Ť Tres grupos se oponen a que Rabbani y líderes fundamentalistas ocupen cargos
Lento avance en la Conferencia Interafgana por división en torno a distribución del poder
Ť Serán necesarios uno o dos días más para llegar a un acuerdo definitivo, afirma la ONU
EVA USI CORRESPONSAL
Köngswinter, 1o. de diciembre. La quinta jornada de negociaciones de la Conferencia Interafgana avanzaba trabajosamente centímetro a centímetro, debido a la división en torno a la distribución de poder en el futuro gabinete de gobierno.
Por su parte, la Organización de Naciones Unidas (ONU) presentó una propuesta de distribución del poder similar a la representatividad de los grupos en la mesa de negociaciones. Descarta la conformación de un consejo supremo, y una Loya Jirga de transición será definida en posteriores ne-gociaciones en enero en Kabul.
La lucha por el reparto de poder entre los distintos grupos, así como en la Alianza del Norte, tenía empantanadas las negociaciones desde el viernes. El conflicto seguía siendo la elección de jefe de gobierno y de titulares de los distintos ministerios que integrarían el gabinete provisional que conducirá el país hasta la primavera.
La delegación del Frente Unido (Alianza del Norte), coalición integrada por tadjikos, uzbekos, hazaras y otras minorías étnicas, parecía estar a punto de sufrir una fractura, según un delegado aliancista, debido a la oposición de su presidente, Burhanuddin Rabbani, a que se definiera en Bonn quiénes encabezarían el gabinete.
El líder de la delegación aliancista y responsable de la seguridad de Kabul, Yunus Qanuni, amenazó, según fuentes aliancistas, con ignorar a Rabbani y pactar la arquitectura del futuro gobierno afgano con los grupos de exiliados participantes en las negociaciones de Bonn. Rabbani no había enviado una lista de candidatos y esa era la razón de la demora.
La manzana de la discordia
Los otros tres grupos políticos participantes en las negociaciones, el de Roma, que re-presenta al ex rey Zahir Shah; el de Peshawar, cercano a Pakistán, y el de Chipre, apoyado por Irán, se oponen a que Rabbani y líderes fundamentalistas ocupen cargos de relevancia en la nueva estructura.
Dos veces fue pospuesta una conferencia de prensa de la ONU el sábado y fue postergada definitivamente para el domingo. Según fuentes de la organización mundial, serían necesarios todavía uno o dos días para llegar a un acuerdo definitivo.
Se supo en los corredores que la noche del viernes Rabbani pidió a la ONU que se pospusieran las negociaciones hasta dentro de 10 días, petición que fue rechazada.
El conflicto entre los vencedores de Ka-bul quedó manifiesto con las declaraciones del ministro del Exterior aliancista, Abdullah Abdullah, quien dijo que quiere llegar a un acuerdo exitoso, porque "no nos po-demos permitir un fracaso".
Abdullah Abdullah, Yunus Qanuni y el se-cretario de Defensa, Mohammad Fahim, son una nueva generación de políticos mo-derados "con quienes se puede negociar", según un alto diplomático estadunidense.
En juego están miles de millones de dólares de ayuda para la reconstrucción por parte de la ONU y naciones donantes.
"Si no hay acuerdo, no hay seguridad en la ayuda a la reconstrucción" dijo el portavoz de la ONU, Ahmad Fawzi, al comienzo de las negociaciones.
Daoud Yakub, asesor de la delegación de Roma, dijo a periodistas que la ONU presentó una propuesta a la Conferencia Interafgana el sábado, sobre la distribución del gabinete de hasta 25 miembros, "en proporción a la correlación de fuerzas de los cuatro grupos políticos participantes".
De esta manera, el Frente Unido y el gru-po de Roma, cercano a Zahir Shah, ocupa-rían ocho ministerios cada uno, en tanto que los republicanos en el exilio aglutinados en los grupos de Chipre y Peshawar obtendrían dos ministerios cada uno. Otras cuatro se-cretarías de Estado serían ocupadas por otros no representados en la conferencia.
Según la propuesta, el rey en el exilio propondría el candidato a la cartera de primer ministro, pero Rabbani no ocuparía un car-go relevante. El gobierno provisional sería disuelto por la conformación de una Loya Jirga de emergencia integrada por 700 notables del país, que gobernaría durante un periodo de transición de dos años.
Zahir Shah presidiría la Loya Jirga porque es una figura respetada por todos los grupos étnicos de Afganistán. Su retorno a Afganistán no significaría la restauración de la monarquía, sino que actuaría como jefe de Estado y figura simbólica de unidad.
La Loya Jirga prepararía una Constitución y la celebración de elecciones libres, y a ella pertenecerían cien mujeres. Según el portavoz del grupo de Roma, este fin de semana se definirán los nombres de los ministros, quienes deberán ser tecnócratas y no líderes mujaidines.
Por último, los grupos políticos de Roma, de Peshawar y de Chipre también se oponen a que el líder fundamentalista Abdul Rasul Sayyaf ocupe algún cargo de relevancia en el nuevo gobierno afgano.