Abiertas, exploración y extracción de hidrocarburos al capital privado
Ť El mecanismo asegura ganancias a los contratistas, cancela la rectoría del Estado y crea un monopolio privado por 20 años, advierte el asesor del Senado, Víctor Rodríguez-Padilla
EMILIO LOMAS M. Y VICTOR CARDOSO
La Secretaría de Energía y Petróleos Mexicanos (Pemex) comenzarán hoy la promoción de contratos de servicios múltiples (CSM) entre inversionistas privados nacionales y extranjeros, mediante los cuales se pretende abrir la exploración y extracción de hidrocarburos en la Cuenca de Burgos, con derechos de exclusividad por 20 años y mediante los cuales se ofrece ''la mayor libertad posible para maximizar sus ganancias en las operaciones''.
Ambas entidades públicas giraron una invitación a inversionistas para una reunión privada, exclusiva y a puerta cerrada para las 8:30 horas de este jueves, en el hotel Nikko de la ciudad de México. (Por la noche, por presiones de legisladores, se abrió la reunión a la prensa). Allí, al selecto grupo de invitados se le hará una presentación de los objetivos, beneficios y alcances de la modalidad mediante la cual se pretende abrir el sector petrolero a la inversión privada.
Además, trascendió que un grupo de funcionarios de primer nivel del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) estaría por realizar una visita a México para ratificar al gobierno de Vicente Fox una oferta de 16 mil millones de dólares en créditos al país.
Según analistas, los representantes del FMI y el BM al mismo tiempo realizarían una evaluación de los avances en el proceso de privatización y los programas de apertura en el sector energético.
En riesgo, la rectoría del Estado
En opinión del catedrático de la UNAM Víctor Rodríguez-Padilla, asesor del Senado en Asuntos Energéticos, con los contratos de servicios múltiples en principio se trata de abrir la explotación de gas natural a la inversión privada, pero en realidad es ''una apertura de todos los hidrocarburos, pero disfrazada''.
Mediante ese mecanismo se garantizan importantes ganancias a los contratistas; más que un contrato representa una concesión que cancela la rectoría del Estado sobre los hidrocarburos y crea un monopolio privado por 20 años para explotar los recursos energéticos del subsuelo, afirmó.
Hasta donde se sabe, los promotores de los CSM son algunos miembros de la mesa directiva del Colegio de Ingenieros Petroleros, quienes promovieron en Pemex el voto por Francisco Labastida durante su campaña para la Presidencia de la República, y elaboraron un documento con recomendaciones en política petrolera al presidente Fox, en el que solicitaban la inclusión del gremio en la estrategia nacional en la materia.
Pero también los CSM son resultado de una labor conjunta entre el consultor internacional Pedro Van Meurs y Pemex Exploración y Producción (PEP) Norte. La elaboración de los contratos motivó un documento denominado Viabilidad jurídica de la celebración de contratos de servicios múltiples para el desarrollo de proyectos de gas natural, donde se recogieron las opiniones del consejero jurídico de la Presidencia, del abogado general de Pemex y la titular de la Unidad Jurídica de Pemex Exploración y Producción.
Con los CSM las autoridades de la Secretaría de Energía y Pemex pretenden que ''las operaciones en el área de Burgos (principal región productora de gas natural en el país) tengan el mayor parecido con las de Texas y Alberta, en términos de libertad operacional para las compañías petroleras internacionales, marcos legales y regulatorios, así como regímenes fiscales''. Es decir, hacer que los términos de dichos contratos sean competitivos con los de ambos lugares.
Las autoridades consideran que ''debe darse a las compañías petroleras internacionales la mayor libertad posible para maximizar sus ganancias en las operaciones con base en una toma rápida de decisiones. Esto implica que cada corporación pueda proceder sin dilaciones ni aprobaciones del gobierno, así como innecesarios procedimientos burocráticos''.
También se busca ''un sistema fiscal simplificado que no requiera verificación de costos'' y ''se propone el uso de un sistema en el que las compañías puedan ser pagadas por unidades de trabajo con un valor determinado, sin tener en cuenta el costo de los mismos''.
Ganar-ganar
Entre los principales puntos de los CSM destacan la obligación de los contratistas de contribuir con todos los fondos requeridos para la ejecución de los servicios ''bajo su propio riesgo''; tendrán una duración máxima de 20 años y comprenderán áreas de entre 600 y mil 700 kilómetros cuadrados que serán declarados campo productivo cuando sean capaces de producir 10 mil barriles de crudo por día o 100 mil pies cúbicos de gas diariamente.
Apertura disfrazada
Para Rodríguez-Padilla esos términos ponen en evidencia que son contratos de riesgo mediante los cuales se busca crear un monopolio privado por 20 años para explotar los hidrocarburos y los beneficios de la compañía privada saldrán de la venta de gas, líquidos, condensados y crudo. ''No sólo se trata de gas asociado, es una apertura de todos los hidrocarburos, pero disfrazada'', afirmó el investigador.
Otro término del contrato se refiere a que al contratista se le deberá pagar un rembolso por todos los costos de capital sobre un periodo de 60 meses con base en plazos iguales, más un margen porcentual de los rembolsos de capital de costos mensual estipulado en el contrato.
Según Rodríguez-Padilla, esto representa para el contratista una doble ganancia, pues al tiempo que se le paga por su desempeño gerencial y por el capital aportado, recibe un porcentaje de todos los costos incurridos. El primer pago es normal, aclara, pero en el segundo la compañía participaría de las rentas de los yacimientos.
Un punto en el que Pemex ''se desdibuja'' frente a la compañía privada, según el catedrático de la UNAM, es el que se refiere a que ''el contratista deberá tener toda la libertad operacional para llevar a cabo el total del programa de trabajo mínimo de acuerdo con el criterio y juicio propio del contratista, sin posteriores aprobaciones de PEP''.
Como derechos del contratista se establecen el libre acceso de un lado a otro del área de contrato, así como a las instalaciones de producción existentes; uso de cualquier arena, grava, terreno y agua de dominio público; emplear personal nacional y extranjero; importar cualquier bien, servicio o equipo; comprar o contratar libremente cualquier bien, servicio y equipo; financiar todas las operaciones y usar hidrocarburos producidos en el área del contrato para reinyección o generación de energía en el área.
''Esto es un dejar hacer, dejar pasar total, porque además de actividades petroleras el contratista podrá ser generador de electricidad. De ahí a dar servicio público mediante el esquema de autoabastecimiento sólo hay un paso'', expresó Rodríguez-Padilla al analizar el punto.
Para el especialista, ''de aceptarse los CSM el monopolio del Estado en materia de gas natural se limitaría a las ventas de primera mano del gas nacional, pero además se estaría creando la figura de 'productor independiente de hidrocarburos', análoga de los productores independientes de electricidad y, en términos generales, se violan la letra y el espíritu de la Constitución y de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo petrolero", expresó el investigador.