Ť Estarían identificados los homicidas de Carlos Pérez, informó la fiscalía a Bátiz

Descartan la venganza en el asesinato de adolescente

Parece "definitiva" la hipótesis de que el asesinato del menor Carlos Pérez Bermúdez, ocurrido la semana pasada a las puertas del colegio Rosedal, en la colonia Lomas de Chapultepec, fue a consecuencia del robo de la camioneta donde aguardaba a su familia, aseguró Bernardo Bátiz, procurador general de Justicia del Distrito Federal.

Precisó que las declaraciones obtenidas hasta el momento entre algunos testigos apuntan a esa línea de investigación y se ha podido identificar a dos personas involucradas en el crimen, aunque sólo se ha hecho el retrato hablado de una.

En días previos, el procurador ya había declarado que se descartaba que la muerte del adolescente de 14 años hubiera sido producto de una venganza o una riña, como las versiones de algún cuidador o vigilante de la escuela sugerían, más cuando amigos y familiares de la víctima aseguraron que se trataba de un muchacho sin problemas y que era buen estudiante.

El sábado 8 de diciembre, Carlos Pérez Bermúdez acudió con su padre y hermana al ensayo de una pastorela en el colegio Rosedal, exclusivo para señoritas, pero en lugar de ingresar a la institución se quedó en la camioneta de la familia (una Lincoln Navigator color negro) escuchando música.

Alrededor de las dos y media de la tarde fue sorprendido por dos o tres individuos, aparentemente bien vestidos, quienes le dispararon y huyeron enseguida en un automóvil Jetta, reportado como robado, el cual fue recuperado posteriormente por la policía.

El procurador se entrevistó ayer con los responsables de la Fiscalía Desconcentrada en la delegación Miguel Hidalgo durante la reunión del gabinete de seguridad, quienes les manifestaron que había algunos avances sobre el caso, como la identificación de los posibles responsables del asesinato del adolescente.

En concreto aseguraron que dos son los sujetos investigados, los cuales intervinieron directamente en la muerte de Pérez Bermúdez: uno se hizo cargo de conducir el Jetta y el segundo fue el responsable de disparar contra el joven.

Bátiz mencionó que aunque las declaraciones iniciales de algunos testigos indicaban que en lugar del robo de la camioneta otra podría ser la causa del homicidio, la pista sobre los robacoches no fue cerrada e incluso "se perfeccionó" y fortaleció gracias a los testimonios de un testigo que, a diferencia de los otros, no fue dominado por el miedo.

"Hubo una declaración más precisa, de una persona menos temerosa. Les quiero decir que jugó nuevamente el temor de los primeros declarantes, que seguramente son personas que están en la calle, cuidan vehículos y conocen a los que ahí asaltan, (pero) les tienen miedo y no se atreven a denunciarlos. Pero hubo una persona que sí se atrevió, que tuvo el valor civil y la atingencia de decir quién es".

Gracias a esas declaraciones, Bernardo Bátiz aseguró que pudo hacerse un retrato hablado que, junto con el vehículo recuperado en el que huyeron los responsables del crimen llevó a concluir a las autoridades que las otras posibles causales del crimen consideradas inicialmente en la investigación -como la venganza o una riña- quedaban descartadas.