma es callar.
Escrita por José Sanchis Sinisterra, El lector... ''no es 'obra de argumento', sino teatro de fronteras que busca una retroalimentación con el espectador mediante literatura y acción", comenta Ricardo Ramírez Carnero, director de la puesta que se estrenará el 15 de noviembre a las 20 horas en el Teatro Santa Catarina de Coyoacán.
''La ficción y la vida cotidiana están muy cercanas, una y otra se reflejan y se produce un flujo continuo de conexiones e interconexiones".
El teatro del dramaturgo español se ubica en esa frontera, explica Ramírez Carnero; ''el espectador, al tener contacto con ambos elementos, su pensamiento se activa para construir o decontruir, no está domesticado como cuando mira la televisión, donde hasta la risas están grabadas.
''En las historias de la televisión siempre hay un final, añade, y en esta obra se destruye la linealidad de la percepción de la realidad y se fragmenta, pero todo está interconectado. No hay un final. Si algo finaliza es el principio de algo más."
Se busca que el espectador ''vaya construyendo una historia a partir del enigma".
El punto de partida es una mujer que se queda ciega luego de un enigmático accidente. Vive su vida a través de los personajes de varios libros. Su padre contrata a un hombre para que le lea en voz alta. ''En cada sesión, la naturaleza interna de cada personaje queda al descubierto. Cada párrafo es una confesión. Cada página exhibe un pliegue del alma, un miedo, un rencor, el trazo de un recuerdo o de un deseo.
En El lector... actúan Ema Dib, Miguel Flores y Fernando Becerril y ''se cuestiona quiénes son más ciegos, los débiles visuales o los hombres obstinados en sus ideologías y creencias. De lo que trata la obra, finalmente, es hacer que exista el otro".
En voz de Sanchis Sinisterra, de todas sus obras ésta es la que exige mayor imaginación del espectador. ''He trabajado la palabra como máscara, la palabra que vela. El público tendrá que estar al acecho durante varios minutos, tratará de adivinar el efecto de la lectura y de frases e ideas en el interior de la muchacha. Porque la obra trata de eso, a dónde nos lleva la literatura".