CUIDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

TIEMPO DE Navidad, de fin de año, de vacaciones y de historias que se cuentan, a veces por inverosímiles o por perversas, pero también por ciertas.

Y AQUI les va una de esas. Resulta que hace no mucho tiempo, en terrenos del estado de Hidalgo se estableció una empresa de nombre Cheonjo, de capital coreano, donde se fabrican prendas de la marca Liz Clairbone o algo por el estilo, que se van a muchas partes del mundo.

LA EMPRESA, como puede usted imaginar, contrata a las costureras mexicanas para elaborar los productos de exportación de la marca que les comenté, y para los dueños todo es vida y dulzura.

RESULTA QUE los coreanos lograron de alguna manera evitar que allí exista un sindicato, pero a primera vista los inversionistas parecen los mejores patrones del mundo, es decir, cualquier trabajador de ese ramo estaría orgulloso de laborar en ese lugar.

EN CHEONJO laboran poco más de tres mil personas, mujeres en su mayoría, que gozan de vacaciones hasta por dos meses y pueden llegar a percibir salarios de hasta mil pesos a la semana. Si esto es así, Ƒpara qué tener un sindicato?

PERO ESTO es, por decirlo de alguna manera, pura teoría, porque para quienes laboran ahí las cosas son bien diferentes o mejor dicho, no es tan justo el trato de los patrones hacia sus trabajadores.

EN HONOR a la verdad hay que decir que sí es cierto, las obreras del lugar pueden llegar a gozar hasta de dos meses de vacaciones, pueden dejar su plaza sin perder el empleo y gozar del salario por día para el que fueron contratadas, como marca la ley.

SIN EMBARGO, los coreanos le dieron la vuelta a la ley y digamos que la cumplen, pero a su manera, porque para ellos lo importante no son las leyes ni sus obreros, sino la cantidad de piezas de vestir que se producen al día.

DE ESA forma las trabajadoras, para gozar de sus vacaciones primero y antes que nada deben pagarlas. ƑQue cómo es esto? Bueno, pues es una de las muchas condiciones que deben cumplir para gozar de uno de los derechos establecidos en la ley laboral de este país.

LAS OBRERAS trabajan de las 7:30 a las 17:10 horas todos los días, con 45 minutos para comer, pero las horas laboradas más allá de la jornada de ocho que marca la ley no se les paga como tiempo extra, porque el contrato individual establece el horario antes mencionado.

PARA TENER derecho a vacaciones las costureras deben trabajar después de las 17:10 horas cada día y el tiempo acumulado no se les paga, sino que se les toma en cuenta para cuando tomen vacaciones.

DE ESA manera, cuando cada trabajadora acumula cierto tiempo, los bondadosos patrones le permiten tomar los días que hubiera acumulado con trabajo extra. Así, cuando logran tener 240 horas extras, pueden obtener un mes de asueto.

EN CASO de protestar, de inmediato son cesadas en su labor y, desde luego, se les liquida conforme a la ley, pero la de la empresa. Las empresas que son requeridas para que cumplan la ley laboral mexicana de inmediato amenazan con retirarse del estado o del país y dejar sin empleo a las trabajadoras, por lo que se han vuelto intocables.

NO ES posible que ahora existan prácticas de este tipo en un país que ha entrado de lleno a la democracia y donde la justicia nos hace vivir felices. ƑQué pasó?

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