JUEVES Ť 6 Ť DICIEMBRE Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

EL GOBERNADOR DE BAJA California, Eugenio Elorduy, y el presidente municipal de Mexicali, Jaime Díaz Ochoa, tienen un amigo (y colaborador Ƒy financiero?) peligroso. El pasado 1 -justamente cuando el citado Díaz Ochoa tomaba posesión de la alcaldía de la capital norteña, a unas semanas de que Elorduy había hecho lo propio en la gubernatura- se informó en los diarios de aquella entidad que el capitán Antonio Hermenegildo Carmona Añorve había ingresado un día antes a la prisión federal de La Palma, en el estado de México, como presunto responsable de dar protección al cártel de los hermanos Arellano Félix y, en especial, a dos de sus principales subordinados, los hermanos Higuera, apodados uno El Mayel y otro El Gilillo, uno ya detenido y otro prófugo.

EL MENCIONADO CAPITAN Carmona Añorve es una persona de todas las confianzas de quienes en julio de este año ganaron la gubernatura del estado y la presidencia municipal de la capital. Elorduy ocupó precisamente esa misma alcaldía de 1995 a 1998, y en esa ocasión nombró a Díaz Ochoa como director de Seguridad Pública municipal y al capitán Carmona Añorve como subdirector. A los pocos meses, Díaz Ochoa ascendió a secretario general del ayuntamiento y el capitán Carmona Añorve a la Dirección de Seguridad Pública. Es decir, cuando fue presidente de Mexicali, el ahora gobernador tuvo como jefe policiaco a quien ahora está acusado de proteger al principal grupo delictivo local (de amplios alcances, como es conocido, nacionales e internacionales). Desde entonces, y de manera constante, se hablaba en voz baja -hacerlo abiertamente suele tener consecuencias trágicas por allá (y por acá)- de los presuntos nexos del jefe policiaco con el cártel dominante de la plaza, pero los dos políticos panistas mantuvieron y mantienen plena confianza en quien ahora viste uniforme reglamentario en un penal de máxima seguridad.

LA DETENCION DEL CITADO personaje ha provocado cuando menos dos reacciones inmediatas: por un lado, el fortalecimiento de las sospechas de que el panismo se ha mantenido en el poder en Baja California haciendo alianzas con el narcotráfico y recibiendo financiamiento de éste para sus campañas electorales y, por otra parte, la exhibición descarnada de la doble moral blanquiazul, que condena al infierno los pecados de sus adversarios políticos, pero es capaz de aferrarse fanáticamente a la defensa de la "decencia" y "honestidad" de los suyos, sólo porque lo son, así estén siendo acusados y procesados por un gobierno federal que presuntamente es de la misma filiación partidista.

RESULTA ESPECIALMENTE notable el asunto del financiamiento para campañas. El pasado julio, los bajacalifornianos vieron correr tal cantidad de dinero en apoyo de los candidatos panistas, que se habló de una elección de Estado, en la que el gobierno estatal habría actuado al estilo tricolor en cuanto a vaciar el presupuesto en auxilio de sus favoritos (los panistas están en el poder desde que fue rota la hegemonía nacional de los priístas en esos cargos con el triunfo de Ernesto Ruffo, uno de cuyos hermanos, por cierto, ha sido persistentemente mencionado en asuntos oscuros). También se hablaba entonces de que el narcotráfico, y en especial el cártel de casa, el de los Arellano Félix, estarían invirtiendo recursos para continuar recibiendo protección. Ahora cobra una dimensión especial el hecho de que en las campañas de Elorduy y de Díaz Ochoa hubiera tenido una presencia discreta, pero permanente, el capitán Carmona Añorve.

TODOS ESOS INDICIOS, SIN embargo, poco afectan el ánimo de los amigos Elorduy y Díaz Ochoa, quienes, comprensivos y justicieros, han evitado hacer leña del árbol caído del que ellos mismos forman parte, tal vez no sólo como ramas. Flamígeros como opositores, puestos siempre a quemar en leña verde a otros, implacables frente a similares o menores pistas relacionadas con miembros del PRI, enérgicos como candidatos, ahora resultan damas de la caridad que no quieren salir a bailar en una fiesta amenizada por los cárteles más famosos de la localidad: hay que darle el beneficio de la duda al capitán y no condenarlo sino hasta que termine el proceso penal y haya una sentencia, han dicho los suavecitos funcionarios que ya deberían ir gestionando sus permisos para visitar en La Palma al amigo (y colaborador, Ƒy financiero?).

EN EL DISTRITO FEDERAL, mientras tanto, la magia tabasqueña ha sacado un pejelagarto de asfalto de la chistera para que el respetable público no se entretenga demasiado en los entretelones de la vigilancia militarizada de las calles y la periferia capitalinas. La Policía Federal Preventiva, controlada por militares con licencia, y el Ejército como tal (en las entradas y salidas de la ciudad) han tomado el control de la urbe de una manera que hace pensar en riesgos mayores de los que las autoridades perredistas quieren aceptar. Pero la noticia del día de ayer fue otra: el jefe del Gobierno capitalino ha anunciado la construcción de un segundo nivel en el Periférico y el Viaducto, lo que, por el simple hecho de su anuncio, habrá de arrancar un suspiro de esperanza en los automovilistas chilangos diariamente atrapados en el infierno de un tráfico vial sin opciones. En abril del 2002 habría de iniciarse el primer tramo de esa impactante obra y, fiel a la política a la que no gusta le llamen populista ni paternalista, López Obrador estima que no habrá necesidad de cobrar peaje. Al menos en el discurso, el asunto fluiría aceptablemente: estructuras prefabricadas, trabajos nocturnos, construcción por tramos, unos cinco años de trabajo. Pero, como todo, un pero: el sueño capitalino de un segundo piso en sus dos vialidades más importantes estará sujeto al presupuesto que los legisladores locales le asignen al Gobierno capitalino...Por lo pronto, el anuncio ha llevado la atención a temas ajenos a la militarización decembrina, muestra a Andrés Manuel como un político capaz de proponer soluciones audaces a problemas complejos, y ayuda a presionar a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. šAh, la magia tabasqueña!

EN TORREON, COAHUILA, mientras tanto, miembros del Consejo de Colonias Populares esperaban ayer la llegada del Presidente de la República para protestar por la falta de programas sociales en una región en riesgo de estallidos sociales por pobreza extrema. Había mantas que decían: "Queremos comida y trabajo, no botas de charol", "El cambio es su boda con Martita" y "El cambio es IVA en medicinas y alimentos". En Gómez Palacio, Durango, mientras tanto, el susodicho Presidente reconocía que "andamos muy rezagados en calidad educativa" y advertía que aparte de equidad y calidad educativa, se necesita que ésta sea certificada, "porque luego a veces nos hacemos guajes solos". šChido: ISO 2000 o muerte, venderemos!

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