JUEVES Ť 6 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť No permitirá que la reforma hacendaria se apruebe en el 2002: Felipe Calderón

AN responsabiliza a PRI y PRD de negar al país los recursos para su desarrollo

Ť El gobierno sólo pretende resolver problemas de financiamiento de corto plazo, dice Sauri

ROBERTO GARDUÑO, CIRO PEREZ Y DAVID ZUÑIGA

El Partido Acción Nacional (PAN) "no permitirá" que la aprobación de la reforma hacendaría en la Cámara de Diputados ocurra después de diciembre, advirtió el coordinador de esa fracción parlamentaria, Felipe Calderón Hinojosa. Y señaló tanto al Partido de la Revolución Democrática (PRD) como al Revolucionario Institucional (PRI) de ser los responsables de "haber negado al país" los recursos necesarios para su desarrollo.

Por su parte, la presidenta del PRI, Dulce María Sauri Riancho, confió en que el presupuesto de egresos y la ley de ingresos se aprueben antes finalizar este año, y rechazó las presiones al Legislativo para que apresure la votación de la reforma fiscal. Para la senadora, el Ejecutivo federal sólo pretende resolver problemas de financiamiento a corto plazo sin importar los costos, mientras que el Congreso está en busca de un sistema fiscal que promueva el desarrollo del país a largo plazo.

La postura que esbozó la dirigente priísta contrastó con el pesimismo de Calderón Hinojosa, quien lanzó una acusación directa contra PRI y PRD: "Nosotros ya hemos cumplido con nuestra responsabilidad de buscar alternativas. Si no hay una reforma que le dé los recursos públicos al Estado mexicano para enfrentar sus compromisos con la pobreza, con el desarrollo, con el medio ambiente, con las necesidades enormes de agua potable, por ejemplo, con las necesidades de seguridad pública que existen, no será responsabilidad del Partido Acción Nacional, no será responsabilidad del Presidente Fox. Será responsabilidad del PRI, del PRD o de ambos por haberse negado a darle a México los recursos que necesita. Esa será la historia para el próximo año".

Durante la transmisión de un programa matutino de radio, el legislador panista manifestó que los diputados de su partido esperarán a qué "atenerse" hasta el 7 de diciembre para conocer si se discutirá la reforma hacendaria. Por lo pronto, señaló, ya existen coincidencias entre los grupos parlamentarios sobre temas particulares del impuesto sobre la renta (ISR), gravar con una tasa de 20 por ciento de impuesto al valor agregado (IVA) los artículos de lujo y acerca de algunos impuestos especiales, a pesar de que no convencen a los miembros de Acción Nacional.

Consideró que varios impuestos son altamente distorsionantes, habida cuenta de que algunos productos, como en el caso de la industria del alcohol, ya tienen gravámenes muy fuertes y un incremento sólo induciría una evasión mayor, más contrabando y un freno a la industria que generaría riesgos de cierres y desempleo.

Martí Batres Guadarrama, coordinador de la fracción parlamentaria del PRD, conminó a Felipe Calderón y a los panistas a "dejar de insistir en los disensos y sumarse a los consensos. Esa sería su mejor decisión. También invitamos al gobierno a dejar de obstaculizar la aprobación de la reforma fiscal".

En el escenario de los disensos, Dulce María Sauri Riancho, quien participó en un foro sobre la competitividad de México ante China, organizado por la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), advirtió que el análisis de la reforma energética deberá ser sumamente cuidadoso, porque una equivocación en este rubro "puede cancelar la viabilidad del país".

Sauri señaló que en sus mensajes más recientes, el presidente Vicente Fox Quesada "pinta un país color de rosa, y basta darse la vuelta para ver que no es así. Si tuviera que elegir tonos de pintura, diría que el ambiente en general está pincelado de gris".

-ƑLa reforma fiscal se va para el año siguiente? -se le preguntó.

-Vamos a esperar a que termine el 2001 y empezamos a hablar del 2002 -fue su respuesta.

Por su parte, el empresario Julio A. Millán advirtió que México tendrá que sacar adelante las reformas fiscal, energética, jurídica, laboral y educativa en un plazo máximo de dos años, si no desea quedarse al margen de los flujos de inversión extranjera.