LUNES Ť 19 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Hermann Bellinghausen
El próximo continente
Aquí el que no viene de un lugar viene de otro, y estamos todos revueltos. Pareciera que nuestros orígenes son distintos, pero a nadie le importa que si el color, que si la raza. El tiempo nos se va en pensar mil otras cosas urgentes, o necesarias, o facilitas. El origen está en la lengua, hay una de cada quién y nadie se llame a Babel si a ratos nos hacemos bolas.
En la isla del Tránsito se supone que todos, salvo la burocracia y la Cruz Roja, estamos de paso. Le diré. Hay tanta gente como motivos para irse o no, y al cabo de los años se han creado colonias y asentamientos de viajantes que aquí se detuvieron.
Los albergues no están mal, siquiera hay agua; si no fuera por esos malditos reflectores que dejan prendidos la noche entera. Hasta ganas dan de seguir el ejemplo de los colonizadores, que ocupan las otras laderas y viven prácticamente al márgen de las actividades propias de la isla del Tránsito, donde los reflectores no llegan.
Los que sí vamos a seguir tratamos de tomárnosla con calma, coger trabajos por hora y evitar en lo posible el contacto con las mafias y la policía. Un incidente con ellas es lo que más arruina un expediente.
La comida de los albergues es tediosa, y a veces inmunda. Uno la libra gracias a las cocinas baratas que han instalado, donde no los irlandeses o italianos, los tagalos, tais, nigerianos, paquis o colombianos. Mexicanos no hay muchos, pero qué tal gallegos. En eso el mundo no cambia.
Hoy desembarcaron trescientos haitianos sin papeles, y por lo pronto los metieron en cuarentena. Podrían traer piojos, sida o rabia, dijeron en la oficina de Prensa. Bueno, rabia no dijeron, esa la agrego yo. Se me ocurre que traen mucha. Y no los culpo. Pero tampoco crea que los cordones sanitarios son la regla. Aquí nadie se fija en qué anda el resto, todos se mezclan si les apetece y pronto se irán a otra parte.
ƑOye ese coro? Bonito, Ƒno? Son unas mujeres del Asia central, que hicieron fiesta precisamente hoy. Vienen con un grupo exsoviético de saltimbanquis y cirqueros que se quedaron flotando en la década y la verdad ya ni saben de que país proceden. Pero alegran la vida del campamento, viera. Son gente muy unida, la práctica musical y cirquera la transmiten de generación en generación, y las familias se rejuvenecen sobre la marcha. Les pregunté si eran gitanos y dijeron que, que para nada, pero tengo mis dudas.
Llevo poco, 127 días y medio, pero ya me considero un veterano. Y pronto me iré. Mis trámites están caminando, faltan un sello, un pequeño formulario adicional, un segundo visto bueno, y listo. Así me dijeron en la oficina de Fichas la semana pasada.
Algunos migrantes traen religión. En realidad, casi todos. Pero nadie se pone histérico al respecto. La isla del Tránsito no fue tierra sagrada de nadie y no hay templos, predicadores ni motivos de disputa, sólo tiendas de campaña y gente con el itacate presto. Ítaca. Itacate. Curioso, Ƒno?
Los poquitos europeos que llegan en general son turistas o algo parecido; no entiendo por qué se someten a los rigores de la isla. Será por la aventura. Cargan papeles, y dinero suficiente para no trabajar. Unos toman fotos, o notas. Comparten las tiendas, y tratan de aplicarse a nuestras lenguas y pobres alimentos.
Aquí uno socializa mucho. Es un lugar para extrovertidos. Se está en acción, con las pilas puestas, sobreviviendo, buscándole. Andamos de vivales, por aquello de no te entumas. De la isla, según la suerte, uno es remitido a un país de primera o de tercera, pero como sea ya en el continente. Estos días no ha habido muchas deportaciones, pero capaz que a los haitianos los echan. ƑCómo es el dicho? Si la mierda fuera dinero, nacerían sin culo.
Incluso los que, como yo, llegaron solos, nunca estamos deveras solos. Las provisionalidad de todo es un adherente. Y ya ve cómo somos los mexicanos, bullangueros, querendones, chambeadores. Las muchachas serias nos prefieren. Yo mismo no me quejo. Pero para qué le cuento.
El papeleo no marcha igual de rápido para todos, eso es un hecho, pero tarde o temprano. Tarde o temprano. Por mi parte, no pico muy alto, me conformo con caer en un país de tercera. Ya ve que los mexicanos estamos acostumbrados. Del idioma no me aflijo. Ya vi que para lo importante las lenguas se entienden, y mire que yo, de políglota, nada, lo que se dice cero.
Ora hace bueno. Lo invito a dar un rondín, amigo, Ƒcómo ve? Para que conozca, digo, si ya se vino a dar la vuelta, siquiera que haga algo de provecho. Digo.