Con el propósito de fortalecer sus atribuciones normativas, entre ellas mejorar permanentemente los programas de capacitación en servicio en las áreas de consejería y laboratorio, el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida (Censida), elaboró un diagnóstico que le permitirá reestructurar sus dos centros de atención ubicados en la Ciudad de México.

La necesidad de reestructurar dichos centros se planteó desde 1997, cuando fueron integradas las infecciones de transmisión sexual (ITS) al Programa de VIH/sida.

Un año después se impulsó la creación de una Unidad de Capacitación en VIH e ITS, que ya está desarrollando su propio sistema de calidad y mejora continua, dispone de un Comité de Bioseguridad totalmente estructurado y en funciones, una plantilla de personal capacitado y acorde a las funciones establecidas, recursos materiales, equipamiento e insumos suficientes para su operación.

En 1999 se realizó un análisis situacional determinando las nuevas necesidades de dicha Unidad, sobre todo por la creciente demanda de capacitación recibida del interior del país, tanto de recursos humanos como materiales y de área física para su mejor funcionamiento. El diagnóstico fue incluido en el Proyecto presentado a la Dirección General del Censida para su aprobación técnica y presupuestal según la normatividad vigente.

Por ello, a partir del mes de octubre de 2001 se iniciaron los trabajos de adecuación del espacio físico en el centro de Flora No.8, que permitirán reunir las especificaciones establecidas por las normas técnicas y de seguridad vigentes en el país.

A través de estos servicios se ha recopilado información acerca del comportamiento de la infección por VIH en diferentes grupos en la población mexicana y se ha generado un modelo de atención para proporcionar la detección y consejería del VIH, así como de otras infecciones de transmisión sexual. Estos y otros servicios se ofrecen al personal médico con trabajo en VIH/sida del interior del país.

En el marco de la descentralización se promovió la instalación de centros similares en toda la República Mexicana. En la actualidad existen 53 centros de detección y consejería en el país, de los cuales 21 se encuentran ubicados en el D.F.

Con base a la función rectora del Censida, establecida en el artículo 39, Fracciones II, III, IX, XI, XII del Reglamento Interior de la Secretaría de Salud, la función de estos centros es mantener el seguimiento de la epidemia en grupos específicos de la población; fungir como entidades que promuevan la investigación; que generen un servicio de excelencia para capacitar en servicio al personal que lo solicite de otras entidades federativas, a través de programas en las áreas de medicina, psicología, trabajo social y laboratorio de pruebas de detección de ITS; al tiempo de obtener información sistemática y confiable para la definición de estrategias de prevención y control de las ITS incluyendo la infección por VIH, cumpliendo así los estándares de calidad existentes.

Para alcanzar esa meta y ofrecer un servicio de excelencia, se requiere remodelar las instalaciones, adecuando las áreas de bacteriología, pruebas especiales, inmunofluorescencia y biología molecular; instalar equipo y mobiliario específicos en cada área; así como el sistema de bioseguridad y aire necesarios para cumplimiento de la normatividad de higiene y seguridad, todo lo cual permitirá que el personal trabaje bajo condiciones óptimas de rendimiento.

Asimismo, deberá conformarse un sistema de calidad y mejora continua que garantice el funcionamiento de estos centros bajo los estándares actuales, para lo cual se estructurará el Comité de Calidad que será el responsable de desarrollar e implementar dicho Sistema.

Durante este nuevo periodo de adaptación de instalaciones, el personal adscrito al centro ubicado en Flora No.8 está ofreciendo los mismos servicios en el Centro de Información Sur, ubicado en Calzada de Tlalpan No.4585, en horario de 8 a 20 horas, de lunes a viernes.

El principio del Censida es normar su trabajo con base en la experiencia y el contacto permanente frente a la epidemia y las formas de controlarla, lo cual permitirá que su función pública se desarrolle con mayor coordinación y apego a la realidad del país.