DOMINGO Ť 2 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť Confía en que el Legislativo aprobará su proyecto de presupuesto y el techo de deuda

Informa hoy López Obrador en el Zócalo; "que vaya quien quiera", dice

Ť Ojalá acudan los ciudadanos, expresa, "pero no me gusta que digan que se abarrotará" la plaza

ELIA BALTAZAR

En contra de las expectativas de los militantes perredistas, Andrés Manuel López Obrador expresó que no espera hoy Zócalo lleno en el último informe de labores del año, que rendirá de manera pública y al cual convocó especialmente a los beneficiarios de sus programas sociales, para defender el presupuesto que presentó el viernes a la Asamblea Legislativa.

"Ojalá los ciudadanos asistan, pero que vaya quien quiera; no me gusta que se diga que se abarrotará, porque no sabemos en qué está pensando la gente, cuál es su talante".

López Obrador también se manifestó seguro de que su proyecto de presupuesto y la solicitud de techo de endeudamiento serán aprobados, respectivamente, en la ALDF y la Cámara de Diputados. "En ninguno de los dos casos habrá dificultad", dijo.

En medio, pues, de la discusión en torno del presupuesto para la ciudad y dispuesto a defenderlo, celebrará el jefe de Gobierno el primer tramo de su gestión en la ciudad de México.

Un año y 22 bandos han pasado desde que Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo. Desde entonces, muchos han sido los frentes de la batalla política que ha abierto.

Los bandos emitidos por su administración desde el primer día de gobierno han disparado especialmente las críticas. Los ejemplos están a la vista. Allí está el bando 2, que restringe la urbanización en delegaciones periféricas, y el cual lo enfrentó a los grupos inmobiliarios y a las organizaciones populares de vivienda, especialmente del PRD.

O el bando 19, que despertó a los demonios de la publicidad al prohibir la colocación de espectaculares en las principales vialidades, lo que ha llevado a una guerra que parece interminable, desde el flanco de la Secretaría de Desarrollo Urbano.

No menos cuestionados han sido el bando 4, sobre el plan de austeridad; el 12, que es su propuesta de ley de participación ciudadana; el 13, que reglamenta marchas, mítines, plantones y bloqueos, y el 22, mediante el cual se revisan todas las concesiones de los espacios públicos y que ya comienza a traer nubarrones tras de sí .

La polémica, su signo

Desde el rompimiento político con su antecesora y correligionaria, Rosario Robles, hasta la crítica constante a las acciones del presidente Vicente Fox y su posterior decisión de convenir una tregua, López Obrador ha transitado por todas las deltas de la polémica nacional.

Pero el blanco constante de sus más célebres frases ha sido siempre la política económica de Fox, a la que ha considerado la continuidad del pasado tecnócrata priísta. Así comenzaron los primeros intercambios con la figura presidencial: primero los fondos del ramo 33, de los cuales se pretendía dejar fuera al GDF. Luego, la "recomendación" del Presidente para que López Obrador aumentara el precio del boleto del Metro, por la cual Fox sólo obtuvo en respuesta un calificativo: "deslenguado".

Las turbulencias entre los poderes local y federal aumentaron con el tema del horario de verano, que dio pie a la primera consulta aplicada por el jefe de Gobierno y que significó, también, su primera victoria al lograr que el DF quedara al margen de los cambios de horario, según lo dispuesto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que también le otorgó la razón al corroborar sus facultades en materia educativa, lo cual hace del DF la única entidad donde se asegura la educación pública gratuita del nivel básico hasta el superior.

El titular del GDF decidió también emprender campaña jurídica ante los tribunales en contra de la decisión federal de elegir Texcoco como sede del nuevo aeropuerto de la ciudad.

Los temas de Chiapas y la reforma fiscal propuesta por el gobierno federal también enfrentaron a López Obrador con Fox, a quien el tabasqueño exigió que cumpliera su promesa de resolver en 15 minutos el conflicto con el Ejército Zapatista y promoviera la aprobación de la ley indígena elaborada por la Cocopa. Y que se dejara de "mentiras" en torno a su reforma fiscal, que no tenía otro fin que cobrar más impuestos a los que menos tienen. Vino la tregua en junio, pero López Obrador no ha bajado la guardia en cuanto a la reforma hacendaria.

Diferencias con el Legislativo

No menos marcadas han sido las diferencias de López Obrador con la Asamblea Legislativa, e incluso con la fracción de su propio partido, el PRD. Porque entre los poderes Ejecutivo y Legislativo de la ciudad privan criterios distintos en torno a temas como los bandos 2 y 19, la ley de establecimientos mercantiles y el seguro único para vehículos automotores, este último impulsado en su momento por Cuauhtémoc Cárdenas como titular del Ejecutivo local.

PAN y PRI, por su parte, han puesto en la mira de su crítica las políticas sociales del gobierno de López Obrador, a las cuales califican de "populistas" y "asistenciales". Basta recordar la contienda legislativa en torno de la construcción de las preparatorias y la Universidad de la Ciudad de México.

No menos ríspidos han sido los intercambios entre López Obrador y los legisladores locales de oposición en torno de acciones como la reciente consulta pública para aumentar las tarifas del transporte público. El jefe de Gobierno, sin embargo, no parece dispuesto a ceder terreno: cuantas veces lo crea necesario, ya lo dijo, convocará a la participación ciudadana para decidir en temas que afectan a la mayoría.

Férrea, pues, ha sido la defensa de López Obrador de sus programas sociales a favor de los ancianos, las madres solteras, los niños y los discapacitados, entre otros. Su convicción a favor de los "más pobres" lo llevó una vez más al enfrentamiento con las políticas sociales federales, luego de que se decidió elevar el precio de la leche Liconsa y que el GDF absorbiera mediante subsidio el costo del aumento, en beneficio de la población capitalina. Así lo anunció en su bando 20.

Opuesto por principios a la lógica del libre mercado y de "la rapacidad empresarial", López Obrador ha revitalizado el concepto de Estado rector y no ha dejado de poner en evidencia el contubernio entre los poderes político y financiero, que alcanzó su cúspide con el "gran fraude" del Fobaproa, como siempre recuerda.

Pero en la ciudad de México ha encontrado empresarios honestos, reconoce el mandatario local, y con ellos ha alcanzado acuerdos para impulsar grandes proyectos económicos, como los corredores turísticos, parques industriales y, especialmente, el rescate del Centro Histórico, a cuya cabeza colocó al presidente del Grupo Carso, Carlos Slim.

Este último proyecto y el convenio sobre seguridad han sido los únicos puntos de acuerdo y encuentro entre los gobiernos de López Obrador y Vicente Fox.

No hay duda, sin embargo, de que los dos proyectos chocan. Como ejemplos están el programa de austeridad que aplicó López Obrador desde el inicio de su gestión, y el plan económico emergente para enfrentar en la ciudad la recesión de la economía nacional.

Casi un año después Fox habría de seguir el ejemplo de recorte de gastos suntuosos.

No son pocas las voces que advierten sobre los proyectos presidenciales del gobernante capitalino. Su respuesta: "Que me den por muerto".