JUEVES Ť 6 Ť DICIEMBRE Ť 2001
Ť El líder moderado pashtún Hamid Karzai encabezará la futura administración
Firman Alianza del Norte y grupos del exilio acuerdo para un gobierno provisional afgano
Ť El próximo día 22, el traspaso de poderes de Burhanuddin Rabbani al nuevo gobernante
EVA USI CORRESPONSAL
Königswinter, 5 de diciembre. Delegados de cuatro facciones participantes en la Conferencia Interafgana firmaron hoy un acuerdo sobre la integración de una administración provisional, que gobernará el país después de 23 años de guerra.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) asumirá un importante papel en el proceso de transición, tanto para garantizar la seguridad del país como en la vigilancia de la administración provisional. También tendrá facultades para investigar violaciones de los derechos humanos.
Después de intensas negociaciones que se prolongaron hasta la mañana de este miércoles, las cuatro facciones representadas en la conferencia -el Frente Unido (brazo político de la Alianza del Norte) y los grupos de Roma, de Chipre y de Peshawar- eligieron a casi todos los titulares del gabinete provisional, que tomará posesión en Kabul el próximo día 22.
El líder pashtún Hamid Karzai, considerado un político islamita moderado, encabezará el futuro gobierno. La elección de Karzai fue consensada por las cuatro delegaciones rápidamente.
El dirigente pashtún del sur de Afganistán, de 46 años, liderea los combates antitalibanes por la conquista de la ciudad de Kandahar, tradicional bastión de los estudiosos del Corán.
El comisionado especial de la ONU para Afganistán, Lakhdar Brahimi, quien presidió las negociaciones en Bonn, dijo hoy ante periodistas estar confiado en que Karzai llegue a Kabul a tiempo: "Se encuentraen un lugar de difícil acceso, pero sabemos que se encuentra bien y que está suficientemente protegido."
No se sabía en ese momento que Karzai había resultado herido por una bomba de un B-52 de las fuerzas estadunidenses, que mató a tres soldados estadunidenses y cinco combatientes antitalibanes de las tropas de Karzai. Horas más tarde se supo del incidente y que Karzai estaba levemente herido pero se encontraba en seguridad.
No igual de fácil resultó la elección del resto del gabinete, que contará con cinco viceprimeros ministros y 24 ministros, un total de 27 hombres y dos mujeres.
Sima Samar, de 44 años de edad, de la minoría hazara, será la viceprimera ministra, responsable de Asuntos de la Mujer, y Suhaila Seddiqi será titular de Sanidad. Samar es médica y dirige un programa de salud y educación para mujeres afganas refugiadas en Afganistán.
Suhaila Seddiqi, de origen pashtún, además de médica, es militar de carrera con rango de general; nunca salió de Kabul porque fue respetada por los talibanes y su reputación de intocable se remonta a los años del régimen comunista.
De los 29 cargos, 11 serán ocupados por pashtunes, grupo mayoritario en Afganistán, ocho por tadjikos, cinco por hazars y tres por uzbekos, mientras que los dos restantes serán asignados a grupos no representados en las negociaciones de Bonn.
El Frente Unido (integrado por tadjikos, uzbekos y hazaras, entre otras minorías) es la fuerza dominante en el nuevo gobierno, con 16 carteras, lo que refleja el respaldo político, pero sobre todo militar, en el país, y si no fuera porque Karzai es un respetado líder pashtún, etnia mayoritaria en el país, el nuevo gobierno provisional podría tener dificultades para legitimarse por ser visto por pashtunes como cúpula de minorías.
Entre los líderes aliancistas con los que contará Karzai figuran Mohammed Fahim, responsable de Defensa y viceprimer mi-nistro, Abdullah Abdullah, en Asuntos Ex-teriores, y Yunus Qanuni -quien fue líder de la delegación del Frente Unido en las negociaciones en Alemania-, quien será ti-tular del Interior.
Los tres dirigentes tadjikos son miembros del grupo Massud, el legendario líder aliancista asesinado por árabes en septiembre pasado, y representan una nueva generación de políticos de la Alianza del Norte, interesada en conducir al país a una nueva era de paz. Los tres ya ejercían los mismos cargos en el gobierno de facto aliancista.
Las otras tres delegaciones, representantes de afganos en el exilio, obtuvieron en conjunto una cuota minoritaria del poder.
El grupo de Roma, con partidarios del ex rey Zahir Shah, segunda fuerza política en las negociaciones, participa con ocho mi-nisterios; el de Peshawar, respaldado por Pakistán, obtuvo una cartera, mientras que el del llamado Proceso de Chipre, integrado por intelectuales en el exilio y apoyados por Irán, quedó fuera del gobierno.
Se espera que tropas multinacionales lleguen a Kabul antes de que el gobierno interino sustituya en el poder al ex presidente Burhanuddin Rabbani, que la ONU quiere formalizar el próximo 22 de diciembre.
"Las cosas están ocurriendo muy rápidamente", dijo el comisionado especial de la ONU para Afganistán, Lakhdar Brahimi, "y hay temor de que Kabul vuelva a los días de antes", al aludir a un vacío de poder que podría conducir al caos y la anarquía.
El diplomático argelino dijo que viajará la próxima semana a Kabul, para comenzar los preparativos del traspaso de poderes, en concertación con el actual presidente Burhanuddin Rabbani, "el primer paso de un proceso sembrado de obstáculos".
"Haré una escala en Roma para conversar con el rey Zahir y después me reuniré en Kabul con el profesor Rabbani -dijo Brahimi-, con quien he hablado varias veces por teléfono los últimos días".
Rabbani, quien fue derrocado por los talibanes en 1996, ha estado bajo fuerte presión internacional por sus reiterados intentos de bloquear un acuerdo en las negociaciones en Bonn que le arrebate de las manos el poder.
No sólo recibió llamadas de Brahimi durante los últimos días, sino también de las autoridades de Estados Unidos, Alemania, Rusia y otros países, para hacerlo entrar en razón. Se dice que Rabbani recibirá un nombramiento simbólico, como encabezar el Tribunal Supremo.
La firma del acuerdo coincide con la llegada hoy a Islamabad de una misión de reconocimiento de la ONU, que tendrá co-mo destino final Kabul, para evaluar la situación en materia de seguridad, ante el inminente despliegue de tropas multinacionales a la capital afgana y otras regiones.
"Todo depende de qué clase de fuerzas sean desplegadas", dijo Brahimi, y agregó: "Pero si hay voluntad, se puede organizar su despliegue rápidamente" .
La mayoría de los delegados usaba traje y corbata en la ceremonia de firma del acuerdo; sólo uno llevaba turbante y una camisa militar color caqui, y todos, incluyendo dos mujeres, firmaron el acuerdo. Sima Wali, de la delegación de Roma, rompió la tradición afgana al llevar la cabeza descubierta.
En la ceremonia estuvieron el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, y el ministro del Exterior, Joschka Fischer.
"Una nueva era comienza para el pueblo de Afganistán", declaró, Schroeder, y aseguró que la comunidad internacional respaldaría "con todo su peso" al país. Añadió que Alemania está dispuesta a tomar parte en una misión de paz en Afganistán, integrada por fuerzas militares europeas.
El acuerdo sobre la repartición del poder estuvo precedido por intensas negociaciones que se prolongaron hasta las siete de la mañana del miércoles.
Todavía quedaban algunas carteras sin definir cuando Naciones Unidas y Estados Unidos presionaron a los delegados. No se sabe si fue por cansancio o por esa presión, pero lo cierto es que los delegados decidieron rápidamente qué grupos ocuparían las carteras restantes.