sabado Ť 1Ɔ Ť diciembre Ť 2001
Enrique Calderón A.
Un año de gobierno
Las políticas anunciadas por Fox nos convocan a ser un país exportador de lo que sea, de changarreros y de jardineros en EU
Después de un año del actual gobierno algunas cosas resultan más o menos claras. Una de ellas es que el Presidente sigue en campaña, haciendo promesas para el futuro y minimizando los graves problemas que los mexicanos debemos enfrentar todos los días; la otra es que los cambios que Fox ofreció no sólo no se ven por ningún lado, sino que ahora resulta que después de todo no eran tan necesarios, razón por la cual el sistema y los hombres del poder de antaño continúan activos tal como lo harían si el PRI siguiera gobernando.
Difícilmente podría ser de otro modo. Tres razones de peso existen para ello. La primera radica en la incuestionable falta de experiencia para gobernar del Presidente y de una buena parte de su equipo de trabajo, la cual es fácil observar en las contradicciones y la falta de oficio político en el manejo de la casi totalidad de las cosas que hacen, desde viajes al extranjero hasta el manejo de los derechos humanos, la relación con el Congreso o la atención que requieren los trabajadores agrícolas y sus productos.
La segunda razón está en la personalidad del Presidente, su necesidad compulsiva de exhibición en público, sea esto necesario o no, la cual lo ha llevado a generar confusión y desconcierto, sobre todo cuando se contradice a sí mismo y a sus colaboradores. Alguien dirá, seguramente, que se trata de otra faceta de su inexperiencia, pero lo dudo mucho; es posible que algo pueda cambiar su conducta en el futuro, mas no su afán de trivializar los problemas, en lugar de enfrentarlos con seriedad. Resolver conflictos como el de Chiapas en 15 minutos, enfrentar el rezago educativo comprando un millón de computadoras (promesa para el año próximo), revitalizar la economía y superar el desempleo con créditos masivos de mil pesos para crear changarros. ƑEs posible abrigar un optimismo mínimo ante este tipo de programas y metas de gobierno? Mientras estas acciones se ponen en práctica, alguien tiene que hacer lo que ya se hacía; qué mejor que lo hagan quienes siempre lo han hecho.
La tercera razón que nos lleva a hacer a un lado cualquier expectativa o esperanza de mejoría tiene que ver con lo que Fox es y representa, un Presidente de derecha, comprometido con el neoliberalismo, con los esquemas de explotación y sometimiento puestos en operación por sus antecesores en el poder. Sus tentativas hasta ahora fracasadas de establecer impuestos a quienes poco o nada tienen, de enajenar la industria eléctrica y la producción de energéticos entregándolas a grupos extranjeros, y su interés por recortar el gasto público en materia social, mientras nuevas sumas son entregadas a la banca para su saneamiento, la intención de combatir la pobreza mediante fondos logrados con conciertos, fiestas de caridad y cenas de gala para repartir luego entre los pobres, sólo son útiles para identificar su gobierno con los círculos aristócratas que se antojan ya superados. Nos han mostrado ya la naturaleza de sus compromisos, congruentes por ejemplo con la postura de apoyo incondicional a Estados Unidos en sus programas de destrucción infinita.
Si hoy sabemos, más allá de toda duda, que sus promesas de campaña y su lema de cambio no eran sino la siguiente etapa del país que nos han brindado ya por décadas nuestros sucesivos gobernantes: "Que todo cambie para que todo siga igual", el cambio en este caso ha sido más de naturaleza folclórica, para el entretenimiento interno; sus efectos son los de siempre.
Así, después de muchos años de luchas sociales y sacrificios, el único avance real que hemos logrado está en la construcción de un sistema democrático, que parece proclive a entregar el poder no a quienes tienen los proyectos que más beneficien al país, sino a quien más capacidad tenga para comprarlo, a través del uso indiscriminado de los medios electrónicos. ƑQué más podemos decir?
Las perspectivas no son halagadoras, las políticas anunciadas por Fox y su equipo nos convocan a ser un país de exportadores de lo que sea, de changarreros y de jardineros en Estados Unidos (si es que nos dejan). La lucha por reducir la pobreza, el desarrollo de cadenas de valor agregado, el desarrollo de la ciencia y el aprovechamiento de la tecnología no están en los planes más allá de algunas declaraciones anecdóticas y poco congruentes; este es el legado del primer año de gobierno de Fox. Ť