VIERNES Ť 30 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

REPORTAJE

Venden hasta cinco gramos de mariguana por medio de menú

Los coffeeshops de Amsterdam, para ponerse toleradamente pachecos

FABRIZIO LEON DIEZ ENVIADO

Amsterdamabraxas10Amsterdam, Holanda. El hombre que atiende el bar se parece a James Brown. Tiene los ojos rojísimos, brillantes y acuosos. Hasta la madre de pacheco, despacha la barra con desorden y entusiasmo. Controla un conato de bronca entre un alemán y un turco, acompañado por un par de africanos. Pudo prender la computadora que momentos antes me alquiló y forjó de una ensalivada rápida otro chuby, que con gentil encanto dio a la gabachita de a lado. Sirve cervezas de barril, cobra y controla la música, la cual debe estar acorde con sus tímpanos, que exigen esa mezcla de cantos africanos y altos violines. Su humor es desesperantemente bueno; no obstante, es una hora pico -son las siete de la tarde y el sol es de mediodía-. Tiene la calma de oír la explicación de un mexicano que habla muy poco inglés, y a quien trata de convencer de que las cervezas recién servidas no están pagadas. Sin inmutarse, el tipo ya prendió otro toque, que la francesa de al lado arrebata con elegancia.

Uno

Los coffeeshops están ideados para permanecer en ellos: la decoración, la música y la atención son de lo más amable. Hay bares escandalosos para los guerreros; bohemios para los belgas, y lluviosos como para ver pasar a la gente por la esquina. La mayoría de los coffeeshops prohíben teléfonos celulares prendidos. Los ataques de risa sólo se oyen en los bares de los guerreros y vikingos, apostados en la calle principal llamada Damrak y, por supuesto, en la zona roja, pero en general esos lugares son de un ambiente cool. Hay otros a los que sólo asisten los atacados profesionales, pero a esos únicamente se llega con recomendación y lleva tiempo encontrarlos. Son exclusivos clubes donde se consiguen exquisitas cosechas de mota. El ambiente es algo mejor que la novela y muy cercano a la película que hemos querido protagonizar.

No es común, pero en los parques y calles de Amsterdam se puede encontrar a alguien dándose un toque, como aquellos adolescentes gorditos que frente a la fuente del palacio Rijksmuseum consumían tremendo churro de mortadela, mientras mojaban sus pies en el agua. O un mi buen que frente a su casa, cerca de la calle de antigüedades, exhalaba con fruición una buena bocanada de yerba, cuyo oloroso humo inundó entre tres y cuatro metros a la redonda, mientras él estiraba el cuerpo.

La rutina es lo que sorprende en las calles. Músicos callejeros de Mongolia cantando guturalmente, estudiantes que interpretan a Pourcell con sus trompetas, decenas de niños recién nacidos que sonríen en sus carreolas, fábricas para el tallado de diamantes y decenas de bicicletas abandonadas y oxidadas cuyas historias son dignas del olvido ¿Cuantas de éstas habrán sido extraviadas por un pacheco?

Dos

motacollegioLa mota es de muy buena calidad y mucho más fuerte que la que normalmente circula en México. De hecho no hay mariguana mexicana en los menús. "Lo más cercano es esta maría de Jamaica. Es muy suave", explica José Miguel López, diyéi-dealer del Abraxas (uno de los coffeshops más recomendados), nacido en Granada, España, nacionalizado holandés.

-¿Quieres decir que toda la mariguana que tienes aquí relaja?

-No toda. Depende, porque hay tipos que son muy fuertes. Cuando se fuma un poco es relajante, pero cuando se fuma mucho, y hay gente contigo te pones paranoico. La energía es diferente. Cuando la gente fuma hachís con maría da un poco de paranoia, pero cuando se fuma poco la mariguana es relajante, como la de México.

-¿Aquí no tienen de México?

-No, no tenemos. Pero esa de Jamaica es más o menos la misma.

-¿Y la cristal?

-Es holandesa. Es un poco más fuerte porque se le pone un poco de químico... se manipula genéticamente.

-Y en el caso del hachís, ¿es holandés?

-No, el hachís es de Marruecos. Todo es de la misma planta, pero la primera producción sale de un solo hit y es la créme de la créme. La segunda producción te pone un poco más abajo.

-¿Cómo se recomienda fumar la mois?

-Mezclada con un poco de tabaco, como un cigarrillo.

-¿Qué es lo que más se vende?

-La gente de Holanda fuma normalmente yerba de la más fuerte; si tienen menos tiempo fumando entonces de la más suave. Los americanos quieren siempre de la más fuerte porque llevan mucho tiempo fumando; los alemanes, menos fuerte. La gente de España fuma hachís, los italianos también y los mediterráneos fuman mucho hachís.

-Este hash pálido debe de ser muy suave ¿no?

-No. Es de los más fuertes. Es una producción con mariguana holandesa... sólo para conocedores. El gramo cuesta 60 florines (240 pesos).

Tres

Los expendedores de mota y hash en Amsterdam llegan a advertirte ciertos efectos de paranoia si te das un pasón con él, por ejemplo, hash marroquí bautizado como helter skelter. La paranoia, explica el diyéi del café Abraxas, "es cuando estás pensando en varias cosas a la vez y no sabes atender a una".

Fumarse un toque en Amsterdam lleva a la reflexión. La vida debe beberse a traguitos. Aquí puedes estar pacheco todo el día y la noche, durante toda la semana, sin el sentimiento de culpa ancestral. Sin la angustia por que te apañen, te vean y reconozcan.

Cuatro

amstersdmabraxas8Clavarse viendo el río o el paso de los trenes es menester, tanto como andar en bicicleta y perderse hasta las altas horas de la madrugada. Equivocarse una y otra vez a la hora de poner y quitar los candados de la bicicleta puede ser también menester (¿ya lo dije?). Aunque nada como ver los cuadros de Van Gogh y preguntarse por qué si los holandeses son tan tolerantes no dejan tocar los cuadros del pintor. Sin duda, las texturas de su obra son únicas y los paisajes muy similares a los nuestros.

Los quesos en Amsterdam forman figuras retóricas que se encuentran en todos los aparadores. Enormes bolas amarillas con distinto añejamiento. Panaderías exquisitas aptas para el monchis del medio día. Caldos estilo thai para el bajón y una lluvia fuerte de 25 minutos que te deja sin habla, empapado y sin teoría para explicar, con bases, qué fue lo que cayó del cielo. El viento sopla durante todo el día y las mujeres en bicicleta pasan fugaces driblando a los turistas que absortos miramos su cabello volar al ritmo de las semillas que se desprenden de las hojas de los árboles, y que inundan de primavera a Amsterdam.

-Se llama bum -dice el chofer del taxi refiriéndose a ese árbol.

-¿Bum se le dice al árbol en holandés? -respondo en pésimo inglés

-No. Esa semilla que vuela es del árbol. Bum, bum, bum, como si fuera el sonido de una bomba... como hace el corazón.

Bum en el nombre del árbol Amsterdam.


Ť Sólo está prohibido el tráfico, dice gerente de una cafetería

En Holanda, la legalización del consumo de mota redujo el uso de drogas duras

RAUL DE LA ROSA Y FABRIZIO LEON DIEZ ENVIADOS

Lorna Mistrid, gerente del Colegio de la Cannabis, nos conduce por callejones para evitar a los turistas. Pasamos entre negros y turcos que aguardan a que alguien se les acerque a comprarles heroína, ácidos, tachas o coca. Muy cerca del Dam, que es la plaza principal de la ciudad, sobre la calle Roelensteeg, hay un pequeño oasis. Lo atiende Teffa, una berlinesa alta, espigada y muy seria. Su humor seco, árido, es sin duda lo que más le conviene a su negocio: el Abraxas, uno de los coffeeshops más recomendados.

En el interior, tres hermosas jóvenes situadas atrás de una enorme barra atienden a los mariguanos. Ofrecen café y té mientras fuman su tabaco mezclado con hachís. Los clientes forjan enormes toques, mientras otros escogen la pasta o el chocolate que comprarán. Al fondo, unos mullidos sillones alojan a una pareja que se besa, otra juega bagamón y tres hombres hablan casi a susurros, al ritmo de un jazzesito tecno que invade la atmósfera. El olor a hachís es exquisito, tanto como el color rojo del cabello de Teffa, quien coloca en una mesa afuera del local tres expresos para iniciar la conversación.

-Se sabe que en Holanda hay lugares como éste donde se puede adquirir la cannabis, pero está prohibido el tráfico de drogas. ƑCómo se explica esta contradicción?

-Es cierto. Para que los coffeeshops puedan ofrecer al público sus menús de mariguana deben obtener el material en un mercado legalmente prohibido; es cierto, es una contradicción, pero así funciona este país.

-Sabemos que la cannabis se cultiva en Holanda.

-Así es, hay lugares donde crece y crece, pero el comercio de cannabis en Holanda es tan ilegal como el del hachís que se consume aquí y que viene de Marruecos. El tráfico de ambos es tan ilegal como en cualquier parte del mundo.

En algunos coffeeshops vimos variedades de mariguana que supuestamente son producciones de otros países. ƑEs cierto eso?

-Depende de los coffeeshops; hay algunos que tienen microscopios para verificar la calidad de lo que se vende, porque si la yerba es de mala calidad no se compra. Es como cualquier negocio serio: si ofreces calidad tienes que vender calidad. En Amsterdam hay 20 o 30 coffeeshops que garantizan calidad total.

-ƑCómo es ese asunto de la cantidad de gramos que está permitido portar?

-Bueno, se ha ejercido presión política sobre Holanda por parte de la Unión Europea y Estados Unidos. Holanda es uno de los poquísimos países que han despenalizado el consumo de la cannabis, y por ello se ha endurecido la presión. Por esa razón la tolerancia es limitada, pues se permite llevar solamente 5 gramos por persona al día. Sin embargo, eso no impide que se pueda ir de café en café obteniendo 5 gramos cada vez.

-ƑEsto ha sentado algún precedente en el resto de Europa?

-Por lo pronto existe ya una gran discusión sobre el tema y ya hay movilizaciones en torno de la tolerancia.

-Desde 1985 se tolera el consumo de la cannabis en Holanda. A partir de entonces Ƒhay alguna información estadística que demuestre que ha aumentado la criminalidad?

-Se está realizando esa investigación; sin embargo, lo que se ha publicado en los medios es que la criminalidad ha decrecido, aunque todavía no tenemos información oficial. En Holanda, 6 por ciento de la población consume cannabis en comparación con 20 por ciento de la población de Inglaterra. Lo cierto es que a partir de la despenalización del consumo de la cannabis, para tener un coffeeshop hay que pagar una licencia y hay regulaciones muy estrictas como, por ejemplo, que se prohíbe vender otro tipo de drogas, lo cual marca una separación entre las drogas suaves y las fuertes, y al mismo tiempo se hace una distinción con el mercado ilegal. Por esa razón, aquí el consumo de cocaína y heroína ha decrecido enormemente en los últimos 10 años.

-Ayer estuvimos en un coffeeshop y vimos que había una sola chica atendiéndolo a altas horas de la noche. Eso no sería posible en México, aunque la mota estuviera legalizada en nuestro país. ƑQue explicación hay para ello?

-Lo que sucede es que en Holanda no hay desempleo, todo mundo tiene trabajo, si buscas empleo, encontrarás cinco a la vez. Este país es tan pequeño, que tiene una gran demanda para atender al turismo.

Cuidadito, cuidadito

Teffa se muestra muy segura de todo lo que dice.

-ƑCuál es el principal problema que tienen en los cafés?

-El problema es que el turismo no entiende que el hash o la cannabis hay que consumirlos con cuidado. Si no hacen caso de las indicaciones, lógicamente se enferman.

-ƑQué perfil se requiere para ser un gerente de un coffeeshop?

-Bueno, yo estudié hotelería, y para ser gerente de un establecimiento como éste se requiere un alto nivel de calidad en la atención a nuestros clientes; de hecho yo tengo 10 años de experiencia en el ramo.

-ƑCuántos idiomas hablas?

-Bueno, hablo alemán, holandés, inglés, un poco de francés, español y latín. En el coffeeshop tengo una chica de Portugal, otra de Grecia, otra de Francia y un chico de Israel. Es muy común encontrar mujeres en muy diversos puestos gerenciales. Aquí las mujeres tenemos un mayor grado de confiabilidad; en mi trabajo, por ejemplo, al tener un personal mayoritariamente formado por mujeres, cualquier mujer sola que quiera entrar puede hacerlo con mayor confianza. Además, la edad mínima para entrar a un coffeeshop es de 18 años y en eso somos muy estrictos.

-ƑHay algún problema moral con tu familia por trabajar en un lugar como éste?

-šA mi mamá no le gusta! Bueno, mi madre tiene 54 años y le ha costado trabajo entenderlo, sobre todo porque en Alemania la droga es ilegal.

-ƑAmsterdam es una ciudad para jóvenes?

-No, aquí los viejos son distintos a los de otras ciudades, pero son jóvenes, no por la edad sino por su manera ser. Es increíble cómo apenas al amanecer ves personas de 60 años o más sentados en los cafés. En Alemania no sucede eso, la gente es más tranquila. Amsterdam es para todo mundo, no veo por qué deba estar limitada a la edad.

-ƑCómo calificas el momento actual de Amsterdam?

-Yo adoro esta ciudad; estoy enamorada de ella, aquí hay mucha energía. Aquí vive mucha gente que tiene diversos modos de vida, con lo que se crea una energía muy intensa y emocionante. Aquí puedes hacer lo que quieras, puedes ser ciento por ciento tú mismo. Amsterdam te deja ser como tú eres y esto es lo mejor, por eso también adoro esta ciudad. No me gustaría vivir en ningún otro lado, por mi propio cabello rojo, Ƒentiendes? Antes trabajaba en un hotel, tenía que llevar el pelo normal y usar uniforme, así que es increíble que aquí pueda ser la gerente de un coffeeshop con mi cabello rojo y andar por cualquier lado. Es increíble que esto sea posible.

La ciudad está llena de gente muy fuerte, mujeres muy fuertes, como nunca había visto en mi vida. Es cierto, cuando ves chicas a las dos o tres de la mañana conduciendo su bicicleta en la ciudad como si nada, es increíble.


Evitar el contacto con sustancias tóxicas, el objetivo

La mariguana, esa misteriosa y polémica planta, objeto de disputas y litigios, adorada y temida, medicina de unos y enfermedad de otros, reconquista paulatinamente un terreno legal que le había sido arrebatado hace un siglo, cuando fue prohibida. Holanda ha sido el país precursor en medidas despenalizadoras y continúa representando el Estado más pragmático y transformador en cuanto a legislación de drogas.

En la mayoría de países, a la hora de legislar y castigar el consumo, tenencia, producción, venta o tráfico de estupefacientes, no se diferencia entre drogas duras y blandas, sancionando de igual manera al traficante de mariguana que al de heroína. En los Países Bajos, las leyes distinguen entre las drogas que afectan más la salud del usuario (duras) y las que perjudican menos (blandas). En el primer grupo se encuentran la heroína, cocaína, LSD y éxtasis principalmente, mientras al segundo pertenecen las drogas cannabinoides, es decir, las derivadas de la planta de cáñamo, como la mariguana y el hachís. El consumo en Holanda tanto de drogas duras como blandas no es punible. Es el primer país europeo que despenaliza el consumo de drogas (1976), ya que su política se inclina por no estigmatizar ni perseguir a un toxicómano como si fuera un delincuente. Busca combatir la drogadicción, pero no desde un punto de vista criminal y penal, sino médico y educativo. Esa política está orientada a la prevención y reducción de riesgos individuales y generales del consumo de drogas. En este marco, Holanda cuenta con la más adelantada red del mundo de ayuda gratuita para la desintoxicación de adictos, así como para la mejora de la situación física, síquica y social de ese tipo de pacientes.

La despenalización del consumo de drogas iniciada por Holanda ha sido imitada por otros gobiernos. Actualmente, de los 15 países de la Unión Europea, siete no castigan el consumo personal de ningún tipo de droga, mientras la permisividad es casi total con la mariguana. Sólo Suecia, Francia, Finlandia y Grecia condenan el consumo de cannabinoides.

No obstante, así como las leyes holandesas promovieron la despenalización del consumo de drogas en Europa, continúan castigando la tenencia, aunque también aquí se adopta una política de tolerancia con respecto del resto de los países europeos: la posesión de menos de 0.5 gramos de drogas duras y menos de 30 gramos de drogas blandas es punible, pero no se persigue. Esas cantidades son las toleradas para el consumo personal, dificultando con esta disposición el posible tráfico, actividad penalizada hasta con 12 años de cárcel.

Es en la producción donde la ley se ha endurecido en los últimos años. El cultivo de cannabis está prohibido y la pena máxima para castigarla se duplicó en 1999 de dos a cuatro años. Esta nueva ley tiene como objetivo combatir la producción industrial y evitar la exportación de la mariguana autóctona.

De la legislación holandesa de drogas, el punto que más inquieta a los diputados europeos, el menos secundado por leyes internacionales y el más atractivo para los turistas es la legalización de la venta de drogas blandas. El suministro de drogas tanto duras como blandas es punible pero en el caso de estas últimas existe una política de tolerancia dependiendo de la cantidad. Con el objetivo de evitar que los adictos a drogas blandas entren en contacto con sustancias tóxicas más peligrosas, las leyes holandesas despenalizaron su venta siempre y cuando se cumplan los siguientes requisitos: 1. Sólo se permite vender en los coffeshops (establecimientos que se asemejan a cafeterías convencionales donde se tolera la venta de hachís y mariguana). 2. No se permite vender cantidades mayores a los 5 gramos a la vez por persona. 3. No se permite hacer publicidad de las drogas. 4. No se permite causar molestias al vecindario. 5. No se permite vender drogas a menores de edad, y 6. No se permite una existencia comercial superior a los 500 gramos.

Esta medida ha levantado críticas de varios sectores sociales, políticos y judiciales, los cuales argumentan que la libre venta de drogas blandas favorece el aumento de su consumo. Estudios y estadísticas holandesas no han podido comprobar tal hipótesis, ya que desde que se liberalizó la venta de hachís y mariguana, el número de usuarios se mantiene estable. De hecho Holanda es el país europeo que menos población adicta tiene (13 de cada mil habitantes, frente a un promedio europeo de 26) y menos muertos por sobredosis (en 1991 en se dieron 42 casos, mientras en España cerca de 900).

Toda esta innovadora legislación de drogas holandesa no tendría el sentido funcional que posee sin la presencia de un componente básico: la libre información sobre drogas. En países supuestamente avanzados, como Francia o Estados Unidos, se censuran libros con información sobre drogas y manuales de toxicología bajo el argumento de que esa información incita al consumo.

Contrariamente a esa posición paternalista, en Holanda, a partir de 1993, se han abierto centros de información juvenil (JIP), lugares donde los jóvenes encuentran todo tipo de información respecto de vivienda, subsidios de desempleo, sexo, policía, educación, trabajo y drogas. Ahí la información es un derecho, no una posibilidad. Por otro lado, el NIAD (Instituto Holandés para Alcohol y Drogas) realiza permanentemente campañas de información dirigidas a jóvenes. Otras instituciones son los Safer House, que son centros donde se analiza gratuitamente cualquier droga callejera y se proporciona información al respecto. Los medios masivos de comunicación, las bibliotecas y escuelas desempeñan también un papel de suma importancia en ese sentido.

La desinformación sobre drogas no sólo es inexcusable, sino peligrosa. Dada la experiencia holandesa, las campañas y políticas antidrogas cobran un sentido más efectivo si parten de la información y no de un proteccionismo ingenuo, un encubrimiento estéril y de un anacrónico fatalismo.

(F. LEON Y M. NORANDI)