LUNES Ť 19 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
CLASE POLITICA
Miguel Angel Rivera
UNO DE LOS primeros acuerdos de la 18 asamblea nacional del PRI consiste en abrir la posibilidad de establecer alianzas electorales y de gobierno con otros partidos políticos.
COMO SE ANTICIPABA, para el tricolor es muy importante unir fuerzas con otros grupos y corrientes, pues gran parte de sus derrotas han ocurrido cuando varios de sus contendientes unen fuerzas.
SIN EMBARGO, TODAVIA está por venir lo más importante, pues todo mundo coincide en que la mesa más importante es la que tiene como sede Veracruz, pues ahí se discuten los estatutos y el funcionamiento interno del partido, en particular cuándo y cómo deberán elegirse dirigentes y candidatos del partido, así como las atribuciones que tendrán los comités directivos nacional, estatales, distritales y municipales.
ESTO QUIERE DECIR que es muy importante la posibilidad de tener aliados externos, pero mucho más lograr acuerdos entre los grupos y corrientes internas, para no sufrir la grave escisión esperada por todos sus enemigos para extender, ahora sí, el acta de defunción del partido que gobernó al país durante siete décadas del siglo anterior.
EN ESTE SENTIDO, una de las decisiones potencialmente más trascendentes es la de acotar facultades al presidente del partido, tanto en el manejo de los recursos económicos como en las decisiones políticas. Así, se mantiene abierta la posibilidad de desaparecer la figura de presidente y sustituirla por la de secretario general.
LA DIFERENCIA ESTRIBA en que el presidente tiene capacidad de decisión y el secretario general actúa conforme a las indicaciones de un órgano colegiado, que podría ser el Consejo Político Nacional u otra instancia creada para el caso. Aunque no es el caso, la mejor referencia son los antiguos partidos comunistas o socialistas, en los que la capacidad de decisión estaba en los comités centrales, mientras que los secretarios generales se limitaban a poner en práctica los acuerdos. Claro, esto es teoría, pues con frecuencia los secretarios generales acumulaban suficiente poder para imponerse a los comités centrales.
ESTE ASPECTO ESTA muy ligado a la histórica controversia entre federalistas y centralistas. Las delegaciones de gran parte de los estados desean que el poder se distribuya entre el Comité Ejecutivo Nacional y las dirigencias estatales, para establecer un sistema descentralizado, totalmente distinto al centralismo que dominó al partido durante todo el tiempo que dependió del Presidente de la República en turno.
PERO TAMBIEN HAY quienes advierten riesgos en la descentralización y no por estar en contra de los sistemas democráticos, sino porque consideran que esa "federalización" lleva el riesgo de que el repudiado sistema presidencialista se reproduzca en los estados con gobernador priísta, cuyas figuras remplazarían lo que fue el Presidente de la República.
LOS RIESGOS DE los cacicazgos políticos están muy actuales. Todos los delegados del tricolor tienen presente lo sucedido en Chiapas, donde un grupo de diputados priístas salientes respondió a intereses locales y aceptó cambiar la Constitución del estado y la Ley Orgánica del Congreso, de modo que sus sucesores ya no tendrán las ventajas que anteriormente gozaba la fracción mayoritaria en el Congreso de Chiapas.