LUNES Ť 19 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Ť Miguel Angel Velázquez

Ť Los retos del PRI

Ť El lastre de su herencia

EL PARTIDO Revolucionario Institucional inició de manera formal lo que ha dado en llamar "su transformación", pero suceda lo que suceda su herencia, la peor de todas, sigue vigente y anula con su sola existencia cualquier supuesto democrático en México: el presidencialismo.

LA CONSECUENCIA inmediata de ese legado pernicioso se refleja en cada una de las cinco sedes donde los militantes, y los que no son, de esa organización política discuten cómo arribar al futuro que se les adelantó por obra y gracia de Ernesto Zedillo, el colaborador más pujante del triunfo foxista.

EL PRI fue traicionado una y otra vez durante los últimos 18 años, y es de eso, de la traición, de lo que aún no puede reponerse la militancia. Por eso ahora se vuelve a discutir qué va a pasar con el partido -es decir, que pasó el 2 de julio-, pero no de la situación actual en la que podrían hallar, tal vez, una serie de indicios del rumbo perdido.

LA REVISION de las estructuras priístas, desde su plataforma política hasta sus formas de financiamiento, era necesaria aún antes de las elecciones del fin de siglo, porque ese partido sobrevivía en situación de asfixia, debido a la carencia de ideas nuevas que llevaran oxígeno al vetusto aparato.

LA BUROCRACIA del poder bloqueó cualquier signo de renovación y en su cúpula el PRI se convirtió en un club donde sólo de admitía al neoliberal y al tecnócrata. La militancia política fue usada para cumplir un programa que la llevaría a su destrucción, por ser absolutamente contrario a los intereses de la población. Pero, carente de liderazgos auténticos, el mismo PRI caminó con los ojos cerrados hacia el despeñadero.

ENTONCES LA reforma es ineludible. Las transformaciones que le dieron perfil al PRI de los tres últimos lustros cambiaron la historia de esa organización. En 1984 se reformó la declaración de principios para hacerlo transitar hacia el modelo del libre mercado; después, en el gobierno del Carlos Salinas, se trató de dar un sentido ideológico a las reformas anteriores y el rumbo lo trazó el liberalismo social, y en 1996, en un afán de rediseñar el horizonte desastroso, se crearon los candados con los que el PRI pretendió vacunarse en contra de la enfermedad que ya sufría.

DE QUE el PRI debe cambiar a nadie le queda duda. Pero Ƒcuál PRI? ƑEl viejo PRI al que se le achacan 70 años de injusticias? ƑEse otro PRI neoliberal que se inicia con Miguel de la Madrid, llega a su punto más alto de expresión con Carlos Salinas y culmina con la primera fase de la aniquilación de la soberanía por medio de la globalización de Ernesto Zedillo? ƑO cuál?

SERA MUY difícil saber contra qué PRI votó la gente el 2 de julio de 2000, pero los gobiernos priístas de los últimos 18 años aceleraron los males de la organización política y crearon mediante corrupción e inseguridad el ambiente propicio para autodestruirse.

PERO EN el análisis de la circunstancia actual debería tener cabida el extraño fenómeno por el que atraviesa ese instituto político. Porque si fuera verdad que las cosas han cambiado, cuando menos en la fachada política de México, y el PRI ya no puede echar mano del voto corporativo ni de los dineros sucios o de las tácticas viciadas, Ƒcómo es que ha ganado elecciones? ƑA qué se deben los triunfos? ƑQuién los está analizando?

DE CUALQUIER forma la identificación del PRI con uno de sus viejos motivos de existencia, la justicia social, será retomada en las reuniones que se llevan a cabo y donde el espíritu de participación de quienes por mucho tiempo han permanecido aislados de las decisiones de su partido puede desbordar los diques formados por las instancias de organización y plantear un caos donde los rompimientos no se han descartado.

POR LO pronto los dos grupos de mayor fuerza en pugna, el de Roberto Madrazo y el de Francisco Labastida, parecen haber llegado a acuerdos de tolerancia para impedir que el intento de reordenación y fortalecimiento pueda terminar en la fragmentación del PRI.

POR ELLO los dos políticos se reunieron, antes de iniciar las mesas de trabajo, en la casa del sinaloense, que estuvo presto a plantear una conciliación de intereses partidistas. La reunión fue del todo amigable y hay quien dice que las diferencias en lo esencial fueron resueltas.

DE ESA manera, y como todo mundo lo suponía, el campo para que Madrazo se convierta en el presidente del PRI el año próximo queda despejado. Las encuestas internas, por ejemplo, revelan que en más de 40 por ciento los priístas califican de muy malo el trabajo de su dirigencia nacional, y que de nueve posibles candidatos, 58 por ciento prefiere al tabasqueño dirigiendo el destino inmediato del PRI.

DE LO que nadie se quiere acordar es que Roberto Madrazo es parte del grupo de Carlos Salinas y refleja la expresión de ese PRI de los últimos 18 años que destiñó los colores de su escudo y lo llevó al despeñadero.

SERIA VOLVER a caer en el mismo error y de eso, de eso precisamente es de lo que parece que se ha olvidado el PRI que está por nacer. Ni modo.

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