JUEVES Ť 6 Ť DICIEMBRE Ť 2001
Ť Reconocen que un acuerdo con México llevará tiempo
Legisladores y empresarios reviven en Washington el tema migratorio
Ť Coinciden sobre la necesidad de contar con programa de trabajador huésped y mecanismo de legalización
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 5 de diciembre. Influyentes legisladores y la Cámara de Comercio retomaron la demanda de un acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos, que incluya un programa de trabajador huésped y un mecanismo para legalizar a indocumentados, pero reconocieron que no hay fecha límite para acabarlo.
El comisionado del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN), James Ziglar, reafirmó este miércoles que un nuevo acuerdo migratorio con México es parte de la agenda del gobierno de George W. Bush, pero señaló que avanzaría en una "vía más lenta".
Para los empresarios, explicó Randy Johnson, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, un motivo clave para proceder en una reforma migratoria es la realidad de que el sector de servicios necesitará, por sí solo, 20 millones de trabajadores en los próximos diez años -aun con la actual recesión- y que la economía estadunidense no puede satisfacer esta demanda.
En un foro sobre inmigración auspiciado por la Cámara de Comercio, casi todos los participantes hablaron de la importancia de avanzar en una negociación bilateral con México sobre el tema. Los comentarios fueron una clara indicación de que la propuesta mexicana sigue vigente, pese a los acontecimientos del 11 de septiembre.
Pero antes de concretar cualquier acuerdo migratorio, reconocieron que la prioridad en esta coyuntura es la seguridad. En este contexto, Ziglar señaló que Estados Unidos ha firmado varios pactos con Canadá para establecer lo que algunos analistas definen como un "perímetro de seguridad". El senador Edward Kennedy declaró en este foro que tal perímetro de seguridad tendría que incluir tanto al país del norte como al sur de Estados Unidos.
Pero para los empresarios reunidos aquí la prioridad a largo plazo es lograr un acuerdo migratorio con México. "La falta de mano de obra calificada es el problema singular más grande que enfrenta nuestra industria hoy día", declaró Mike Promen, presidente de la Asociación Nacional de Contratistas Techeros. "Necesitaremos más trabajadores que los disponibles en nuestra reserva laboral normal". Elogió las pláticas sobre migración entre los presidentes George W. Bush y Vicente Fox, y dijo que lo urgente es un nuevo mecanismo para la legalización de indocumentados y más inmigración legal.
Otros líderes empresariales de los sectores de agricultura y servicios reafirmaron estos puntos y dijeron que, a largo plazo, a falta de tales acuerdos la salud de la economía estadunidense quedaría en jaque.
Los políticos recibieron el mensaje
Lo más sorprendente fue la posición del representante republicano James Sensenbrenner, presidente del Comité Judicial de la cámara baja y uno de los críticos más severos del SIN y de las políticas migratorias. Sensenbrenner declaró hoy ante este foro que está en el interés nacional negociar, a largo plazo, un acuerdo migratorio con México.
En particular, indicó que existe la necesidad de buscar la forma de legalizar a los entre 5 y 10 millones de trabajadores indocumentados en este país, mediante un nuevo programa de trabajador huésped y/o mecanismos para regularizar la calidad migratoria de indocumentados. "Eso estaría en el interés de México porque ofrecería una forma más organizada del ingreso de trabajadores por la frontera, incrementaría las remesas y ayudaría al gobierno mexicano con la fuga de cerebros", dijo Sensenbrenner.
La contraparte de Sensenbrenner en el Senado, Kennedy, señaló que continuará promoviendo la legalización de indocumentados, un incremento de visas para la reunificación familiar, y un programa de trabajadores temporales más efectivo.
Pero estos dos legisladores, quienes controlarán cualquier iniciativa de ley para una reforma de las políticas migratorias, señalaron que el primer punto que se debe considerar es la reforma de la estructura institucional del propio SIN. Este tema, en el que estos dos legisladores y la Casa Blanca no coinciden, podría obstaculizar cualquier avance en un acuerdo migratorio en el corto plazo.