MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
EN AQUELLOS DORADOS y no muy lejanos años del neoliberalismo mexicano (ahora somos humanistas, de acuerdo con la versión del nuevo inquilino de Los Pinos), el gobierno federal no dejaba pasar ocasión para subrayar uno de sus principales logros: la economía, por fin, ya no estaba petrolizada.
LA APERTURA DE mercados, la internacionalización del país, el acceso al Primer Mundo y, sobre todo, la inteligencia y visión del señor Presidente de la República habían logrado esa maravilla en un abrir y cerrar de ojos, misma que los mexicanos de a pie -odo indica- no registraron. A partir de ese gran salto hacia adelante, el enorme estadista (en turno) que conducía el destino nacional podría liberar "cuantiosos recursos públicos y destinarlos a atender y resolver las más urgentes necesidades sociales de los mexicanos".
PERO SIEMPRE FALLA algo y la maquinaria propagandística neoliberal olvidó incorporar ciertos elementos reales en su afán de subrayar sus incuantificables logros y beneficios para los habitantes de este heroico país. Así, las "urgentes necesidades sociales" se mantienen en el mismo rango (no por falta de atención ni de dinero, sino de tiempo, desde luego) sin visos de solución, y el gobierno federal no ha podido "liberar recursos" ni mucho menos sacudirse la enorme y creciente dependencia del ingreso petrolero, en esta mexicanísima economía despetrolizada.
AHORA, EL HUMANISMO del cambio, inmerso -por una mera casualidad- en la misma dinámica conceptual y práctica que la de los combatidos y repudiados gobiernos tricolores y neoliberales del pasado inmediato, está atorado en un berenjenal, del cual no sabe cómo ni cuándo va a salir, si es que sale.
PERO A LA TRADICIONAL dependencia que del ingreso petrolero tiene el gobierno federal, ahora hay que agregar los errores de cálculo que el humanismo del cambio ha cometido en este renglón, sin dejar a un lado la carencia de una política petrolera internacional que cuide los intereses nacionales. Por estar jugando a los soldaditos con los amiguitos de la escuela, el presidente Fox ha pospuesto, si no es que dejado a un lado, la decisión de apoyar la política de recorte en la producción de crudo propuesta por la OPEP. "Hasta enero", parece ser la solución del cambio, mientras el precio de la mezcla mexicana se deteriora vertiginosamente y, por ende, el ingreso público.
COMO SIMPLE CAPSULA de memoria, vale señalar que dos décadas atrás, cuando la solución fueron todos (a todos los pasaron a cuchillo), el entonces director general de Pemex, Jorge Díaz Serrano, "no se coordinó adecuadamente" -así lo explicaron en su momento- con José López Portillo ?inquilino en turno de Los Pinos? y los errores de cálculo en materia de precios petroleros le costaron la chamba, y a la nación una crisis de lesa progenitora.
LAMENTABLEMENTE PARA LA salud de la República, los cometidos por Díaz Serrano parecen no ser los únicos errores. Toca el turno a los financieros y petroleros del cambio de tomar decisiones y hacer lo suyo, pero hasta el momento los resultados parecen poco gratos. En este contexto sobresale el patinón en el cálculo presupuestal de los expertos de la Secretaría de Hacienda.
LOS CHIQUILLOS Y CHIQUILLAS de San Lázaro no terminaban de evaluar el presupuesto de egresos de la Federación correspondiente a 2002 cuando el secretario Gil Díaz, muy sonriente, ya anunciaba el primer recorte al gasto público del próximo año. Parece que cuatro tijeretazos en 2001 lo dejaron picado. El foco rojo del precio petrolero de exportación ya estaba encendido: 17 dólares por barril propusieron los muchachos de Hacienda, en medio de un mercado con abundante oferta y con una expectativa poco, muy poco grata para los próximos meses.
EL GOBIERNO DEL CAMBIO podría argumentar -y se le creería a plenitud- que su macrocalculadora no funciona del todo bien, como se ha podido documentar con la proyección de crecimiento económico y de generación de empleo ?entre otros?, pero el hecho es que los diputados y las diputadas (por lo menos ese día) sí desquitaron la dieta.
FRANCISCO GIL DIAZ expuso sus "razones" ante los legisladores y no le fue nada bien. No convenció a nadie, pero qué más da si el funcionario, en medio del caos presupuestal, ya anuncia un nuevo movimiento: "México tendría menores ingresos petroleros por unos 20 mil a 30 mil millones de pesos el próximo año respecto a lo estimado originalmente... Yo creo que pensar en una cantidad (como esa) es una cantidad razonable que debiéramos tomar en cuenta de menores ingresos petroleros para el año entrante". Así de fácil: para corregir un cálculo qué mejor que otro cálculo, con un mínimo margen de 50 por ciento, sin considerar el correspondiente al crecimiento económico.
NO CABE DUDA DE QUE uno de los grandes atorones del gobierno del cambio es el manejo de los tiempos, como ha quedado demostrado con los lentos -por no decir inexistentes- movimientos en torno al ciclo recesivo ("entrampamiento", para efectos de Los Pinos). En este sentido, llama la atención uno de los comentarios que el titular de Hacienda hizo a los legisladores: el precio del petróleo mexicano de exportación "lo habremos de revisar conjuntamente ustedes y nosotros durante los próximos días, a la luz de los acontecimientos recientes".
LA TENDENCIA A LA baja en los precios petroleros internacionales se mantiene desde hace dos meses (de hecho entra al tercer mes consecutivo) y el titular de Hacienda lo registra como "acontecimientos recientes". Si bien ese lapso no es un ciclo histórico, sí debería haber provocado una reacción del gobierno federal, en especial si se recuerda la dependencia que en este renglón tiene. Pero no. Tranquilos, que no pasa nada, porque la economía mexicana es la envidia... (perdón, este choro es de otro señor...)
EN VIA DE MIENTRAS, la Organización de Países Exportadores de Petróleo sigue haciendo el intento. El secretario general del cártel petrolero, el venezolano Alí Rodríguez, reiteró que si no hay un acuerdo entre la OPEP y las naciones productoras "independientes" -México, entre ellas- los precios internacionales irremediablemente mantendrán su caída. Muy propositivo señaló que "los precios van a hundirse si no se llega a un acuerdo de aquí al 31 de diciembre". Lo peor del caso es que la temporada navideña está a la vuelta de la esquina.
Las rebanadas del pastel:
DICE EL INQUILINO de Los Pinos que "al Ejecutivo se le acabó el margen de maniobra", pero no sólo el relativo a los recursos públicos... Feliz y maniobrable fin de semana.
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