DOMINGO Ť 2 Ť DICIEMBRE Ť 2001
Ť Tariq Ali
Un cuento de invierno
La caja de Pandora del imperio estadunidense está aún abierta y deja escapar monstruos y temores en un mundo que no está del todo bajo su control. La Alianza del Norte es una confederación de monstruos. Encadenan a disidentes a las bandas de un tanque y los aplastan públicamente, ejecutan prisioneros indefensos y les arrancan dientes de oro, violan a hombres y mujeres; todo eso es parte de la jornada laboral de los guardianes del tráfico de heroína.
ƑVestigios de tiempos pasados? No es tanta la suerte. Mucho de esto está ocurriendo hoy bajo la mirada aprobatoria de los marines estadunidenses, agentes de la CIA y un puñado de hombres de la SAS, que se le permitió a Tony Blair enviar. ƑY adónde serán asignados ahora los dos mil soldados alemanes que llegarán a la zona? ƑA Irak? Europa se ha salvado de ver la mayor parte de las imágenes que documentan estas atrocidades porque los perpetradores son "nuestros amigos", pero el público árabe sabía lo que estaba ocurriendo mucho antes de la masacre de Mazar-e-Sharif. La Convención de Ginebra estaba siendo violada cada día. Después de que se le dijo que no tomara Kabul, la Alianza del Norte ha sido promovida al estatus de "nuestros aliados". Lo mismo ocurrió con Osama Bin Laden y su guardia pretoriana en los días gloriosos de la guerra fría. Nada se aprende. Nada se olvida.
Los hechos son estos: la situación en Afganistán es inestable de manera inherente. Sólo los fantasiosos pueden sugerir otra cosa. La noción de que la Alianza del Norte en su forma actual puede durar algunos años es risible. Ya han comenzado guerras territoriales en la Kabul "liberada", pese a que se ha evitado caer en enfrentamientos abiertos. Hay demasiado en juego. Occidente está observando. Se ha prometido dinero. Vladimir Putin y Muhamad Jatami han urgido a tener cautela. Pero el dique se romperá, más temprano que tarde.
Una vez que los marines salgan de la región, con o sin la cabeza de Bin Laden, la Alianza del Norte descubrirá que en estos tiempos no hay dinero para nada que no sea azuzar guerras. La propaganda estilo niño explorador de que "estamos reconstruyendo el mundo" está diseñada para consumo doméstico. No van a surgir como hongos escuelas, hospitales ni hogares la próxima primavera o la que sigue, ni en Afganistán ni en Kosovo.
Y si mandan traer al rey Zahir Shah, de 87 años, desde Roma, Ƒentonces qué? No mucho, considera Occidente, excepto tratar de convencer a los pashtunes de que sus intereses serán protegidos. A juzgar por lo que se ha visto en el pasado, todo indica que Zahir Shah no estará satisfecho con el status quo.
Un documento de la Oficina del Exterior de Alemania, fechado el 3 de octubre de 1940, es una lectura fascinante. Es del secretario de Estado Weizsacker a la representación alemana en Kabul, y vale la pena citarlo detalladamente:
"El ministro afgano me llamó el 30 de septiembre y transmitió saludos del ministro presidente y del ministro de Guerra, así como sus buenos deseos para que la guerra llegue a un fin favorable. Preguntó si los objetivos alemanes en Asia coinciden con las esperanzas afganas; hizo alusión a la opresión en las naciones árabes y se refirió a los 15 millones de afganos (en su mayoría pashtunes, particularmente de la provincia fronteriza en el noroeste del país) que han sido obligados a sufrir en el territorio de India.
"Mi aseveración de que el objetivo de Alemania fue la liberación de los pueblos de la región mencionados, que estaban bajo el yugo británico, lo mismo que la restauración de sus derechos, fue recibida con satisfacción por el ministro afgano. Aseguró que la justicia para Afganistán sólo se materializará cuando la frontera del país se extienda hacia las Indias; esto también se aplicaría si India se independiza de Gran Bretaña.
"El afgano señaló que Afganistán ha dado prueba de su actitud leal al resistir vigorosamente las presiones inglesas para romper relaciones con Alemania. Este día quiso presentar los deseos de Afganistán como medida de precaución, pero solicitó estricta confidencialidad y dijo que satisfacer estos deseos es una cuestión que influirá en el futuro".
El rey que despachó a su ministro a Berlín era Zahir Shah, a los 26 años. El ministro presidente era su tío, Sardar Muhammad Hashimin Khan.
Lo interesante del despacho alemán es, no tanto el odio hacia Gran Bretaña, que era normal entonces, sino el deseo de un gran Afganistán en el que estaría incorporado lo que hoy comprende las provincias fronterizas del noroeste de Pakistán y su capital, Peshawar. Hay fuerte resistencia al regreso de Zahir Shah. Saben que el rey jamás ha aceptado la línea Durand, ni siquiera como frontera temporal. Les preocupa que pueda alentar el nacionalismo pashtún.
La decisión de Islamabad de arrojar a los talibanes a la batalla y tomar Kabul fue parcialmente diseñada para resolver el problema pashtún. La religión puede trascender al nacionalismo étnico. No se trataba de combinar ambos.
Un grupo pro talibán, el Tehrik-e-Nizaf-i-Shariah-e-Mohammed (TNSM), capturó un gran trozo de Swat durante el gobierno de Benazir Bhutto. Obligó a las mujeres a cubrirse con burkas, prohibió ver televisión y realizó una quema pública de televisores y videograbadoras (en Italia esto podría interpretarse como una protesta contra Silvio Berlusconi, pero no en Pakistán). Se impusieron castigos islámicos, incluidas amputaciones.
Bhuto estaba indefensa y paralizada, pero hace unos días Pervez Musharraf encarceló al líder del TNSM, Soofi Mohammed Saeed. Este hecho, que viene pisándole los talones a la derrota talibán, puede crear una fea atmósfera en zonas del país, especialmente desde el momento en que muchos talibanes han regresado a Pakistán.
No todas las repercusiones de esta cruda guerra de venganza han salido a la luz, pero la calma superficial que existe en Pakistán es engañosa. Con los fundamentalistas armados del Lashkar-e-Taiba amenazando con "tomar el gobierno" si hay intentos por desarmar al grupo, la pregunta crítica será de cuánto apoyo gozan dentro de la estructura militar. El flujo de ayuda militar estadunidense y el levantamiento de sanciones han convencido a los opositores a Musharraf dentro del ejército de dejarlo permanecer en su lugar, pero Ƒpor cuánto tiempo?
Agreguemos a eso la consternadorae situación de que en Cachemira hay un saldo mortal mensual más alto que en Palestina, y que ahí los soldados indios y jihaidis paquistaníes infiltrados en el ejército se enfrentan sobre los cadáveres de cachemiros inocentes. Si Nueva Delhi pretendiera usar la "guerra contra el terrorismo" como precedente y decidiera bombardear bases terroristas en Pakistán, todo el subcontinente podría estallar.
Traducción: Gabriela Fonseca